A Dorothy Draper fue una pionera del diseño de interiores

Hay un puñado de libros que deberías tener si te apasiona el diseño de interiores. Decorating is Fun!, de Dorothy Draper, es, sin duda, uno de ellos. Decorar se presenta en sus páginas como una práctica tangible que cualquiera puede aprender. Además, Draper escribía de una manera muy amena. La gran dama del diseño americano no era partidaria del beis y, en términos crómaticos, despreciaba todo lo que se pareciera al gravy (el tradicional jugo de carne de los asados en Inglaterra y Estados Unidos).

Una de las salas de the Greenbier Hotel diseñado por Dorothy Draper

Su trabajo en The Greenbier Hotel fue el espaldarazo definitivo a su carrera.© The Greenbrier Hotel

El barroco moderno, su especialidad

En su país, Draper sigue siendo una de las figuras más importantes del diseño de interiores, pero fuera del sector sigue siendo una figura relativamente desconocida. Sin embargo, hay mucho que aprender de esta gran emprendedora. Hace 100 años fundó uno de los primeros (si no el primero) estudio de diseño dirigido por una mujer en Estados Unidos. Se encargó de amueblar hoteles icónicos de Nueva York como el Hampshire House y el The Carlyle, aunque fue The Greenbrier Hotel, en Virginia Occidental, el proyecto que disparó su carrera y la consagró como reina del maximalismo elegante y de los papeles pintados. Su estilo fue calificado de “barroco moderno”, pero si hubiera que atribuirle otra definición, optaríamos por opulencia individual. “If it looks right, it is right” (si parece que está bien, es que está bien), era uno de sus lemas favoritos, además de ser una firme defensora de que cada uno debía vivr como quisiera.

Retrato de Dorothy Draper

Draper (1889-1969) sentada en el brazo de un sillón floral, (Nueva York, 1942.© PhotoQuest/Getty Images

Autodidacta con un talento mágico

Dorothy Draper nació el 22 de noviembre de 1889 en el estado de Nueva York en el seno de una familia acomodada- Se casó a los 23 años, tuvo tres hijos y se divorció en 1930. Su marido comerciaba con propiedades que ella amueblaba. Sin embargo, nunca se formó académicamente como interiorista. «Creo que Dorothy Draper nació con un talento mágico», escribía sobre ella su antiguo colaborador Carleton Varney, que más tarde dirigió su estudio de diseño, «Fue autodidacta y creció en una época en la que no se animaba a las mujeres a seguir una carrera». Draper no dejó que eso la detuviera. Trabajó como decoradora y columnista y publicó Decorating is Fun!, su primer libro, en 1939.