De tanto imaginarlo parece mentira que haya llegado, pero ya es el lunes después del último concierto de Joaquín Sabina. Un lunes completamente lunes, vaya. La noche previa, la del domingo 30 de noviembre de 2025, queda así para la historia de España por la emoción desbordada y la celebración comunitaria de las 12.000 personas que llenaron el Palacio de los Deportes de Madrid para convertir el recital en algo así como una «misa góspel» de baile, manos al cielo y pura devoción a un cancionero irrebatible como pocos.
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