Ambos han tenido la virtud de ‘desanimar’ a sus rivales con su sola presencia. En la mente tenemos fresca la presente temporada, con esos ataques lejanos de Pogacar y la resignación de sus contrincantes.

La actividad mitocondrial de Pogacar, la que produce el lactato y da la energía al músculo, es extraordinaria.

Sus pulsaciones más bajas han sido de 37 por minuto y el más alta de 213. En una gran vuelta tiene una media de entre 80 y 110. En Zona 2 -intensidad moderada a ritmo cómodo (60%-70% de la frecuencia cardiaca máxima) mueve entre 320 y 340 vatios y su pulso es de unos 150 ppm

Merckx reveló que su corazón siempre ha latido a menos de 40 pulsaciones.

Eddy Merckx era imparable, insaciable. Disputaba toda la temporada, desde las clásicas de primavera hasta las últimas del calendario, pasando por las grandes vueltas, incluso corría en pista. Así, hasta 525 victorias.

Pogacar es diferente. Tiene hambre, pero no duda en ser agradecido, como esta temporada cuando dejó ganar a su compañero McNulty en el Gran Premio de Montreal. Su reto es saber hasta dónde puede llegar. Por eso el hecho de que Van der Poel le haya impedido ganar San Remo o Roubaix es gasolina para su ambición.

Intratables ambos cuando están en forma y la carretera se empina. Aquí hay que tener en cuenta la diferencia de 50 años entre ambas épocas. Por eso el estilo de Merckx era más de fuerza, más ‘atrancado’, por esos desarrollos más básicos y el peso de las monturas, mientras que Pogacar parece volar cada vez que despega en un puerto, con una frecuencia de pedalada mucho más elevada.

En sus ataques sentado Pogacar consume mucho menos oxígento y puede prolongarlo y reventar a sus rivales

Si en algo coinciden ambos es en su capacidad para adaptarse y ganar en diferentes terrenos. Merckx es el corredor que más grandes vueltas ha sumado, pero a su vez fue capaz de conquistar los cinco monumentos…

Pogacar se centró primero en las grandes vueltas, lo que le ha llevado a ganar 4 Tours y un Giro, pero que su afán de superación le llevó a brillar en las clásicas, al punto de alcanzar a Fausto Coppi en Giros de Lombardía.

Merckx era capaz de esprintar hasta por las metas volantes y no dudaba en pelear por las victorias al sprint si veía la oportunidad. Pogacar es más comedido, pero es un corredor muy rápido en llegadas de grupos reducidos.

Merckx era imparable, un auténtico especialista que llegó a tener desde 1980 hasta 2004 una prueba llamada Gran Premio Eddy Merckx. También llegó a batir el récord de la hora, con 49,431 kilómetros recorridos en octubre de 1972.

 

Pocagar también es un gran ciclista contra el crono, pero en los últimos Tours ha sido batido con claridad por Remco Evenepoel.

En el caso de Merckx, siempre surge el nombre de Ocaña, que le ganó el Tour de 1973 y el que más le hizo sufrir en aquella etapa de Orcieres en 1971. El conquense ganó aquel día con más de ocho minutos sobre el belga, que sufrió la derrota más apabullante, antes de que Ocaña se accidentara días después y se tuviera que retirar. Después fue Thevenet el que acabó con su época gloriosa en el Tour. En las clásicas, Rober de Vlaeminck fue su gran rival.

En el caso de Pogacar, Vingegaard parecía llamado a frenar su crecimiento, con esas dos victorias en el Tour. Pero en las dos últimas temporadas se ha visto a un esloveno intratable. En las clásicas, Van der Poel ha sido capaz de ganarle.

Ambos han tenido la virtud de ‘desanimar’ a sus rivales con su sola presencia. En la mente tenemos fresca la presente temporada, con esos ataques lejanos de Pogacar y la resignación de sus contrincantes.

La actividad mitocondrial de Pogacar, la que produce el lactato y da la energía al músculo, es extraordinaria.

Sus pulsaciones más bajas han sido de 37 por minuto y el más alta de 213. En una gran vuelta tiene una media de entre 80 y 110. En Zona 2 -intensidad moderada a ritmo cómodo (60%-70% de la frecuencia cardiaca máxima) mueve entre 320 y 340 vatios y su pulso es de unos 150 ppm

Merckx reveló que su corazón siempre ha latido a menos de 40 pulsaciones.

Eddy Merckx era imparable, insaciable. Disputaba toda la temporada, desde las clásicas de primavera hasta las últimas del calendario, pasando por las grandes vueltas, incluso corría en pista. Así, hasta 525 victorias.

Pogacar es diferente. Tiene hambre, pero no duda en ser agradecido, como esta temporada cuando dejó ganar a su compañero McNulty en el Gran Premio de Montreal. Su reto es saber hasta dónde puede llegar. Por eso el hecho de que Van der Poel le haya impedido ganar San Remo o Roubaix es gasolina para su ambición.

Intratables ambos cuando están en forma y la carretera se empina. Aquí hay que tener en cuenta la diferencia de 50 años entre ambas épocas. Por eso el estilo de Merckx era más de fuerza, más ‘atrancado’, por esos desarrollos más básicos y el peso de las monturas, mientras que Pogacar parece volar cada vez que despega en un puerto, con una frecuencia de pedalada mucho más elevada.

En sus ataques sentado Pogacar consume mucho menos oxígento y puede prolongarlo y reventar a sus rivales

Si en algo coinciden ambos es en su capacidad para adaptarse y ganar en diferentes terrenos. Merckx es el corredor que más grandes vueltas ha sumado, pero a su vez fue capaz de conquistar los cinco monumentos…

Pogacar se centró primero en las grandes vueltas, lo que le ha llevado a ganar 4 Tours y un Giro, pero que su afán de superación le llevó a brillar en las clásicas, al punto de alcanzar a Fausto Coppi en Giros de Lombardía.

Merckx era capaz de esprintar hasta por las metas volantes y no dudaba en pelear por las victorias al sprint si veía la oportunidad. Pogacar es más comedido, pero es un corredor muy rápido en llegadas de grupos reducidos.

Merckx era imparable, un auténtico especialista que llegó a tener desde 1980 hasta 2004 una prueba llamada Gran Premio Eddy Merckx. También llegó a batir el récord de la hora, con 49,431 kilómetros recorridos en octubre de 1972.

 

Pocagar también es un gran ciclista contra el crono, pero en los últimos Tours ha sido batido con claridad por Remco Evenepoel.

En el caso de Merckx, siempre surge el nombre de Ocaña, que le ganó el Tour de 1973 y el que más le hizo sufrir en aquella etapa de Orcieres en 1971. El conquense ganó aquel día con más de ocho minutos sobre el belga, que sufrió la derrota más apabullante, antes de que Ocaña se accidentara días después y se tuviera que retirar. Después fue Thevenet el que acabó con su época gloriosa en el Tour. En las clásicas, Rober de Vlaeminck fue su gran rival.

En el caso de Pogacar, Vingegaard parecía llamado a frenar su crecimiento, con esas dos victorias en el Tour. Pero en las dos últimas temporadas se ha visto a un esloveno intratable. En las clásicas, Van der Poel ha sido capaz de ganarle.

Ambos han tenido la virtud de ‘desanimar’ a sus rivales con su sola presencia. En la mente tenemos fresca la presente temporada, con esos ataques lejanos de Pogacar y la resignación de sus contrincantes.

Merckx reveló que su corazón siempre ha latido a menos de 40 pulsaciones.

La actividad mitocondrial de Pogacar, la que produce el lactato y da la energía al músculo, es extraordinaria.

Sus pulsaciones más bajas han sido de 37 por minuto y el más alta de 213. En una gran vuelta tiene una media de entre 80 y 110. En Zona 2 -intensidad moderada a ritmo cómodo (60%-70% de la frecuencia cardiaca máxima) mueve entre 320 y 340 vatios y su pulso es de unos 150 ppm

Pogacar es diferente. Tiene hambre, pero no duda en ser agradecido, como esta temporada cuando dejó ganar a su compañero McNulty en el Gran Premio de Montreal. Su reto es saber hasta dónde puede llegar. Por eso el hecho de que Van der Poel le haya impedido ganar San Remo o Roubaix es gasolina para su ambición.

Eddy Merckx era imparable, insaciable. Disputaba toda la temporada, desde las clásicas de primavera hasta las últimas del calendario, pasando por las grandes vueltas, incluso corría en pista. Así, hasta 525 victorias.

En sus ataques sentado Pogacar consume mucho menos oxígento y puede prolongarlo y reventar a sus rivales

Intratables ambos cuando están en forma y la carretera se empina. Aquí hay que tener en cuenta la diferencia de 50 años entre ambas épocas. Por eso el estilo de Merckx era más de fuerza, más ‘atrancado’, por esos desarrollos más básicos y el peso de las monturas, mientras que Pogacar parece volar cada vez que despega en un puerto, con una frecuencia de pedalada mucho más elevada.

Si en algo coinciden ambos es en su capacidad para adaptarse y ganar en diferentes terrenos. Merckx es el corredor que más grandes vueltas ha sumado, pero a su vez fue capaz de conquistar los cinco monumentos…

Pogacar se centró primero en las grandes vueltas, lo que le ha llevado a ganar 4 Tours y un Giro, pero que su afán de superación le llevó a brillar en las clásicas, al punto de alcanzar a Fausto Coppi en Giros de Lombardía.

Merckx era capaz de esprintar hasta por las metas volantes y no dudaba en pelear por las victorias al sprint si veía la oportunidad. Pogacar es más comedido, pero es un corredor muy rápido en llegadas de grupos reducidos.

Merckx era imparable, un auténtico especialista que llegó a tener desde 1980 hasta 2004 una prueba llamada Gran Premio Eddy Merckx. También llegó a batir el récord de la hora, con 49,431 kilómetros recorridos en octubre de 1972.

 

Pocagar también es un gran ciclista contra el crono, pero en los últimos Tours ha sido batido con claridad por Remco Evenepoel.

En el caso de Merckx, siempre surge el nombre de Ocaña, que le ganó el Tour de 1973 y el que más le hizo sufrir en aquella etapa de Orcieres en 1971. El conquense ganó aquel día con más de ocho minutos sobre el belga, que sufrió la derrota más apabullante, antes de que Ocaña se accidentara días después y se tuviera que retirar. Después fue Thevenet el que acabó con su época gloriosa en el Tour. En las clásicas, Rober de Vlaeminck fue su gran rival.

En el caso de Pogacar, Vingegaard parecía llamado a frenar su crecimiento, con esas dos victorias en el Tour. Pero en las dos últimas temporadas se ha visto a un esloveno intratable. En las clásicas, Van der Poel ha sido capaz de ganarle.

Ambos han tenido la virtud de ‘desanimar’ a sus rivales con su sola presencia. En la mente tenemos fresca la presente temporada, con esos ataques lejanos de Pogacar y la resignación de sus contrincantes.

La actividad mitocondrial de Pogacar, la que produce el lactato y da la energía al músculo, es extraordinaria.

Sus pulsaciones más bajas han sido de 37 por minuto y el más alta de 213. En una gran vuelta tiene una media de entre 80 y 110. En Zona 2 -intensidad moderada a ritmo cómodo (60%-70% de la frecuencia cardiaca máxima) mueve entre 320 y 340 vatios y su pulso es de unos 150 ppm

Merckx reveló que su corazón siempre ha latido a menos de 40 pulsaciones.

Pogacar es diferente. Tiene hambre, pero no duda en ser agradecido, como esta temporada cuando dejó ganar a su compañero McNulty en el Gran Premio de Montreal. Su reto es saber hasta dónde puede llegar. Por eso el hecho de que Van der Poel le haya impedido ganar San Remo o Roubaix es gasolina para su ambición.

Eddy Merckx era imparable, insaciable. Disputaba toda la temporada, desde las clásicas de primavera hasta las últimas del calendario, pasando por las grandes vueltas, incluso corría en pista. Así, hasta 525 victorias.

Intratables ambos cuando están en forma y la carretera se empina. Aquí hay que tener en cuenta la diferencia de 50 años entre ambas épocas. Por eso el estilo de Merckx era más de fuerza, más ‘atrancado’, por esos desarrollos más básicos y el peso de las monturas, mientras que Pogacar parece volar cada vez que despega en un puerto, con una frecuencia de pedalada mucho más elevada.

En sus ataques sentado Pogacar consume mucho menos oxígento y puede prolongarlo y reventar a sus rivales

Si en algo coinciden ambos es en su capacidad para adaptarse y ganar en diferentes terrenos. Merckx es el corredor que más grandes vueltas ha sumado, pero a su vez fue capaz de conquistar los cinco monumentos…

Pogacar se centró primero en las grandes vueltas, lo que le ha llevado a ganar 4 Tours y un Giro, pero que su afán de superación le llevó a brillar en las clásicas, al punto de alcanzar a Fausto Coppi en Giros de Lombardía.

Merckx era capaz de esprintar hasta por las metas volantes y no dudaba en pelear por las victorias al sprint si veía la oportunidad. Pogacar es más comedido, pero es un corredor muy rápido en llegadas de grupos reducidos.

Merckx era imparable, un auténtico especialista que llegó a tener desde 1980 hasta 2004 una prueba llamada Gran Premio Eddy Merckx. También llegó a batir el récord de la hora, con 49,431 kilómetros recorridos en octubre de 1972.

 

Pocagar también es un gran ciclista contra el crono, pero en los últimos Tours ha sido batido con claridad por Remco Evenepoel.

En el caso de Merckx, siempre surge el nombre de Ocaña, que le ganó el Tour de 1973 y el que más le hizo sufrir en aquella etapa de Orcieres en 1971. El conquense ganó aquel día con más de ocho minutos sobre el belga, que sufrió la derrota más apabullante, antes de que Ocaña se accidentara días después y se tuviera que retirar. Después fue Thevenet el que acabó con su época gloriosa en el Tour. En las clásicas, Rober de Vlaeminck fue su gran rival.

En el caso de Pogacar, Vingegaard parecía llamado a frenar su crecimiento, con esas dos victorias en el Tour. Pero en las dos últimas temporadas se ha visto a un esloveno intratable. En las clásicas, Van der Poel ha sido capaz de ganarle.