Librería Byron de Barcelona. Sorprendentemente, muy poca expectación mediática. Ni una cámara de televisión y apenas un par de fotógrafos. Luis Rubiales aparece para presentar en la Ciudad Condal su libro ‘Matar a Rubiales’, obra en la que habla de su convulsa vida reciente, de la imputación por el caso Rubiales y de los varios procesos penales que tiene ‘en cartera’.

Entre los asistentes, muy pocas caras conocidas. Apenas la de Albert Luque, antiguo director deportivo de la RFEF durante su mandato. Algún otro miembro de su equipo y amigos y allegados. Ambiente muy tranquilo. Prácticamente, un baño y masaje para el exjugador y exdirigente de la Federación. Lejos de la imagen del lanzamiento del huevo que se produjo hace unos días en Madrid y los momentos de tensión que se vivieron.

El acto lo moderla el escritor y filósofo Mauro Nocito. Introducción y lectura de varios pasajes y rápido el micro al gran protagonista, a un Rubiales al que se ve calmado y agradecido a los suyos, que no le han fallado en Barcelona.

LOS MOTIVOS DEL LIBRO

«Escribo un libro por varias cuestiones. Creo que es como una terapia. No lo escribo directamente después de lo del beso. Lo empiezo a escribir después de mis detenciones, la denuncia de corrupción. Otra razón es que estoy cancelado, en un primer momento no se me permitía hablar. Creo que permite cualquier cosa hoy en día. El otro día en La Sexta se llega a decir que he robado dinero a los ricos para dárselos a los más ricos. Hay gente que está entrando en la cárcel y está de moda aludir a la presunción de inocencia. Estoy imputado porque un periodista de El Confidencial dijo que había llevado la Supercopa a Arabia para beneficiar a Piqué, cuando había una mejor oferta en Catar. Eso es falso y el periodista lo sabía», iniciaba Rubiales.

«El motivo es contar la verdad a todos los que la quieran saber. Sobre todo para mi gente, gente que ha sufrido, que me quiere. Hoy está aquí Albert (Luque), por ejemplo. Con su familia, que ya es como mi familia. Siempre hemos tenido mucha afinidad y vi que tenía carácter y valentía», comentaba el expresidente.

Se ha sido injusto conmigo

«Creo que se ha sido injusto conmigo y los que han caído conmigo. Hay agresiones sexuales, mujeres que han sido violadas, que han visto cómo sus violadores han vuelto a la calle por estas que se rascaban las vestiduras protestando en contra mía. Creo que esto ha sido todo una teatralización bestial que beneficiaba a la izquierda y a Pedro Sánchez como cortina de humo», decía Rubiales.

ABSOLUCIÓN

«Para nuestro país sería muy perjudicial que el Supremo no me absolviera. Es evidente que no hay agresións exual, hay inocencia por mi parte, es indiferente que sea una mujer o un hombre, hay una relación de amistad de años. Voy a confiar en la justicia hasta el final».

PATRIOTA

«Siempre me he sentido español y siempre he defendido que te puedes sentir español siendo de izquierda y de derecha. En este país había quien decía lo contrario. Hay una izquierda que se avergüenza de España, que critica a Hernán Cortés sin tener ni idea de la historia, que cada vez que puede tira mierda contra los reyes católicos y contra Colón. España hizo una labor tremenda. Hay gente que lucha contra unos clichés por demagogia, por aparentar».

ANÉCDOTA CON SU PADRE

«Quiero contar algo a este auditorio. Una de las cosas que me causó mayor impacto. El día en el que quedo con mi padre en una cafetería céntrica de Granada. Quedo un domingo. La noche antes estaba mal. Había sido una semana muy dura, con muchas noticias falsas. Me encontraba con fiebre y me fui a dormir, me encontraba fatal. Eran las 9am y no llegué a la cita con mi padre. Mi padre, que tiene una copia de la llave, llega a mi casa y yo escuché la puerta medio abrirse. Lo primero que pensé que otra vez me estaban registrando. Yo estaba medio afónico, tosiendo. No me dio tiempo a levantarme, entró mi padre en mi cuarto. Encendí la luz y vi cómo se llevaba la mano al pecho. Se pensaba que me había suicidado«, explicaba Rubiales.

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luque1 / Dani Barbeito

«Me fui a República Dominicana. Llego en Navidad y me encuentro a Albert con su familia. Quise estar tranquilo, pero no me dejaron. Mandan allí…entra la Interpol, el ejército dominicano, guardia civiles, la policía…20 enmascarados que creía que me mataban. ¿Qué hemos hecho? Me decía. Dijeron que estaban buscando dinero sucio. Sabía que venían a por mi teléfono. Me acompañaron al baño y no podía ni concentrarme en hacer mis cosas…», explicaba Rubiales también sobre lo que pasó cuando estuvo en Santo Domingo.