El Museo de Bellas Artes de València afrontará en los próximos meses una intervención para atajar los problemas de desprendimientos en la cúpula del antiguo Colegio Seminario de San Pío V, además de mejorar el acceso principal y renovar los servicios de las salas temporales. La actuación, recogida en un proyecto técnico ya redactado, cuenta con un presupuesto de 290.574,78 euros y un plazo de ejecución de seis meses.
Según ha explicado el director de la pinacoteca, Pablo González Tornel, la intervención está directamente relacionada con la compleja historia constructiva de la cúpula, colapsada hace décadas por falta de mantenimiento y reconstruida a finales de los 90 del siglo pasado.
En 1946 el Museo de Bellas Artes de València se instaló en el antiguo Colegio Seminario de San Pío V, fundado en el siglo XVI. La iglesia del seminario, edificada en el siglo XVII, fue desahuciada a comienzos del siglo XX como consecuencia de las muchas grietas que se observaban en ella y en 1925 se determinó que era mucho más barato la demolición de la cúpula central, de su tambor, de la nave lateral y de los pilares afectados, que reconstruirla. Además con esta demolición se obtenían materiales de ladrillo y mampostería para otras obras.
No fue hasta 1986 cuando se iniciaron las obras de reforma y ampliación del edificio San Pío V sobre el proyecto inicial de los arquitectos Manuel Portaceli y Álvaro Gómez-Ferrer. La reconstrucción de la iglesia -y de su cúpula- para convertirla en el vestíbulo y distribuidor del museo se llevó a cabo durante la segunda fase del proyecto, entre 1992 y 1994. Los arquitectos optaron por plantear la restitución del espacio cupulado restaurando las tres quintas partes existentes y construyendo el resto a partir de la imagen urbana reflejada en los grabados de la época.

El San Pío V sin la cúpula. / L-EMV
Diferencia de materiales
“Lo que hace el arquitecto del proyecto, Manuel Portaceli, es devolverle la volumetría original, pero no mimetiza los materiales. La parte nueva es de hormigón y metal, con una malla metálica en la cúpula, mientras que el edificio original del siglo XVIII es de fábrica tradicional”, recuerda.
Esa diferencia de materiales, señala González Tornel, ha generado, con el paso del tiempo, problemas en los puntos de unión entre la estructura original y la reconstrucción moderna. “Los materiales no dilatan ni contraen igual y en los encuentros el estuco no ha trabajado bien”, reconoce el director, explicando así los desprendimientos de revestimientos detectados en el tambor de la cúpula y el deambulatorio.
El proyecto prevé sanear estos revestimientos, reparar estucos y enfoscados deteriorados y reforzar el falso techo. Aunque el informe realizado por la Generalitat para la adjudicación del proyecto aclara que no hay riesgo para la estabilidad estructural de la cúpula, sí señala expresamente que “el avanzado estado de desprendimientos podría llegar a provocar caídas de material que ocasionaran daños tanto a las obras expuestas como a los visitantes”.

Obras de reconstrucción de la cúpula en la década de los 90. / L-EMV
Fachadas y servicios
El proyecto también contempla actuar en las fachadas exteriores, donde se han detectado suciedad, degradación de revocos y problemas en elementos metálicos. Según el informe de la Generalitat, la falta de mantenimiento ha generado ennegrecimiento generalizado de la piedra y ladrillo, mientras que las muros han tenido que ser repintados en varias ocasiones por la presencia de grafitis. La intervención incluye también la reparación del portón de entrada, la sustitución del falso techo actual —que llega a desprenderse en días de viento— y la renovación del pavimento y la iluminación.
Además, se actuará en los aseos de las salas temporales, los más antiguos del museo, con sustitución de instalaciones, carpinterías dañadas por inundaciones y fancoils averiados, y adaptación a criterios actuales de accesibilidad. “Es una zona de acceso y da servicio a las temporales; era lógico aprovechar para renovarla”, explica González Tornel.
El director confía en que, si no se producen retrasos administrativos, las obras puedan estar prácticamente concluidas después del verano del año próximo. El objetivo es evitar el cierre de la cúpula durante los trabajos, organizando la obra por tramos. “Queremos que las molestias a los visitantes habituales sean las menos posibles, sobre todo para la gente que viene todas las semanas”, subraya.
Un paso de cebra para cruzar hacia el museo
La intervención en el hall y la cúpula se verá acompañada, previsiblemente en 2026, por una mejora en la accesibilidad exterior del museo. A través de los presupuestos participativos del Ayuntamiento de València, se ha aprobado la instalación de un paso de cebra semaforizado frente a la fachada del museo, en la calle San Pío V.
La propuesta fue impulsada por la Asociación de Amigos del Museo ante la imposibilidad, por ahora, de peatonalizar la zona. “Permitirá un cruce más amable entre las dos orillas de la calle y ralentizar el tráfico delante del museo”, explica González Tornel.

Retablo de Nicolás Borrás procedente del monasterio de Cotalba. / FERRAN MONTENEGRO
Nueva museografía para el siglo XVI
Paralelamente a la intervención arquitectónica, el museo sigue trabajando en la reordenación museográfica de las salas dedicadas al siglo XVI, especialmente las dos grandes salas abovedadas que aún están pendientes tras la reciente renovación de las dedicadas al Renacimiento del Norte y del Sur, Joan de Joanes y el Manierismo Internacional.
Este proyecto incluirá también la restauración de las bóvedas de estas salas y afectará al pasillo que conecta con la sala de retablos. Y traerá consigo uno de los movimientos más delicados: el traslado de grandes piezas de la colección.
Entre ellas, destaca el retablo de Nicolás Borrás procedente del monasterio de Cotalba, que actualmente se exhibe en la sala de retablos góticos pese a ser muy posterior a estos. La intención es trasladarlo a la sala de arte de la Contrarreforma para darle un contexto histórico más coherente.
“En su día se colocó ahí por tamaño, pero hay que darle un sentido más didáctico al discurso del museo”, argumenta. Este proyecto museográfico, de mayor complejidad y coste que una intervención menor, se adjudicará en las próximas semanas, aunque su ejecución está prevista para principios de 2026, debido al volumen de trabajo y a la necesidad de mover obras de gran formato.
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