Carlos Alcaraz y Jannik Sinner no volverán a cruzarse en una pista hasta el próximo Open de Australia, previsto entre el 12 de enero y el 1 de febrero de 2026. Melbourne será el escenario del primer gran duelo del año entre los dos jugadores que dominaron el circuito en 2025, repartiendo entre ambos los cuatro grandes títulos del calendario. Alcaraz conquistó Roland Garros y el US Open, mientras que Sinner se impuso en Australia y en Wimbledon, confirmando una hegemonía compartida que ha marcado una etapa reciente del tenis masculino.

La relación entre ambos se ha convertido en uno de los principales focos de atención del deporte. Son competidores directos, pero también compañeros que han construido una amistad sincera desde su llegada a la élite. Esa conexión, más basada en el respeto que en la rivalidad feroz, despierta simpatías entre los aficionados, aunque no faltan voces que desean ver un enfrentamiento más tenso, más emocional, que empuje a los dos a desafiar sus límites sin la cercanía que los caracteriza.

Tras su último enfrentamiento, ambos concedieron una entrevista al medio Tennis Korea, en la que analizaron con detalle las virtudes del otro. Sinner fue especialmente contundente al señalar que Alcaraz “casi no tiene debilidades”, una frase que refuerza la percepción de que el español se ha convertido en un rival extremadamente completo, difícil de incomodar incluso para los jugadores más sólidos del circuito.

Un año para el recuerdo

El 2025 de Alcaraz ha sido, efectivamente, un año de ensueño. El murciano cerró la temporada como número 1 del mundo tras alcanzar la final de las ATP Finals, sumando además dos Grand Slam, un subcampeonato en Wimbledon y tres Masters 1.000 en Montecarlo, Roma y Cincinnati. Su regularidad también le permitió liderar el Bonus Pool, un fondo económico reservado para los jugadores con mejor desempeño en los torneos de mayor categoría.

Pese a ese liderazgo, Alcaraz no recibirá la cuantía íntegra del premio. De los 4,14 millones de euros que le correspondían según su puntuación, únicamente podrá ingresar la mitad (2,07 millones). La normativa de la ATP reduce un 25% del Bonus Pool por cada ausencia en los Masters 1.000 obligatorios (con excepción de Montecarlo), y el español se perdió dos: Canadá y Shanghái. Su baja en Madrid no fue penalizada al haber cumplido con los actos previos obligatorios del torneo.

Incluso con esa reducción, el número 1 cierra la temporada con cifras sobresalientes también en la categoría ATP 500. Alcaraz acumuló el mayor número de puntos del año en esta serie de torneos, impulsado por sus triunfos en Rotterdam, Queen’s y Tokio, además de la final alcanzada en el Godó. Por ello se embolsó un millón de dólares extra, reconocimiento adicional a su consistencia en todas las superficies.

Sinner, con el contador a cero

El caso de Sinner en el Bonus Pool ha sido aún más drástico. Aunque terminó segundo con 3.850 puntos y debería haber percibido 1,65 millones de euros, el italiano no recibirá ni un solo euro. Sus ausencias en cuatro Masters 1.000, Indian Wells, Miami y Madrid por sanción de dopaje, y Canadá por fatiga tras su triunfo en Wimbledon, activaron la penalización máxima, que implica perder el 100% de la recompensa.

Ambos llegarán a Australia con la mirada puesta en iniciar 2026 con fuerza, conscientes de que cada enfrentamiento entre ellos se ha convertido en una cita ineludible para los aficionados y el tenis Mundial.