La conversación sobre la seguridad en el ciclismo vuelve a encenderse y esta vez con una propuesta que va mucho más allá de las habituales polémicas sobre frenadas, materiales o geometrías. Luca Guercilena, mánager general del Lidl-Trek, ha puesto sobre la mesa una idea tan radical como directa: invertir de manera masiva en tecnología de airbag integrada en cascos o maillots para reducir de forma drástica las lesiones más graves. «Si te caes, que salve tu cabeza y tu columna. Yo invertiría montañas de dinero en un sistema universal que proteja al corredor«, advierte.
El dirigente italiano, en conversación con Bici.Pro, sostiene que el ciclismo está atrapado en un bucle de decisiones tomadas desde la opinión y no desde la evidencia. Mientras la velocidad del pelotón crece, los corredores son cada vez más jóvenes y los grupos más compactos, el deporte sigue sin una base estadística sólida que permita entender qué está fallando realmente. «Basamos todo en opiniones y así no vamos a ninguna parte. No tenemos estadísticas longitudinales«, lamenta.
Mismas caídas, más implicados
Lidl-Trek, de hecho, ya trabaja en su propio registro interno con médicos y preparadores. Y sus primeras conclusiones contradicen uno de los grandes mantras del debate actual: no hay más fracturas que antes, pero sí muchos más corredores implicados en el mismo accidente. «El problema no es que haya más caídas, sino que todos entran en la misma. Las caídas son inevitables. Están más frescos, mejor entrenados y el pelotón es extremadamente compacto».
Otro factor al que Guercilena da especial peso es la madurez competitiva. La irrupción de jóvenes de 18 o 19 años en carreras de casi 300 km supone un choque natural con los ritmos y la experiencia de los veteranos. «La audacia de un chaval de 18 años no es la misma que la madurez de un corredor de 30. Su claridad después de 290 km es muy distinta«. Por eso el equipo ya ha modificado su comunicación interna: «Si arriesgar te hace perder un mes, no lo hagas. Si es para ganar un sprint, adelante. Pero no a 70 km de meta».
Donde otros proponen limitar ruedas, materiales o perfiles aerodinámicos, Guercilena ve solo parches temporales. Las innovaciones encontrarán alternativas igual de rápidas. Para él, todo pasa por dos prioridades: proteger al corredor en la caída y mejorar la infraestructura vial. Nada que ver con decisiones cosméticas o restricciones cortoplacistas.
El italiano insiste en que el ciclismo debe aprender de modelos como la Fórmula 1: primero el deportista, después el entorno y, solo al final, las limitaciones técnicas. Lo que falta, subraya, es un grupo de trabajo real con equipos, agentes, corredores y expertos independientes que genere datos fiables sobre cuándo, cómo y por qué se producen las caídas. «No sabemos si se cae más en los primeros 100 km o en los últimos 20. Suponemos cosas, pero siguen siendo opiniones».