Paso clave en la lucha contra el tumor cerebral más agresivo: el glioblastoma. Un equipo internacional, coliderado por una investigadora de la Universidad de Málaga … y del Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (IBIMA Plataforma BIONAND), ha conseguido un avance de interés al potenciar un fármaco existente contra células cancerígenas al combinarlo, eso sí, con nanopartículas de carbono, subiendo así su eficacia y especificidad, reduciendo al mínimo el daño en las células sanas. De hecho, los resultados mostraron que la combinación experimental destruye con alta precisión células del glioblastoma en cultivo, mientras respeta las sanas.

Esto no lo habían logrado hasta ahora los tratamientos convencionales en el tejido cerebral. De hecho, las pruebas revelaron que las células no tumorales incluso mejoraban su viabilidad, lo que supone un avance hacia terapias más seguras.

Estudio

El estudio ha sido publicado en la revista internacional Journal of Nanobiotechnology (Grupo Springer Nature) y ha sido coliderado por la investigadora Elena González Muñoz, del Área de Biología Celular de la Universidad de Málaga e investigadora responsable del Grupo de Reprogramación Celular (iPSCs) y modelos celulares de enfermedad para aplicaciones biomédicas de IBIMA Plataforma Bionand, y por la investigadora Tanja Dučić, del Sincrotrón ALBA (Barcelona), y ha contado con la participación de científicos de la Universidad de Göttingen (Alemania) y de la Universidad Pública de Navarra.

La estrategia es innovadora, ya que se ha potenciado la eficacia de un fármaco aprobado para combatir enfermedades neurodegenerativas conocido como riluzol, gracias al uso de diminutas partículas que actúan como un sistema de transporte inteligente. En concreto, el estudio explora el uso de nanopartículas de carbono funcionalizadas, que muestran una mayor eficacia y especificidad frente a células de glioblastoma en comparación con el fármaco tradicional.

Precisión quirúrgica

El nanofármaco actúa con precisión quirúrgica, eliminando en cultivo las células del glioblastoma, el cáncer cerebral más agresivo, mientras que protegió las células gliales sanas. Esta formulación no sólo redujo drásticamente la viabilidad de las células tumorales, sino que incluso favoreció la supervivencia de los astrocitos no cancerosos, un efecto que no se da en estos tratamientos.

IBIMA destaca avance clave en terapias contra glioblastoma minimizando daño a tejido cerebral sano

Explica el IBIMA que «esta acción selectiva supone un gran paso adelante frente a las terapias actuales, que suelen dañar también el tejido cerebral sano y limitar las opciones de tratamiento para los pacientes con glioblastoma».

Gracias a técnicas de imagen y espectroscopía de alta precisión, las investigadoras pudieron observar por primera vez cómo actúa este nuevo tratamiento dentro de las células tumorales. Utilizando herramientas basadas en luz de sincrotrón (una fuente de radiación extremadamente potente), el equipo consiguió visualizar los cambios moleculares y estructurales provocados por el nanofármaco a nivel de célula individual.

El hallazgo más sorprendente fue la aparición de una especie de burbujas en la envoltura del núcleo de las células tumorales, una deformación que indica un intenso estrés celular y que puede desencadenar su autodestrucción. Este fenómeno, nunca descrito para este tipo de cáncer, abre una nueva vía para comprender y atacar a este tumor cerebral desde sus propios mecanismos de supervivencia.

Estudio revela el potencial biocompatible de las nanopartículas de carbono en terapias más selectivas

Elena González Muñoz, de la Universidad de Málaga e IBIMA Plataforma BIONAND, ha destacado el potencial de esta tecnología: «La relevancia de este estudio radica en demostrar que las nanopartículas de carbono pueden servir como vehículos biocompatibles capaces de mejorar la eficacia y selectividad de fármacos ya existentes incluso usados para otras patologías«.