Mieke Treur es una mujer de 57 quien se dedica a fotografiar y decorar inmuebles. En entrevista con el medio neerlandés, Noordhollands Dalg, ha contado cómo el antiguo ático de una iglesia le ha llamado tanto la atención a tal punto de decidir reacondicionarlo y habitarlo en Elbakerk, Países Bajos. 

Mieke ha comentado que aunque por su trabajo ella visita constantemente todo tipo de propiedades, esta en particular la cautivo, especialmente por su arquitectura. «Cuando vi los auténticos arcos y la mampostería, bueno… era precioso incluso vacío». 

Treur se refirió al reto que significó el diseño de interiores en un espacio tan peculiar, ya que no cuenta con paredes rectas, todas son curvas. ¿Dónde se coloca un armario? ¿Y cómo se asegura de que todo no parezca estar colocado al azar en medio de la habitación? fueron preguntas que se hizo ella a la hora de organizar el recinto. 

Para personalizar el lugar y hacerlo acogedor la estilista ha dicho que optó «conscientemente por combinar los materiales existentes y crudos con tonos tierra y elementos elegantes». De hecho ella misma diseño el baño y lo considera su «centro de bienestar personal».

La mujer valora la privacidad que le ofrece el lugar al no tener vecinos. Ella dice sentirse protegida e incluso «bendecida». La misma considera que las dimensiones del espacio son adecuadas y destaca el amplio espacio que le ofrece la altura del techo, perimiéndole ubicar grandes objetos cómo floreros y repisas. En ese mismo sentido Treur ha dicho que las caracterizas de la casa la incentivan a ser creativa con el almacenamiento. 

La única pega  

«Por primera vez en mi vida, vivo en un lugar sin jardín, pero tengo una pequeña galería donde puedo disfrutar de un café en las mañanas bonitas, y desde donde puedo ver la ciudad, la playa y las dunas», confesó Mieke.