Los príncipes de Mónaco, Alberto II, Charlène, Jacques y Gabriella (@palaisprincierdemonaco).
El inicio oficial de la Navidad en Mónaco ha llegado, un año más, de la mano del tradicional encendido de las luces navideñas. La ceremonia, que ya es una de las más esperadas del calendario monegasco, reunió este sábado al príncipe Alberto, a la princesa Charlène y a los mellizos Jacques y Gabriella, que fueron los encargados de activar el dispositivo que ilumina las calles del principado durante el mes de diciembre.
Aunque la expectación siempre recae en los más pequeños de los Grimaldi, esta vez fue Charlène quien acaparó parte de las miradas gracias a un estilismo que resumía a la perfección su concepto de elegancia invernal: discreto, estructurado y con un punto de sofisticación atemporal.
Para la ocasión, la princesa apostó por un abrigo largo confeccionado en un rico tejido jacquard en tonos tierra, con un dibujo similar al damasco tradicional. La prenda, entallada en la cintura y rematada con doble botonadura, incorporaba además finos cordones decorativos que aportaban volumen y relieve. Debajo optó por un cuello de punto blanco, un básico versátil que iluminaba su rostro y equilibraba la intensidad de la prenda. El abrigo, firmado por Etro y elaborado en Italia con mezcla de lana y cachemira, está disponible por 2.990 euros.
En cuanto a los accesorios, Charlène prefirió mantener la gama cromática del look, recurriendo a guantes de cuero en un marrón muy oscuro y botas del mismo tono y con tacón moderado. Todo ello reforzaba la armonía del estilismo y le imprimía un aire invernal impecable. Su peinado: un recogido pulido, y un maquillaje en tonos rosados completaron un conjunto elegante, coherente y muy representativo de su imagen pública: sobria, depurada y carismática.
Los príncipes de Mónaco, Alberto II, Charlène, Jacques y Gabriella (@palaisprincierdemonaco).
Como es habitual, Jacques y Gabriella disfrutaron del acto con naturalidad y complicidad ante los fotógrafos. El heredero lució un abrigo azul marino de corte clásico, acompañado de un traje del mismo color, camisa blanca y corbata azul. Elegante y correcto, se mantuvo fiel a los tonos fríos que predominan en el vestuario oficial del príncipe Alberto.
Gabriella, en cambio, sorprendió con un conjunto delicado y luminoso en tonos crudos. La niña llevó un abrigo de la colección infantil de Fendi, con un precio de 950 euros, y una falda de tweed adornados con botones dorados, combinados con un jersey de cuello alto blanco, medias a juego y zapatos tipo merceditas. Un look monocromático que transmitía candidez y que contrastaba con el estilo más solemne de su hermano.
Los príncipes de Mónaco, Alberto II, Charlène, Jacques y Gabriella (@palaisprincierdemonaco).
Este acto navideño llega días después de que Charlène concediera dos entrevistas en las que habló de manera inusual sobre su vínculo con Jacques y Gabriella. La princesa los describió como “los grandes pilares” de su vida y destacó sus diferencias: «Las conversaciones que tengo con Jacques y las que tengo con Gabriella son muy diferentes, así como el tiempo que paso con ellos. Gabriella es muy curiosa. Le intriga mucho el mundo y la vida en general. Hace muchas preguntas y exige mucha atención. Jacques es curioso y observador. Más reservado, es naturalmente muy tranquilo», explicó a la revista Gala.
En otra conversación reciente, con motivo del Día Nacional de Mónaco, la princesa explicó que la presencia de los mellizos en los actos oficiales responde a un aprendizaje gradual del papel que desempeñarán en el futuro. Sin embargo, insistió en que su prioridad no es el protocolo, sino inculcar valores como la empatía, la generosidad y la capacidad de ayudar a los demás. Señaló, además, que ambos participan con frecuencia en iniciativas benéficas y actividades relacionadas con la protección animal.