La peste porcina ha vuelto a España más de 31 años después de que se detectara el último caso. Así lo ha confirmado esta mañana el Ministerio de Agricultura tras el aviso de los servicios veterinarios de la Generalitat de Catalunya, que detectaron dos … jabalíes silvestres positivos al virus PPA (peste porcina africana) en Bellaterra (Barcelona), donde fueron hallados muertos el pasado 26 de noviembre.

Más tarde el Laboratorio Central de Veterinaria de Algete (Madrid) confirmó el positivo, un hecho que ha obligado al departamento que dirige Luis Planas a tomar medidas excepcionales, como son la solicitud al sector de producción de carne porcina de que extreme las medidas de bioseguridad. Al público en general, por su parte, se le recuerda la obligación de comunicar a los servicios oficiales de las comunidades autónomas sobre cualquier sospecha, tanto en jabalíes silvestres como en explotaciones de ganado. Paralelamente, el ministerio asegura haber iniciado las investigaciones para detectar el origen del virus.

Se trata de una enfermedad no zoonósica, es decir, las personas no son susceptibles a la infección ni por contacto con los animales ni por ingestión de productos derivados de ellos. Sin embargo, para los cerdos el virus es altamente contagioso, con tasas de mortalidad que pueden alcanzar el 100%, lo que lo convierte en una peste potencialmente muy dañina en términos económicos.

España no pudo exportar carne de cerdo durante treinta años por el virus

El último brote grave en nuestro país estalló allá por la década de 1960, cuando España aún no contaba con un plan nacional de erradicación (no lo tendría hasta 1985), y fue la causa de que durante tres décadas la Organización Mundial de la Salud (OMS) prohibiera la exportación de carne de cerdo española. Hasta 1995 la Comisión Europea no daría la enfermedad por erradicada.

Desde la Generalitat aseguran que aún no se ha detectado ningún foco en animales domésticos, mientras trabajan para evitar cualquier posible propagación. Dentro de las medidas previstas en el Plan de Contingencia del Departamento de Agricultura y del Departamento de Interior de esa comunidad autónoma, se ha establecido una zona de vigilancia de 20 km alrededor del punto donde aparecieron los jabalíes, una zona residencial cercana a Barcelona.

La Generalitat asegura que busca otros cadáveres de jabalí y ha tomado otras medidas como el blindaje del perímetro para evitar desplazamiento de animales. Dentro de esa zona, los funcionarios del departamento de Agricultura trabajan en un primer anillo (1 km alrededor de los hallazgos) donde la búsqueda es intensiva, un segundo anillo donde se realizan labores de «búsqueda activa y captura selectiva» y una tercera zona de vigilancia y caza controlada», explica en un comunicado el gobierno de esa comunidad autónoma. Con todo, la zona de trabajo incluye grandes focos urbanos como Sabadell, Sant Cugat, Rubí, Terrassa, Barcelona (parte), Mollet y Ripollet, entre otros.