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La nueva evidencia científica sobre la relación entre tatuajes y melanoma vuelve a poner el foco en los riesgos potenciales para la salud cutánea. Un artículo publicado en The Conversation por la epidemióloga Christel Nielsen basado en datos de registros sanitarios suecos advierte de un incremento notable en la probabilidad de desarrollar este tipo de cáncer entre personas tatuadas.
El estudio, que ha sido publicado en la revista European Journal of Epidemiology, analizó miles de casos de melanoma y carcinoma escamoso registrados entre 2014 y 2017, comparándolos con individuos sin diagnóstico de cáncer. Además, sus autores enviaron cuestionarios detallados para determinar la presencia de tatuajes, su tamaño, la zona corporal y la edad a la que se realizaron, con el fin de establecer si existía algún patrón repetido entre los participantes.
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R. Badillo
Como explican en una nota de prensa emitida por la Universidad de Lund, las personas con tatuajes mostraron un 29% más de probabilidad de desarrollar melanoma, mientras que los datos no reflejaron variaciones significativas en el carcinoma escamoso. Según los investigadores, este resultado sugiere que el comportamiento biológico de ambos tumores puede diferir, lo que refuerza la necesidad de ampliar la vigilancia sobre los efectos de la tinta en la piel humana. Sin embargo, evitar conclusiones precipitadas sigue siendo esencial.
Posibles mecanismos biológicos
Una de las hipótesis planteadas en la publicación señala que parte de las partículas de tinta no permanecen en la epidermis, sino que son transportadas a los ganglios linfáticos por el sistema inmunitario. Esta reacción podría favorecer procesos inflamatorios prolongados, relacionados en ocasiones con la aparición de determinados tumores cutáneos, aunque los especialistas insisten en que aún no existen pruebas definitivas.
Tattoos, especially larger ones, increase your skin and lymph nodes cancer risk. This is how you can mitigate the risk.
0/ A recent study on Danish twins found that having a tattoo at all (exposure to tattoo ink) increased the risk of skin cancer and lymphoma by 33%, while a… pic.twitter.com/Y3erRbQfN7
— Bryan Johnson (@bryan_johnson) March 26, 2025
Los investigadores también comprobaron que el tamaño del tatuaje no modificaba el riesgo, a pesar de que los diseños amplios contienen mayores cantidades de pigmento. A este respecto, el equipo del estudio recuerda que muchas personas tienden a sobreestimar la superficie tatuada, por lo que futuros análisis podrían aportar mediciones más precisas para evaluar el impacto real de los compuestos químicos utilizados.
El trabajo sueco destaca igualmente por incorporar factores de estilo de vida, como la exposición solar, el uso de cabinas de bronceado, el tipo de piel, el nivel socioeconómico o los hábitos de ocio. Controlar estas variables resulta esencial para evitar sesgos, ya que comportamientos como pasar muchas horas al sol pueden incrementar el riesgo de melanoma tanto en personas tatuadas como en quienes no llevan tinta.
Ante todo, prudencia
Los autores subrayan que la investigación no permite afirmar que los tatuajes causen cáncer de piel. El objetivo del estudio, según recogen las fuentes consultadas, es llamar la atención sobre un posible vínculo y reforzar la necesidad de recopilar información más completa en los historiales clínicos, ya que la mayoría no registra si un paciente está tatuado, lo que dificulta el seguimiento a largo plazo.
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Los especialistas recuerdan que las personas tatuadas deben mantener las mismas medidas de fotoprotección recomendadas para el conjunto de la población: aplicar crema solar, evitar exposiciones prolongadas y consultar con un dermatólogo cualquier cambio sospechoso. Con la presencia creciente de tatuajes en la sociedad, comprender sus efectos sobre la piel humana se ha convertido en una prioridad para la salud pública.