Soplan vientos de cambio en el mundo del ciclismo. Cada vez son más numerosas las voces que se alzan para pedir cambios en un deporte marcado -y profundamente condicionado- por la tradición, en el que las bases que desde siempre han cimentado el calendario profesional ya no parecen tan fundamentadas como antaño.
Esta misma semana, dos figuras autorizadas se han pronunciado sobre la posibilidad de rediseñar el calendario ciclista. El impulsor de este movimiento crítico fue Tadej Pogacar, que aprovechando su estancia en las Islas Canarias con motivo de la Gran Canaria 365, se sinceró sobre el gran motivo de su prolongada ausencia en la Vuelta a España.
«Siempre digo que si cambiaran el Giro y La Vuelta sería mucho mejor por clima y para acudir», deslizó el esloveno, dando paso a una petición cada vez más extendida de intercambiar las fechas de estas dos Grandes Vueltas debido a las condiciones climáticas en las que se disputan las mismas.

Pogacar, durante su última participación en La Vuelta a España / EFE
Siguiendo la misma línea que Pogacar, Adam Hansen fue la siguiente voz autorizada en pronunciarse sobre la posibilidad de realizar cambios importantes en el calendario. «He hablado de esto durante los últimos años. Se rieron de mí, pero obviamente nunca han corrido el Giro con lluvia helada o La Vuelta con un calor abrasador«, escribió el presidente de la Asociación de Ciclistas Profesionales (CPA) a través de su cuenta de X antes de concluír su primer ‘post’ con una frase lapidaria. «Este es el gran problema del ciclismo, la tradición está siendo un freno».
Tanto Pogacar como Hansen comparten la creencia de que es necesario aplicar cambios en el Giro y en La Vuelta, aunque sus líneas argumentales son distintas. Mientras el primero apuesta por intercambiar fechas, el segundo piensa en retrasar unas semanas su pistoletazo de salida.
«El invierno ahora empieza más tarde y se prolonga durante más tiempo. Del mismo modo, el verano empieza más tarde que antes, pero también se extiende hasta el otoño. Si el clima está cambiando, no es absurdo pensar que el calendario de carreras debería cambiar con él», argumentó el presidente de la CPA.
Para Hansen, la solución a esta problemática pasa por retrasar unas semanas el inicio de la gira europea. «En una reunión con los organizadores, me preguntaron qué opinaba si el Giro se retrasara una semana, como lo ha solicitado RCS. En mi opinión, todo el calendario europeo se beneficiaría si se retrasara dos semanas«.