Abrigo y pantalón de Hermès camiseta de James Perse y pendientes de David Yurman.

Abrigo y pantalón de Hermès, camiseta de James Perse y pendientes de David Yurman.

Fotógrafo: Theo Wenner. Editor de moda: Tom Guinness.

“¿Has estado alguna vez en Cluck-U Chicken?”, pregunta Michael B. Jordan. Va de camino a la sesión de fotos del Hollywood Issue en Londres, pero no puede evitar salivar al pensar en su sitio predilecto para comer alitas de pollo cuando le menciono que soy de South Orange, Nueva Jersey, a un tiro de piedra de Newark, donde él se crio. “Llevo tantísimo tiempo sin ir… Ese es mi sitio», dice melancólico.

Por muy tentadoras que sean las alitas picantes de la tienda, Jordan simplemente está demasiado solicitado como uno de los últimos galanes de la vieja escuela que quedan en Hollywood. De joven, fue ascendiendo peldaño a peldaño en la industria, dejando actuaciones memorables en papeles secundarios, desde culebrones como Todos mis hijos hasta dramas de prestigio como The Wire y Friday Night Lights. Su entrada oficial en el panteón de las estrellas de cine llegó con el drama Fruitvale Station de 2013, su primera colaboración con Ryan Coogler —su Martin Scorsese, él sería su Robert De Niro—. Desde entonces, ambos han cultivado una de las sociedades creativas más potentes de Hollywood, trabajando juntos en la saga Creed, en las cintas de Black Panther y, más recientemente, en Los pecadores, la sorprendente película de vampiros que arrasó esta primavera.

Michael B. Jordan “Nací en el 87. Soy un puente entre saber cómo era todo sin redes sociales y entender su impacto hoy

Fotógrafo: Theo Wenner. Editor de moda: Tom Guinness.

Michael B. Jordan “Nací en el 87. Soy un puente entre saber cómo era todo sin redes sociales y entender su impacto hoy

Fotógrafo: Theo Wenner. Editor de Moda: Tom Guinness.

“Coog”, como Jordan lo llama cariñosamente, “siempre ha sido un pionero”. A veces, a los directores les gusta imponer su autoridad; no es el caso de Coog. “Siempre estamos sincronizados y entendemos cuál es la visión compartida del éxito”, comenta Jordan. Pero a pesar de su historial de taquillazos aclamados por la crítica, “nos han subestimado”, añade. “Siempre ha sido una batalla cuesta arriba demostrar ciertas cosas… No es que alguna vez intentáramos demostrar nada. Siempre quisimos concentrarnos en el trabajo y dejar que ese trabajo hablara por sí solo”.

Aunque a Jordan le encanta “ser un vehículo” para la visión de Coogler, también ha desarrollado un gusto creciente por la dirección desde que tomó las riendas de la tercera entrega de la saga Creed. Y eso resultó ser una ventaja en el rodaje de Los pecadores, donde, según cuenta, pudo convertirse en un “par de ojos extra” para Coogler. “Ahora tienes a dos directores en el set resolviendo problemas y siendo creativos”, dice Jordan. Cuando se enfrentó al reto de diferenciar a los gemelos idénticos que interpreta en pantalla —el taciturno Smoke y el buscavidas Stack—, Jordan tuvo una idea inesperada: “Usé zapatos de tallas distintas”. Para Smoke, se calzaba el par más grande: “Smoke era muy terrenal y no se movía demasiado.” Stack, en cambio, “era un poco más aventurero y curioso”, explica Jordan. “Siempre estaba saltando de una cosa a la siguiente, moviéndose con una agilidad casi instintiva”.

Esa atención al detalle y su disposición a ir más allá han convertido a Jordan en una de las últimas estrellas que quedan capaces de protagonizar una película con total fiabilidad. Quizá también ayuda que tuvo la suerte —o la mala suerte, según se mire— de posicionarse justo antes de que los directores de casting empezaran a preocuparse más por los seguidores en Instagram que por el talento en bruto. “Tío, yo nací en el 87”, dice con una risa cansada. “Soy este puente entre saber cómo era todo sin redes sociales y también entender el impacto que tienen hoy”. Jordan no tiene Snapchat ni TikTok; intenta estar presente para sus fans sin tener que estar actuando para ellos constantemente. “Ese es el equilibrio que siempre procuro encontrar: simplemente tratar de ser genuinamente yo”, afirma. “No intento actuar en todos los aspectos de mi vida. Para eso está el trabajo, ¿sabes?”.