Puertas y verjas forzadas, un ascensor que se intuye bajo una enredadera y carteles de comercios que han perdido su color. Es la imagen que tiene desde fuera el centro comercial Plaza Imperial de Zaragoza ubicado en la Avenida Diagonal, a pocos metros del exitoso hipermercado estadounidense Costco, que abrió hace poco más de un año. Pero por dentro la fotografía es bien distinta. Tres años más tarde de su cierre definitivo, en Plaza Imperial reina por las mañanas el silencio del abandono, mientras que en las últimas horas del día sufre de primera mano el vandalismo por parte de jóvenes que así lo han hecho saber mediante su actual altavoz, las redes sociales, creando un efecto llamada.
El complejo, en el que se invirtieron 325 millones de euros con su apertura en septiembre de 2008, en una época de bonanza para la capital aragonesa por la Expo del Agua, actualmente se encuentra empapelado con carteles que advierten de las cámaras de seguridad que perimetran el recinto, así como con la alerta de un acceso que solo está autorizado al personal competente. Un «prohibido el paso» que responde a una problemática reciente, puesto que, según ha confirmado la Guardia Civil, una investigación está abierta desde el 22 de julio, fecha en la que, a través de TikTok, se hicieron públicos unos vídeos en los que podía verse la incursión de varios jóvenes en las instalaciones abandonadas, así como haciendo gala de actos vandálicos como pequeñas fogatas o destrozos por golpes.
Por ello, no se trata de la mera curiosidad de los urbexers, es decir, de aquellos cuyo hobby es la ‘urban exploration’ (exploración urbana en español) que se sienten atraídos por visitar y documentar lugares abandonados, en ruinas, o de acceso restringido, como edificios, fábricas o túneles, si no que es el escenario del terror el que se ha apropiado de comercios como los viejos cines Yelmo, el centro de ocio infantil Kids City o el restaurante Muerde La Pasta, donde a juzgar por varios vídeos y según califican los usuarios, no se aleja mucho de un escenario de ‘The Walking Dead’: extintores arrancados, un maniquí que asoma en la cuneta, mobiliario roto por el suelo, máquinas de recreativos reventadas y mucha suciedad. Vídeos que iban acompañados, en muchos casos, de mensajes de provocación como que «solo es un centro comercial abandonado, no vais a encontrar nada» con la posterior prueba de que dentro sí hay un pasado ahora vestido de dejadez.
Según ha podido saber este diario, la Guardia Civil trabaja de manera coordinada con la Policía Local, que se personó en el recinto la semana pasada para velar por la seguridad de este recinto, así como las cámaras de videovigilancia que están ayudando en esta investigación aún en curso. Aunque no se ha procedido a ninguna detención, la gerente de Plaza Imperial, Elena Calvo, ha asegurado que en solo una semana fueron 27 las denuncias interpuestas, siendo 17 de ellas in situ y diez, a perfiles de redes sociales que publicaron el allanamiento. Sobre todo, calvo advierte más que nada del peligro que supone acceder, porque «hay cuadros de tensión». Asimismo, remarca que no solo son jóvenes los que han acudido a este efecto llamada, sino que «padres con hijos» han sido también captados por las cámaras. Según ha especificado Calvo, el acceso puede conllevar sanciones económicas de 300 euros en adelante.
Los trabajadores hablan
Con taladro en mano y fijando la verja víctima del vandalismo que da a la entrada del centro comercial Plaza Imperial, se encuentran dos trabajadores de Costco que prefieren no dar sus nombres. «Son menores y no tienen manera de venir aquí a Plaza, entonces vienen en autobús», explica uno de ellos, que confirma que hacen uso de la línea 501, que conecta la calle Violante de Hungría de Zaragoza con el aeropuerto, exclusivamente para entrar a las instalaciones abandonadas. Este trabajador sostiene que esta problemática y este «boom», aunque es notoria «desde hace un mes, a raíz de los vídeos que se publicaron en TikTok«, hace dos «dos o tres» que se produce.
Ellos se encargan de hacer lo deshecho, de coser lo roto; porque «tanto a Costco como a Plaza le interesa», no solo «por la estética», sino por «la seguridad de los clientes» ofrecer la mejor imagen, añaden. Un trabajador al que le consta que la seguridad está implantada asegura que acudan a la zona patrullas de Policía Local y de la Guardia Civil. «Lo que yo tengo entendido es que hacen doble ronda. Dos por la mañana, dos por la tarde y luego por la noche, que es cuando más actividad hay aquí», apunta confiado.
Al doblar la esquina de los cines Yelmo, que mantuvieron su actividad hasta 2021 tras 13 años en funcionamiento, en la gasolinera Family Energy también han sido testigos de los actos vandálicos acometidos por parte de «críos pequeños de 12 o 14 años, que se van en cuanto ven a la Policía». Una de las trabajadoras asegura que llegan tanto en autobús como en bicicleta, que merodean por la zona y que entran «a robar», entre otras cosas, «cables de cobre», lo cual les costó dos días sin electricidad, algo que corrobora una compañera suya que trabaja en el establecimiento contiguo que ofrece comida rápida, el Popeyes, quien asegura que el primer apagón lo sufrieron «hace bastante», pero que el último fue «a principios de julio». Por su parte la gerente aclara este hecho como algo que no es aislado ni tiene relación con el vandalismo de Plaza Imperial. «Eso es cosa de la plataforma logística», asegura Calvo.