Durante años, Belén Sillero ocultó detrás de compras compulsivas un vacío emocional que la acompañaba desde la adolescencia. Lo que empezó como una forma inconsciente de sentirse valorada se transformó en una espiral que la llevó a gastar miles de euros en un solo día, alimentando un personaje construido a base de tacones, bolsos y prendas que apenas llegaba a estrenar.

«He llegado a gastar 3.000 euros en un día, creo que ese día llegué a vomitar de la ansiedad que tenía de ver todas esas bolsas», confiesa.

La pandemia marcó su punto de inflexión. Al frenar en seco su ritmo de vida, Belén tuvo que enfrentarse a su propia adicción, pedir ayuda profesional e iniciar un proceso de recuperación que la llevó a reconstruirse desde cero.

«Comprar de forma compulsiva me hacía sentir poderosa, me subía la autoestima«, nos cuenta, «yo compraba para tapar, es dopamina pura». Por eso, decidió ingresar dos meses en un centro de rehabilitación.

Hoy, tras más de un año sin recaídas, cuenta su historia para ayudar a identificar las señales de la adicción y romper el silencio que la rodea. ¡No te pierdas su historia en el vídeo de arriba!