El Ministerio de Sanidad espera que el próximo 3 de diciembre se apruebe junto a las comunidades un protocolo común para hacer frente a la epidemia de gripe, un conjunto de medidas acordadas a nivel técnico pero que el año pasado no se pudo aplicar por la falta de acuerdo con las autonomías del PP.

La titular de esta cartera, Mónica García, ha confiado en que «los consejeros del PP no van a anteponer sus intereses políticos frente a la salud de la población», según ha afirmado este viernes en una rueda de prensa tras el Consejo Interterritorial. Se aprobará, si no se vuelve a dar una oposición de las autonomías, en la próxima Comisión de Salud Pública.

El protocolo incluye la recomendación u obligatoriedad de las mascarillas según el escenario epidemiológico; es decir, que se recomendará el uso de esta medida de protección o se hará obligatorio su uso en centros de salud o residencias, por ejemplo, cuando se superen ciertos umbrales de casos por cada 100.000 habitantes.

Un protocolo que dé «confianza y seguridad a los ciudadanos»

La ministra ha insistido en la necesidad de un protocolo que dé «confianza y seguridad a los ciudadanos» para que «en todo el país tengamos las mismas propuestas e iniciativas ante la misma epidemia». Una epidemia, ha advertido, que «causa estragos» tanto en mortalidad como en el colapso del sistema sanitario.

En la temporada anterior, según datos del Instituto de Salud Carlos III desgranados por García, provocó un «impacto duro», con más de 1.600 fallecimientos y 33.000 hospitalizaciones.

Ahora «la curva está subiendo» y ya se ha superado el umbral para denominarlo epidemia, de 37 casos por cada 100.000 habitantes, aunque hay diferencias importantes por comunidades. «Queremos evitar cifras como las del año pasado, de 400 casos por 100.000 habitantes». El protocolo también plantea un refuerzo en la vacunación.