Más de la mitad de los pacientes con migraña experimenta síntomas antes de la aparición del dolor de cabeza, aunque únicamente entre un 10 % y un 30 % manifiesta los mismos avisos en cada episodio. Así lo recoge el primer documento elaborado por la Fundación Española de Cefaleas (FECEF) dirigido a pacientes y familiares, una guía que busca aclarar dudas frecuentes sobre esta enfermedad neurológica que afecta al 12 % de la población española y genera un alto nivel de discapacidad.

«Pensamos en la migraña como sinónimo de dolor de cabeza, pero el dolor es solo una fase del proceso», explica la neuróloga Ana Gago-Veiga, miembro del Comité Científico de la FECEF y del Grupo de Estudio de Cefaleas de la Sociedad Española de Neurología. La especialista recuerda que la migraña se desarrolla en cuatro etapas: fase premonitoria, aura (presente en un grupo reducido de pacientes), fase de dolor y fase posdrómica o «resaca».

La primera señal

La fase premonitoria, que puede iniciarse hasta 48 horas antes del dolor, es la primera alerta de que la crisis está en marcha. En esta etapa, señala Gago-Veiga, «el cerebro funciona de manera distinta». Se activan regiones como el hipotálamo, el tronco del encéfalo y el sistema límbico, implicadas en funciones como el sueño, el apetito, la temperatura corporal y el estado de ánimo. De esta activación surgen los llamados síntomas premonitorios, que varían significativamente entre pacientes.

síntomas más habituales

  • Cambios de carácter: irritabilidad, tristeza, apatía o, por el contrario, euforia e hiperactividad
  • Fatiga o somnolencia
  • Dificultad para concentrarse
  • Bostezos repetidos
  • Rigidez cervical
  • Aumento del apetito o de la sed
  • Mayor sensibilidad a la luz, el ruido o los olores
  • Sensación de frío o calor

La mayoría de las personas presenta entre tres y cuatro síntomas por episodio, aunque estos no siempre se repiten. Solo entre un 10 % y un 30 % reconoce los mismos en cada migraña. «Algunos son no evolutivos, como la euforia; otros, como la fatiga, se intensifican a medida que se acerca el dolor», apunta la neuróloga.

El chocolate no provoca migraña

Durante años, ciertos alimentos o situaciones se han considerado desencadenantes de la migraña. Sin embargo, investigaciones recientes señalan que, en muchos casos, se trata de síntomas premonitorios mal interpretados.

«El deseo de comer chocolate no causa la crisis; es consecuencia de la activación de áreas del cerebro relacionadas con la recompensa», aclara Gago-Veiga.

La especialista subraya la importancia de conocer estos síntomas, ya que su identificación reduce la ansiedad y la sensación de imprevisibilidad, y permite al paciente anticiparse y gestionar mejor la crisis sin recurrir a restricciones innecesarias.

Una posible ventana terapéutica

La fase premonitoria se perfila también como una oportunidad para intervenir antes del dolor. Estudios recientes han demostrado que actuar en esta etapa puede prevenir o atenuar la cefalea en dos tercios de los casos. No obstante, solo un tercio de los pacientes logra anticipar al menos la mitad de sus crisis.

Actualmente se investigan métodos más objetivos para detectar esta etapa, como pulseras que registran variables fisiológicas, análisis de biomarcadores en saliva o sangre, cambios en el lenguaje o patrones de electroencefalograma. Los primeros resultados son prometedores, aunque estas tecnologías aún no están disponibles en la práctica clínica.

La FECEF concluye que reconocer la fase premonitoria es fundamental: «No es un simple aviso, es el verdadero inicio de la crisis». Para Gago-Veiga, facilitar información clara y accesible es clave: «Comprender la migraña es el primer paso para adelantarse a ella».