Una nueva alerta emitida por la Agencia Española de Seguridad Aérea (AESA) sobre el riesgo de sobrevolar los cielos venezolanos ha provocado que la mayor aerolínea española, Iberia, amplíe el cierre de la ruta Madrid-Caracas hasta final de año. La breve comunicación oficial enviada por la AESA a las compañías aéreas indica que “hasta el 31 de diciembre de 2025, se recomienda fuertemente a los operadores aéreos civiles españoles no realizar ningún vuelo en el espacio aéreo dentro del FIR Maiquetía [Venezuela y sur del Caribe], debido al potencial riesgo para la aviación civil por aumento de actividad militar, armas antiaéreas capaces a todas las altitudes y falta de coordinación entre las partes del conflicto”. Iberia ha sido la más concreta en su decisión, al acogerse al nuevo calendario de prevención.

La voz de alarma también alcanza a Air Europa, Plus Ultra y a aerolíneas venezolanas que viajan para turoperadores españoles. La decisión de Air Europa es “seguir las directrices de la AESA, aunque haremos evaluación de riesgos cada día”, explican fuentes internas. Es decir, sus saltos a Venezuela siguen cancelados sin un horizonte concreto. Plus Ultra, por su parte, deja en tierra sus aviones este martes y el próximo jueves, sin ir más allá en su previsión: “Seguimos evaluando en tiempo real la situación”, ha señalado un portavoz.

El mensaje de la AESA prácticamente calca el emitido el pasado lunes día 24 a la vista de la escalada de la tensión en sur del Mar Caribe por un despliegue militar de Estados Unidos sin precedentes desde la Guerra del Golfo. La Administración Trump tiene lanzada una ofensiva contra el narcotráfico y grupos terroristas que familiariza con el régimen venezolano de Nicolás Maduro. Ese lunes, AESA recomendó no volar hacia o desde Venezuela hasta este primer día de diciembre, llevando ahora el cerco de seguridad en torno al país latinoamericano hasta el 31 de diciembre.

Antes que el órgano español de seguridad aérea fue la Autoridad Federal de Aviación Civil de EE UU (FAA, por sus siglas en inglés) la que advirtió de alto peligro para la aviación en la Región de Información Maiquetía, que abarca toda Venezuela y una extensa franja del sur del Caribe. El ente norteamericano tiene en pie su consejo de no sobrevolar la zona hasta el 19 de febrero.

El espacio aéreo venezolano está cerrado de facto entre temores y precauciones de las mayores aerolíneas internacionales. Si bien es Venezuela a la que corresponde dar una eventual orden de cierre, que no ha sido emitida, autoridades de aviación de otros países pueden lanzar recomendaciones de seguridad, como han hecho las citadas FAA y AESA.

Iberia ha justificado el paso de ampliar en un mes la suspensión de sus operaciones a Caracas (vuela con una frecuencia diaria de ida y vuelta, salvo los viernes y los domingos) por la recomendación que le ha llegado de manos de la AESA, dependiente del Ministerio español de Transportes. La aerolínea ofrece a los clientes afectados “la posibilidad de cambiar sus vuelos para otra fecha, para otro destino cercano o bien, solicitar el reembolso del importe del billete”. Y reitera su intención de de “retomar los vuelos a Venezuela en cuanto se recuperen las plenas garantías de seguridad”.

Para volver a este destino, Iberia debería recuperar la concesión que le fue revocada la semana pasada por el Instituto venezolano de Aeronáutica Civil (INAC). La represalia contra la española también alcanzó a TAP, Turkish Airlines, Gol, Avianca y Latam, y se debió a lo que el Gobierno de Maduro entendió como seguidismo a la presión de Estados Unidos.

Iberia tiene depositada en la ruta Madrid-Caracas de Iberia una capacidad de 126.000 asientos al año, lo que supone un 1,68% de la actividad total en sus operaciones de largo radio. El impacto en el negocio, por tanto, es limitado. Pero se observa al minuto la situación.

Ni la compañía de IAG ni sus rivales Air Europa y Plus Ultra han tenido que retocar de momento sus operaciones a Latinoamérica más allá del caso venezolano. Mercados importantes como el colombiano, el cubano, el panameño o el de República Dominicana podrían verse complicados por la cercanía a la región militarizada, máxime si Trump ordena ampliar el despliegue militar y utilizar aeropuertos como los dominicanos.

Amenazas

Precisamente, el presidente de EE UU elevó un grado más la tensión en la zona este fin de semana. Tras anunciar el jueves que empezará “muy pronto” a detener el tráfico de drogas desde Venezuela “también por tierra”, este sábado aseguró que el espacio aéreo del país caribeño se cerraría en su totalidad, una decisión que acerca la posibilidad de un ataque militar sobre Venezuela.

Al margen del INAC venezolano, la Aeronáutica Civil de Colombia ha denunciado la “incertidumbre operacional” que ha generado el mensaje del presidente Trump. En un comunicado, el organismo aseguró que el espacio aéreo venezolano se mantiene “plenamente abierto y operativo, sin restricciones que afecten la navegación aérea civil”. El texto rechaza “los pronunciamientos emitidos” por un tercer Estado que “no posee injerencia ni competencia soberana” sobre el espacio aéreo venezolano. “Este tipo de declaraciones [por las palabras de Donald Trump], que están ajenas al marco normativo internacional, carecen de validez operativa y generan confusión en el sistema de aviación civil”. El comunicado llega un día después de que el presidente colombiano, Gustavo Petro, se manifestase en el mismo sentido.

La Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) ha vuelto a subrayar este lunes que la seguridad “es y seguirá siendo la principal prioridad de la aviación”. El colectivo defiende la libertad que tiene cada compañía de evaluar los riesgos, incluidas las clausuras de un espacio aéreo, para proteger la seguridad de los pasajeros y la tripulación. Para Iata, esa autonomía “es aún más importante en escenarios donde se han emitido alertas o se han planteado inquietudes específicas”, sostiene a través de un comunicado. Cada una de las suspensiones se ha decidido conforme al marco regulatorio en vigor, las aerolíneas castigadas por Maduro insisten en su deseo de retomar las rutas con Caracas en cuanto se garantice la seguridad, e Iata insta a los gobiernos a respetar las decisiones de las aerolíneas. Si Nicolás Maduro asevera que Trump busca aislar a Venezuela, las operadoras aéreas priorizan su deber de no arriesgar las vidas de pasajeros y tripulantes.