La carrera de Mirela Balić avanza con paso firme y cada vez más visible dentro del panorama audiovisual español. Con apenas 26 años, la intérprete madrileña de raíces serbocroatas se ha convertido en una de las voces de la llamada Generación Z del cine nacional. Su participación en proyectos como ‘Élite’, ‘Zorras’ y la película ‘Mala Influencia’ la han situado en el radar de críticos y espectadores, mientras que su presencia en programas televisivos como ‘La Revuelta’ le ha dado un reconocimiento inesperado entre públicos que antes no la identificaban. «Un público que antes no se me acercaba, ahora me preguntan si soy la niña esa ucraniana que salió en ‘La Revuelta’. Y eso que soy de origen serbocroata», comenta con ironía, consciente de cómo un papel puede marcar la percepción de la audiencia.
La actriz reconoce que su relación con la fama es todavía incipiente, pero ya ha experimentado situaciones curiosas. Recuerda cómo tres mujeres mayores la pararon en la estación de Atocha tras ver ‘Zorras’, algo que describe como «una fantasía absoluta» y su primera experiencia real con la popularidad. Sobre el fenómeno de la exposición pública, reflexiona: «En el siglo XXI vivimos en las redes y una foto con alguien popular es una especie de trofeo… pero hay otra parte que no la entiendo». Para ella, lo importante sigue siendo el contacto humano: «Lo mejor está en mirarse a los ojos, porque vivimos todos enganchados al teléfono».

La actriz Mirela Balic
Miguel Ángel MOlina / EFE
Aunque admite que a veces le cuesta comprender la dinámica de las redes sociales, disfruta cuando los más jóvenes se acercan con ilusión. «A mí cuando una niña de 13 años me pide una foto me encanta la ilusión con la que lo hace. Y claro, por supuesto que voy a gastar tres segundos de mi vida en hacer a una chica feliz», asegura.
‘Mala Influencia’: energía y nuevas narrativas
Uno de sus últimos proyectos cinematográficos, ‘Mala Influencia’, cuenta con un equipo creativo joven y mayoritariamente femenino. Balić destaca la fuerza de esa combinación: «Por ser mujer ya se te minimiza, pero encima siendo mujer joven a veces te van a tomar menos en serio. Lo destacable de nuestra generación es que somos mucho más responsables emocionalmente«.
La actriz celebra que la película muestre dinámicas más realistas en las relaciones juveniles. «Me hubiera gustado ver referencias en el cine en las que yo dijese: esta sí soy yo, esto sí lo vivo yo», explica, poniendo como ejemplo una escena en la que se muestra el uso del preservativo, algo que considera fundamental para representar la vida adolescente con naturalidad.
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Formada en música desde niña, la actriz compara la interpretación con tocar un instrumento: «En el caso de los actores, el instrumento eres tú, tu cuerpo, tu emoción, tu cerebro y tu físico». Reconoce que ha lidiado con el síndrome del impostor y que ha aprendido a separar la frustración del proceso creativo. También defiende la importancia de la terapia y el ejercicio, aunque advierte que no son procesos fáciles ni accesibles para todos. «Los procesos terapéuticos son jodidos… es un privilegio poder permitírtelo, porque quien más lo necesita es quien menos posibilidades tiene», señala.
De origen serbocroata, la actriz sueña con interpretar algún día un papel que le permita hablar en su idioma natal. «Tengo muchas ganas de hacer una película o una serie donde pueda hacer brillar esa parte», confiesa. Su familia la apoya plenamente. Recuerda con emoción un premio recibido en Sarajevo por ‘Élite’, que pudo compartir con su abuela: «Mi premio era estar ahí con mi abuela y que para ella sea la primera vez que vea una entrevista en mi idioma».
Mirela Balić se perfila como una de las actrices más prometedoras de su generación. Con proyectos en cine, televisión y teatro, y con una visión clara sobre la fama, la representación femenina y la importancia de la autenticidad, su carrera está marcada por la energía de una nueva generación de intérpretes.