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Antonio Martínez Cascales, mentor de Juan Carlos Ferrero y de Carlos Alcaraz a través de su academia, hoy en día conocida como la Ferrero Tennis Academy, se sienta con Carlos Calderón en el nuevo episodio del podcast Llamada a Pista para hablar de los 50 años que lleva en las pistas de tenis.
Cascales revela anécdotas inéditas sobre sus aventuras con Juan Carlos Ferrero, entre ellas las situaciones que hicieron que el de Ontinyent bajara de forma drástica en el Ranking ATP. También explica al detalle cómo se fraguó esa colaboración entre Ferrero y un joven Carlos Alcaraz que llamó la atención desde el principio.
La decisión de Juan Carlos Ferrero de entrenar a Carlos Alcaraz
«Juan Carlos tenía ofertas de los mejores, del Top 10 en ese momento. Thiem le llamó, Del Potro, Goffin, Halep… Me dijo que no quería coger a alguien que ya estuviera metido porque no quería ser un cono en la pista. Para mí fue sorprendente relativamente. Yo sé cómo es Juan Carlos y qué vio cómo era Carlos. No ha cambiado su esencia. Es un chico súper agradable, súper agradecido…
Eso es lo que más apreció Juan Carlos. Cuando Carlos tenía 16 años, Juan Carlos me preguntó si creía que iba a ser número uno. Yo dije: ‘Va a ser número uno a no ser que pase algo en forma de lesión o que se le vaya la cabeza’. Se veía un jugador muy especial. Juan Carlos ha hecho un trabajo mucho mejor de lo que yo pensaba».

Alcaraz, un gran alumno
«Carlos es un deportista del Top 5 mundial. Claro que no es fácil. Hay muchas cosas alrededor de él, pero es a lo que se aspiraba y lo que se ha conseguido. Cuando tenía 18 años era más fácil porque no había lo que hay ahora a nivel mediático. Era mucho más fácil moverse. Él siempre ha sido fácil de entrenar».
¿Por qué bajo de nivel Juan Carlos Ferrero?
«Lo veo con mucha satisfacción. No siempre estás en lo más alto, pero el trabajo salió bien en todos los sentidos. Me satisface mucho cuando jugadores que han estado aquí están con grandes tenistas. Es una gran satisfacción, y sobre todo porque cuando te ven notas que lo recuerdan muy bien. Eso, unido a los éxitos deportivos, es lo que te hace estar orgulloso.
Carlos Moyà, al igual que Juan Carlos Ferrero, han tenido una ambición enorme, si no, no hubieran sido números uno, pero Rafa ha tenido más. ¿Qué le pasó a Juan Carlos? Tuvo unos años muy buenos del 2000 al 2004. Había empezado el año con semis contra Federer. Pierde en tres sets la final de Rotterdam y me dice que se encuentra lento. Fuimos a Brasil a entrenar y recuperó sensaciones. En el avión a Indian Wells empezó a encontrarse mal.
Llegamos y se encontraba peor. Llegó el médico del torneo y le dijo que no podía salir de la habitación porque tenía varicela. Le duró dos meses, dos meses parado como número dos del mundo. Volvimos a entrenar poco a poco, pero estaba débil. Reapareció en Hamburgo. Se cayó con el quad y se rompió una costilla, y estuvo cinco meses fuera. Llegó a jugar Roland Garros, pero Cotorro le decía que se podía despertar la anestesia».
La mala racha de Ferrero
«Él baja del 2 al 12 en esos meses porque defendía muchos títulos. A partir de ahí no fue capaz de superar eso. Para él, estar el 12 era un drama, fatal. Ese año fue de mal en peor, hasta el punto que yo decidí que se hiciera un tratamiento, y bajó al 120. Luego volvió, se metió el 14, podía haber sido un poquito mejor ese año, pero jugó mucho con Federer y Rafa. En 2006 intenté, porque él no quería, un cambio. Pensé en coger un entrenador. No fue mal, pero no volvió».