En Valladolid, «donde el frío te pega unos meneos que te vuelve loco», pasa la vida un despertador de emociones como Cristóbal Gabarrón Betegón (Mula, … 1945), próximo invitado del Aula de Cultura de LA VERDAD y la Fundación Cajamurcia, que conversará con los lectores en este año en que celebra su 80 aniversario y el vigésimo aniversario del Museo Cristóbal Gabarrón en la Casa Pintada de su ciudad natal. Una meritoria trayectoria internacional en la que este incansable investigador ha colocado en el centro de sus energías al individuo, la conciencia y los valores humanos. Ochenta años de compromiso con los derechos universales y con la promoción de la cultura a través de sus fundaciones en Nueva York, Valladolid y Mula, y con murales y esculturas en los lugares más singulares del orbe. Una conmemoración a la que se suma este diario en esta sesión programada para el miércoles 3 de diciembre, a las 19 horas, con entrada libre, en el auditorio de la Fundación Cajamurcia en la Gran Vía, nº 23, de Murcia.

Hace unos días el Museo Cristóbal Gabarrón de Mula inauguró la exposición ‘CreaMurcia: Haciendo historia’, una propuesta comisariada por Juan Albaladejo y Aurora Rodríguez dedicada a poner en valor la trayectoria de doce artistas que formaron parte del certamen en distintas ediciones y que hoy representan una parte significativa del arte murciano contemporáneo: Claudio Aldaz, Miguel Fructuoso, Pedro Guirao, Gloria Lapeña, Ana Martínez, Cantabella, Manuel Pérez, Eva Poyato, Sergio Porlán, Katarzyna Rogowicz, Rocío Kunst y Rubén Zambudio. Gabarrón está, generacionalmente, a años luz, pero comparte con todos ellos dos conceptos importantes que asoman en sus dibujos, pinturas, escenografías y esculturas: diversidad y evolución.

A sus 80 años, este centauro de la creación, con su exuberante cabellera nevada, sigue sorprendiendo por su hiperactividad, su extrema sensibilidad y su fascinante y alborozado universo plagado de símbolos e imágenes. El crítico francés Pierre Restany definió a Gabarrón, miembro de la Real Academia de Bellas Artes Nuestra Señora de la Arrixaca de Murcia, como «un humanista del color», en alusión a su emblemática obra ‘La Capilla del Milenio’ (2000-2001).

El catedrático de Historia del Arte de la UMU Cristóbal Belda y Cristóbal Gabarrón en la exposición antológica que acercó la obra del artista muleño en la Fundación Cajamurcia este año 2025 por su 80 aniversario.

El catedrático de Historia del Arte de la UMU Cristóbal Belda y Cristóbal Gabarrón en la exposición antológica que acercó la obra del artista muleño en la Fundación Cajamurcia este año 2025 por su 80 aniversario.

Adc

El muleño colaboró por primera vez con la ONU en 1986 con el diseño del sello conmemorativo del Año Internacional de la Paz. Desde entonces, mantiene una estrecha relación que se ha plasmado en collages conmemorativos en el Kanal Centre Pompidou (Bruselas), el cartel del 70 aniversario de la ONU o, para la misma celebración, el grupo escultórico ‘Universo de luz’, instalado en Central Park (Nueva York) en 2015 y más tarde en la plaza de San Pablo de Valladolid.

‘El cristal de la memoria’, exposición que colonizó el Centro Cultural Las Claras de la Fundación Cajamurcia entre mayo y julio de este año, ofreció «una mirada profunda a más de seis décadas de creación artística», un recorrido libre por los momentos clave que definen su lenguaje visual y su pensamiento desde sus inicios en 1961. Su forma de entender el mundo a través del arte abarca, además de pintura y escultura, el collage y el ensamblaje. La libertad formal, la simbología personal y una mirada humanista constante a lo largo de su carrera son el hilo conductor de su discurso creativo.

«Tal y como está el mundo hoy me aferro más a los principios que me inculcó mi padre: respeto, entendimiento, educación, amor al trabajo…»

El Chelsea Art Museum (Nueva York), el IVAM (Valencia), el Museo Nacional de Arte de China (Shanghái) o el Museo de Arte Moderno de Gdansk (Polonia) son otras instituciones donde se han exhibido sus proyectos. Organismos como Naciones Unidas y el Comité Olímpico Internacional han respaldado su entusiasmo, integrando su obra en espacios públicos para promocionar una visión ética y humanista del arte.

–¿Hablar siempre es bueno?

–Siempre es bueno hablar, sí, y hablar entre amigos también.

–Este mundo siempre fue salvaje. Demasiados agujeros y trampas. ¿De qué se ha cuidado usted?

–La vida, en general, es así. Yo tengo muchos años, como sabéis, y he conocido a gente de todo tipo. Si hablas con empresarios, te dicen que este es un mundo duro, en el que hay que cuidarse. Los periodistas también me lo han dicho. Posiblemente hoy todo se ha complicado, sobre todo en la cultura, porque vemos que la cultura parece ser que no interesa a mucha gente. En los años 70 interesaba mucho más, había unas reglas diferentes y había apoyo de la sociedad, sobre todo de la clase media, hacia los jóvenes. Hoy eso es complicado, estamos globalizados hasta en eso.

–Justo llegando a su 80 aniversario, después de tantas décadas en el ejercicio artístico, decidió acometer uno de los proyectos más importantes de su carrera: ‘Ámbito’. Encuentros artísticos internacionales en lugares de especial interés histórico y artístico como Atapuerca (Burgos), Monteagudo (Murcia), Ġgantija (Malta), Hong Kong, Santiniketan (India) u Oxirrinco (Egipto).

–Yo creo que ‘Ámbito’ es el proyecto más importante de mi carrera. Yo he tenido proyectos igualmente importantes encargados por grandes instituciones, pero creé ‘Ámbito’ pensando qué es lo que ocurre en el mundo. Lo que a mí me ha demostrado este proyecto que he llevado alrededor del mundo, con diferentes personas, diferentes espacios y diferentes temas, lo que encuentro es que hay más igualdad de lo que pensamos, en la gente, en cómo se acometen las cosas, en los problemas, en las fortalezas que tiene la sociedad en cada ámbito: la educación, la naturaleza, el confrontamiento, la guerra… temas que nos han preocupado siempre y ahora incluso más. La importancia está también en convocar a otros artistas de diferentes especialidades a que contigo tengan el atrevimiento y que se quiten el miedo a hacer esto sin previa preparación, pues solo sabían el tema. En cualquier momento podía haber sido un fracaso, pero conseguir que esos compañeros, poetas, danzantes, músicos… todos se comprometan a que no van a pensar nada más que lo que nos digan los cinco sentidos en ese momento, dejarnos todos penetrar por la creatividad del instante, esto es lo que ha sido interesante. A mí me gusta mucho el resultado, y me ha abierto un montón de campos en los que yo no había pensado. Había que tener en cuenta también las inclemencias del tiempo, porque en Egipto, de buenas a primeras, nos entró un vendaval de arena que está todavía incrustada en el lienzo, y que te daba en los ojos y las piernas.

Cristóbal Gabarrón en la avenida Juan de Borbón, en la inauguración de una de sus esculturas públicas más reconocidas, la ninfa 'Frouida', el monumento al trasvase Tajo-Segura, en acero y fibra de carbono, que el artista donó a Murcia en 2006.

Cristóbal Gabarrón en la avenida Juan de Borbón, en la inauguración de una de sus esculturas públicas más reconocidas, la ninfa ‘Frouida’, el monumento al trasvase Tajo-Segura, en acero y fibra de carbono, que el artista donó a Murcia en 2006.

Juan Leal

–En 1945, cuando usted nace, acaba la Segunda Guerra Mundial. Es curioso que ‘Ámbito’ arrancara el día de la invasión de Rusia a Ucrania en febrero de 2022, una guerra que, por otro lado, todavía no ha terminado. ‘Flores contra bombas’ fue el título que puso al mural que realizó en directo ese día de lluvia cuando la floración de los almendros embellecía los campos de Mula.

–Fue el inicio de una nueva guerra sorpresiva para todos a un lado de Europa, en el mundo occidental nadie podía esperar que un país invadiera a otro, aunque había habido unos años antes en la parte de Crimea una ocupación. Y aunque la sociedad se callara, según mi opinión, porque parecía que no iba con ellos. Ese día que creamos el principio de ‘Ámbito’ yo no había contemplado esa posibilidad de que lloviera. Pero lo logramos hacer. Casi cuatro años después estamos todavía con esta guerra y con otras guerras, y todas son barbaridades que no somos capaces de solucionar. Podría decir que la culpa de todo la tenemos nosotros, la sociedad, que es bastante egoísta, pues cierra los ojos a los problemas cuando estos no van con ellos.

«Tenemos dos ofertas de países fuera de España que quieren crear un espacio especial para mostrar todas las obras realizadas con el proyecto ‘Ámbito’, aunque a mí me gustaría que se quedaran en España»

–En esa Mula, mucho más señorial por aquello de más intacta en sus años de infancia, quizás no soñó nunca con la vida que le esperaba, tan rica en experiencias, encuentros, amistades, pero también en desencuentros, sinsabores y muchos atolladeros.

–Cuando yo era niño, había más edificios nobles que ahora. Yo nací en la parte alta de Mula, la más humilde. Yo no nací en esos palacios maravillosos que afortunadamente hoy se conservan. Yo era un niño que quería jugar con mis amigos, amaba y sigo amando la naturaleza, me encantaba estar en la huerta y en el campo, disfrutaba cosas muy simples. No pensaba qué iba a ser en el futuro. Hubo una cosa curiosa. Con 13 años, ya instalados en Valladolid, en el colegio La Salle de Valladolid, había un cura muy interesado por la cultura, un filósofo, con un pensamiento absolutamente fuera de la época. A mí me gustaba pintar y dibujar, y yo tenía todos mis libros con retratos de los profesores, y algunos se cabreaban porque tenía todas las hojas con dibujitos. Y este profesor no se cabreaba, es más, se preocupaba por lo que hacía. Me preguntó si tenía 20 cuadros o pinturas, y yo le dije que tenía al menos un centenar. Había una sala donde nos alineaban al fin del recreo para entrar a las clases, y allí el profesor me dijo que se iba a encargar de exponerlos todos. Cuando yo vi todo aquello expuesto, yo me di cuenta de que quería hacer exposiciones con mis obras.

Durante cerca de cuatro horas, sobre un lienzo blanco de 3 metros de alto y 9 de largo y a unos 190 kilómetros de El Cairo, en el yacimiento arqueológico de Oxirrinco, en El-Bahnasa (Egipto), el pintor y escultor Cristóbal Gabarrón (Mula, Murcia, 1945) realizó en 2022 su sexta acción de arte en vivo del proyecto ‘Ámbito’, una reflexión multidisciplinar sobre los grandes asuntos que centran su obra.

Fundación Cristóbal Gabarrón

Imagen principal - Durante cerca de cuatro horas, sobre un lienzo blanco de 3 metros de alto y 9 de largo y a unos 190 kilómetros de El Cairo, en el yacimiento arqueológico de Oxirrinco, en El-Bahnasa (Egipto), el pintor y escultor Cristóbal Gabarrón (Mula, Murcia, 1945) realizó en 2022 su sexta acción de arte en vivo del proyecto 'Ámbito', una reflexión multidisciplinar sobre los grandes asuntos que centran su obra.

Imagen secundaria 1 - Durante cerca de cuatro horas, sobre un lienzo blanco de 3 metros de alto y 9 de largo y a unos 190 kilómetros de El Cairo, en el yacimiento arqueológico de Oxirrinco, en El-Bahnasa (Egipto), el pintor y escultor Cristóbal Gabarrón (Mula, Murcia, 1945) realizó en 2022 su sexta acción de arte en vivo del proyecto 'Ámbito', una reflexión multidisciplinar sobre los grandes asuntos que centran su obra.

Imagen secundaria 2 - Durante cerca de cuatro horas, sobre un lienzo blanco de 3 metros de alto y 9 de largo y a unos 190 kilómetros de El Cairo, en el yacimiento arqueológico de Oxirrinco, en El-Bahnasa (Egipto), el pintor y escultor Cristóbal Gabarrón (Mula, Murcia, 1945) realizó en 2022 su sexta acción de arte en vivo del proyecto 'Ámbito', una reflexión multidisciplinar sobre los grandes asuntos que centran su obra.

–Aunque antes en Mula había sentido una especie de alucinación mientras descendía una cuesta.

–Sí, sucedió bajando con mi madre de la mano, un día de viento Un papel medio roto se mueve por el suelo, y yo me agaché a cogerlo porque yo no había visto eso nunca. Era la primera vez que yo veía una cosa con color. Había unos calendarios que regalaban las empresas, algunas tiendas, y se ponía en la cocinas. En los faldones llevaban los meses, y en la parte de arriba llevaban una reproducción de una mujer tocando la guitarra, que a mí me parecía maravillosa. Aquello lo guardé y lo perdí, como otros recuerdos, en uno de tantos cambios en mi vida. Lo debí perder con cuarenta y tantos años, pero ese fue el primer motivo que me animó a querer pintar con colores. Yo ya en la tierra, cuando jugaba, pintaba con palos dibujos de pájaros y árboles, como hacían los niños.

–A partir de ahí se abre un camino de búsqueda y de exploración, que aún no ha concluido.

–Tenía una inquietud grande, sí. Yo quería hacer cosas con el color. Y sigo queriendo. Mi vida es esto, con lo que me encuentro feliz, y es con lo que realmente tiene sentido mi vida. Quiero seguir indagando, pintando, pensando, adecuando las cosas, investigando materiales, nuevas formas, llegar de forma más simple a la gente, hacer cada día una obra más fresca… Si me preguntas qué espero, por ejemplo, de 2026, pues te diría que espero seguir trabajando. Pienso que se desarrollará como cualquier año anterior.

–La dimensión universal de su obra es otra de sus características. Prescindir de fronteras y de localismos para entender el planeta, el universo, como un todo.

–Yo pienso y creo que la gente es igual en todos sitios, con pequeñas diferencias, que las marcan las distintas culturas. Para mí ha sido decisivo intercambiar ideas y formas de pensar con otras culturas, en otros países, profundizar en ellas, ver qué teníamos de parecido, ver en qué podíamos coincidir, y aprovechar todo eso también para hacer mi propia obra.

Cristóbal Gabarrón en una entrevista en Valladolid en 1999.

Cristóbal Gabarrón en una entrevista en Valladolid en 1999.

R. Gómez

–Los principios fundamentales que debieran sustentar la sociedad (igualdad, derecho, justicia, diversidad, libertad, democracia) emparentan muy bien con la filosofía que adorna su obra.

–Mi padre era un hombre que me hablaba siempre de los derechos personales, de los derechos de los demás, del entendimiento de unos con otros, de la ley del esfuerzo y del amor al trabajo… y son los principios que tengo desde pequeño y a los que me aferro todavía más tal y como está el mundo.

–¿Qué cree usted que ha aportado a la gente con la que se ha cruzado a lo largo de 8 décadas?

–La honestidad de mi trabajo. Para mí eso es trascendente. Puedes hacer una obra propia, pero no puede dejar de ser honesta.

–¿Dónde se podrán ver todas las obras juntas creadas en ‘Ámbito?

–Tenemos dos ofertas de países fuera de España que quieren crear un espacio especial para meter todas estas obras. Hablamos de once obras en total, porque cuento la primera que hice en el estudio. Queremos explicar bien el proyecto, lo que supone la creación en comunidad, sin pensamiento, de una manera absolutamente cultural. Las conclusiones de todos los profesionales que han intervenido han sido analizados por especialistas. Tenemos grabado todo el proceso creativo y todo el movimiento generado alrededor. A mí me gustaría que todo esto se quedara en España, y vamos a esperar a ver si se despierta algún interés.

Encuentro con Cristóbal Gabarrón en el Aula de Cultura de LA VERDAD: 3 de diciembre

Cristóbal Gabarrón será el próximo invitado del Aula de Cultura de LA VERDAD y la Fundación Cajamurcia, el miércoles 3 de diciembre, a las 19 horas, en un encuentro titulado ‘Un humanista del color’, coincidiendo con el 80 aniversario que está celebrando este año y el 20 aniversario de su museo en Mula. Gabarrón conversará sobre una trayectoria internacional plagada de hitos, como el mural para los Juegos Olímpicos de Barcelona 92 y el mural ‘Encuentro 92’ para la Exposición Universal de Sevilla (1992), el proyecto escultórico ‘Atlanta Star’ (1996), la obra ‘Hope for Peace’ (1986), escenografías para José Mercé y el Washington Ballet, series escultóricas como ‘Homenaje al Quijote’ (2005), ‘Los silencios de Colón’ (2006) y ‘Las Torres de la Alhambra’ (2008), esculturas públicas por doquier y proyectos internacionales como ‘Ámbito’.