La España de Chus Mateo se permitió el lujo de dejar buen sabor de boca en su primer día de oficina. La selección selló una victoria ante Dinamarca (64-74) en el primer duelo de clasificación para el Mundial de 2027, que se … disputará en Qatar. Pero lo más importante fue cómo se gestó. El madrileño se encargó de que sus pupilos corriesen y buscasen el aro como plan inicial, un desempeño en el que destacaron Santi Yusta y, sobre todo, el debutante Great Osobor, oso navarro con raíces nigerianas que impresionó a la ciudad de Farum con sus garras.
La teoría, añadida al verso libre que es Jaime Fernández, máximo anotador del bando visitante, permitió a los españoles mandar y disfrutar durante buena parte del encuentro. Solo el desacierto en el triple y una leve desconexión en el último cuarto impidieron un estreno de sobresaliente.
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Dinamarca
Jensen (20), -
España
Alberto Díaz (6), -
Los árbitros
Martins Kozlovskis (Letonia), Michal Proc (Polonia) y Blaz Zupancic (Eslovenia) . Descalificaron a Pedersen por cinco faltas personales.
Los primeros pasos de la España de Chus Mateo fueron escritos por Jaime Fernández, de nuevo en forma tras su importante lesión de rodilla, y Alberto Díaz, el pelirrojo más famoso del país, siempre generoso en el esfuerzo defensivo, una máquina de incordiar en definitiva. También se sentía importante Yusta, un tifón anotador, el más letal de toda la liga ACB. La selección, en general, se mostraba fluida en ataque, incluso temeraria con algunos pases por la espalda. No había temor al error, el premio siempre merecía correr el riesgo y en el ecuador del primer cuarto, la ventaja ya había ascendido hasta los cinco puntos.
Los daneses, por su parte, se mantenían a flote gracias al tiro exterior y las rápidas transiciones, armas habituales de los equipos norteños. Unas parcelas en las que también se mostró certero Cárdenas, que con decisión sumó sus primeros tres puntos como internacional. El gigantón Osobor, con una finura impropia de su tamaño, también se estrenó poco después. De hecho, fue el navarro el jugador español que más atemorizaba a los nórdicos, poderoso su bote en campo abierto y con una superioridad en la zona inédita desde los tiempos gloriosos del combinado nacional. Las noticias eran muy positivas,aunque un triple de Jensen desde el medio del campo acercó a los locales (23-25).
Lo más emocionante era ver cómo los pupilos de Mateo cargaban el aro sin tregua, muy bien finalizadas sus bandejas pese a los contactos. Dani Díez quiso ampliar la ecuación y, con dos buenas suspensiones de media distancia desde sendas esquinas, elevó la ventaja hasta los nueve puntos. El único pero era el acierto de tres, solo dos en los 12 primeros intentos. Tan desviadas estaban las mirillas que incluso los disparos de Francis Alonso y Almansa ni siquiera tocaron el aro.
Un mal que amenazaba con lastrar a España pero que fue cortado de raíz por Fernández, consagrado especialista desde sus tiempos en la cantera del Estudiantes. Seis puntos del escolta y un par de buenas defensas fueron suficientes para llegar al descanso con una renta considerable (33-45).
El paso por los vestuarios no apagó a Fernández, líder indiscutible del nuevo proyecto español. Suyas eran las mejores acciones visitantes, un muro el madrileño ante el avance de los daneses, que remaban con intensidad aunque sin premio. Osobor, con dos robos y dos salvajes mates que casi le cuestan la vida a la pobre canasta local, fue el héroe que marcó un punto de inflexión en el encuentro.
Las violentas acciones del pívot de Tudela desmoralizaron a sus rivales, que ya no anotaban de tres ni hacían daño con sus vertiginosos contrataques. En los últimos minutos del tercer cuarto, fueron presa fácil para el hambre española. Los de Mateo reboteaban con músculo, corrían sin mesura y remataban la faena con contundencia, combinación que convirtió el último periodo en un trámite del que, en teoría, se debía disfrutar y no sufrir (47-60).
La enérgica dirección de Cárdenas y el físico de Almansa, internacional pese a tener ficha en el filial del Real Madrid, prolongaron el dominio visitante, poco exigente una vez más el juego nórdico más allá de algunas acciones individuales de Jensen, Pedersen y Dibba. Es cierto que, a falta de seis minutos y medio para el final, la distancia era solo de 11 puntos, renta que, en otra circunstancia,sería motivo de esperanza para el bando en desventaja. A España parecía que se le hacía largo el choque, que tras tanto correr los pulmones necesitaban un descanso. Sin embargo, Dinamarca sufría las mismas consecuencias y libra por libra, el talento visitante era muy superior.
Dos triples, obra de Francis Alonso y Alberto Díaz, parecieron sentenciar la contienda, aunque la irregularidad que los prosiguió dio vidas extras casi infinitas a Dinamarca. Pero de nuevo Osobor, con un dos más uno muy poderoso, puso punto y final al estreno de Mateo en el banquillo nacional, el punto de inicio a una nueva etapa del baloncesto español.