El pelotón del Tour, a su paso por el Col de Sarenne en la edición de 2013 con Christopher Froome líder de la ronda gala.El pelotón del Tour, a su paso por el Col de Sarenne en la edición de 2013 con Christopher Froome líder de la ronda gala. (Joel SAGET | AFP)

Cuando, en 1952, Fausto Coppi se convirtió en el primer ganador en la cima de Alpe d’Huez, apenas había unas pocas casas alrededor de lo que todavía era una pequeña estación de esquí. Dos años antes se había cerrado muy cerca de allí la mina de la que, durante 70 años, se había extraído carbón. En 2013, por primera vez, se pudo ascender el puerto dos veces en la misma etapa, gracias a las obras que habían terminado de asfaltar lo que hasta entonces era una cañada a través del Col de Sarenne. «Nos acercamos cada vez más a nuestro proyecto a largo plazo de unir las estaciones de esquí de Les Deux Alpes y Alpe d’Huez», declaró entonces el alcalde de Huez-en-Oisans al medio inglés Cyclingnews.

Para la edición del Tour de 2026, ASO ha previsto un tríptico final en los Alpes, con una llegada a Orcières-Merlette, la ascensión al Alpe d’Huez al día siguiente y una etapa reina que incluye el paso por la Croix de Fer, Télégraphe, Galibier, Col de Sarenne y Alpe d’Huez. Aquí es donde han surgido los problemas, porque el recorrido resulta muy atractivo para los aficionados al Tour, pero no tanto para la biodiversidad del Parque Nacional de Écrins.

El Col de Sarenne es prácticamente una prolongación de la ascensión al Alpe d’Huez. Una vez  llegado a la estación de esquí en la que finaliza habitualmente la etapa, la carretera deja atrás los hoteles y apartamentos y continúa varios kilómetros por un camino más estrecho. Después de un breve descenso, vuelve a ascender hasta la cima del Col de Sarenne, a 1.999 metros de altitud.

Según las estimaciones de la gendarmería francesa, hasta un millón de personas podrían colocarse a ambos lados de la subida al puerto, lo que ha despertado la inquietud de mucha gente. Cuando en 2013 se anunció el paso del Tour por el Col de Sarenne ya se recogieron más de 12.000 firmas en contra de este recorrido. Ahora se ha iniciado una nueva recogida de firmas a través de internet, que se puede acceder aquí y que supera las 8.000 firmas en apenas tres días.

Detrás de esta iniciativa está Matthieu Stelvio, un ciudadano de Grenoble, aficionado al ciclismo, que acostumbra a rodar por la Croix de Fer, el Galibier o el Col de Sarenne. «Antes de que el Tour pasara por aquí no había coches ni motos. Con las obras de 2013, los vados se transformaron en pequeños puentes, lo que posteriormente animó a los turistas a ir al Col de Sarenne en coche en lugar de a pie. Desde estas obras y la publicidad que rodea al Tour de Francia, la zona se ha vuelto menos tranquila», comenta Stelvio en conversación con NAIZ.

En 2013 el Tour descendió por el Col de Sarenne después de haber ascendido el Alpe d’Huez, pero, para la edición de 2026, está previsto que la ascensión se realice por el propio puerto, a través de carreteras que forman parte del Parque Nacional de Écrins. «Estoy mucho más preocupado, ya que el público se concentrará en el lado del Valle de Ferrand, en lugar de en Alpe d’Huez», comenta Stelvio.

Una región muy rica

Hablamos de un espacio que la Red Natura 2000 describió como «una de las regiones más ricas de Francia a nivel botánico». Un valle que suele estar poblado de marmotas, zorros, rebecos, águilas culebreras, armiños… También acoge ejemplares de Gallo lira, perdiz nival y perdices griegas, todas ellas incluidas en la lista de especies amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN en sus siglas en inglés).

Los estudios científicos realizados relacionan el descenso en la cantidad de ejemplares de estas especies con la excesiva actividad humana y las molestias generadas en su periodo de nidificación. También el vuelo de los helicópteros supone un peligro para aves como el águila real o el quebrantahuesos, que habitan en el Valle de Ferrand. La primera, una especie vulnerable y la segunda, en peligro de extinción.

Por otro lado, la carrera transcurriría a escasos metros de un humedal protegido por un decreto de la prefectura que prohíbe «todos los eventos deportivos o educativos, salvo autorización específica del Prefecto, previa consulta con un experto científico cualificado en el ámbito de los humedales».

Stelvio advierte del impacto que tendría el paso del Tour para estas especies. «Sobre todo porque los organizadores también quieren incluir, una semana antes, la Étape du Tour. Una carrera amateur con 16.000 ciclistas participantes. Esto podría extender el riesgo de aglomeraciones y julio es la época de cría de muchos de estos animales».

Como alternativa, Stelvio propone «terminar en Les Deux Alpes, como la etapa ganada en 1998 por Marco Pantani, en vez de terminar dos veces en Alpe d’Huez». Otra alternativa sería «llegar a Alpe d’Huez por Allemond y Villard Reculas. La carretera está en buen estado. El impacto para la fauna sería mucho menor. Además, los beneficios económicos para la estación de Villard Reculas serían importantes».

El Tour, inevitablemente, genera un importante impacto ambiental a lo largo de todo el recorrido y también, indirectamente, por la promoción que supone para los lugares por los que pasa. Desde la organización se asegura haber reducido las emisiones de carbono generadas por la prueba en un 37% entre 2013 y 2021. En 2013 no respondió a la iniciativa para evitar el paso de la carrera por el Col de Sarenne y por el momento, tampoco ha dado ninguna respuesta pública a la iniciativa de este año. «No estoy seguro de que el Tour se preocupe por la naturaleza», concluye diciendo Stelvio.

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