Alberto Díaz, 31 años y 52 internacionalidades, ejerce por primera vez como capitán de la Selección española. Atendió a AS unos minutos en las entrañas del Farum Arena de Copenhague.

¿Cómo han sido los primeros días sin Scariolo durante tantos años: extraños, ilusionantes?

Una mezcla de sentimientos. Al final, veníamos con unos automatismos de antes y ahora es todo nuevo. Idea nueva, filosofía nueva. Pero muy ilusionante.

Oriol Paulí dice que han cambiado todos los sistemas y que este equipo será más dinámico que el de Scariolo. ¿Cómo lo ve?

Son filosofías diferentes. Con Sergio teníamos unas reglas muy claras y una forma de jugar tácticamente muy focalizada a los objetivos que queríamos dentro de la pista. Con Chus es todo mucho más abierto, con más opciones, con un juego más libre. Más libertad de decisión de los manejadores y tiradores para atacar. Son filosofías diferentes y nos hemos adaptado bien. El equipo se siente cómodo.

¿Cómo cree que debe plantearse la Selección esta nueva etapa después del cambio de entrenador y el batacazo de Limasol?

Como jugador, es complicado decirlo. Es cierto que en los últimos años nos ha costado conseguir los objetivos. Por eso es un nuevo ciclo. Es ilusionante porque ahora hay mucho jugador nacional destacando en la ACB, que otros años quizá costaba más encontrar. Y hay jóvenes con un talento brutal desarrollándose en Estados Unidos. Hay que focalizar esto con paciencia y con ilusión porque tenemos la materia prima y los diamantes en bruto. Y, sobre todo, los veteranos tenemos que guiar a los más jóvenes en este contexto.

Capitán de la Selección de baloncesto. Si uno repasa la lista, no es cualquier cosa…

Yo empecé tarde en la Selección, sobre todo en campeonatos oficiales. Es una ilusión tremenda y lo que intento es transmitir esos valores que los grandes capitanes que he tenido me han transmitido a mí. Aquí todos nos conocemos y sabemos cuál es la línea que hay. El equipo por delante del yo personal. Ser capitán de estos jugadores es muy sencillo. Y lo más importante para mí, como capitán en esta Ventana, es ganar los dos partidos. Y el primero, ya lo tenemos.

Lleva ya ejerciendo la capitanía muchos años en el Unicaja. ¿Qué cosas puede trasladar de cómo ejerce en el vestuario del Carpena?

Realmente, siempre son los mismos. Esfuerzo, sacrificio, trabajo. Poner al equipo por delante de los números y eso es muy sencillo porque el jugador nacional tiende mucho a eso, a jugar en equipo. Se ayuda y está unido. Simplemente tengo que estar al frente.

No debutó con Chus Mateo en Málaga, ¿pero al menos compartió entrenamientos en su etapa?

No, en esa época estaba Pepe Pozas. Pero tengo una muy buena relación de muchos años. Hemos jugado tantas veces que ya nos conocíamos y nuestra relación personal era magnífica. Y ahora que puedo por fin puedo jugar con él, mucho más.

¿Esperaba ese crecimiento que ha tenido como entrenador?

Todo cae por su propio peso. Él siempre ha sido un fantástico ayudante y un gran entrenador. Qué voy a decir de Chus, si ha ganado una Euroliga, que aquí nadie la ha ganado. Y no sólo eso, sino entrenar al máximo nivel y dirigir jugadores de nivel top, hace que esté aquí por méritos propios y es el seleccionador ideal para llevar este nuevo ciclo.

¿Cómo ve el panorama de las Ventanas? Los jugadores empiezan a tomar decisiones. Campazzo y Deck, con Argentina; Hezonja, con Croacia, Shengelia, con Georgia. Los españoles no vienen. Es una anomalía. ¿Cuál es su postura?

Es cierto que es una situación atípica. No creo que sea justo. Nuestros jugadores del Valencia, que juegan Euroliga, también quieren venir. Quieren estar aquí, representar a sus compañeros y a su país. No gusta que haya ese solapamiento entre competiciones. Pero es lo que hay y nosotros tenemos que ir para adelante con lo que tenemos. Ojalá que, por el bien de baloncesto, se solucione, y que los seleccionadores tengan todo el material para elegir.

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