Marruecos no ve ni mucho menos improbable que el líder del Partido Popular (PP), Alberto Núñez Feijóo, sea el próximo presidente del Gobierno. Tan es así, que el Gobierno de ese país ha comenzado ya a prepararle una ‘cariñosa’ bienvenida, en la que no … faltan advertencias muy serias en el sentido de que no se quedarían de manos cruzadas si el nuevo jefe del Ejecutivo español intenta corregir el rumbo marcado por Pedro Sánchez en sus relaciones con ese país. Por supuesto, la utilización de los flujos migratorios con fines de desestabilización, cuyo ejemplo más duro fue la entrada de miles de migrantes a Ceuta el 18 de mayo de 2021, sería la primera de sus reacciones.

El Gobierno de Rabat sigue con el máximo interés cada movimiento de Feijóo, a quien da muchas posibilidades de llegar al poder en cuanto se convoquen elecciones. La intención del líder del PP, anunciada públicamente, de que España debe volver a la posición anterior sobre el Sahara, que fue cambiada por Sánchez de forma sorpresiva y sin dar explicaciones; su deseo de que nuestro país mantenga una neutralidad exquisita en el norte de África, y su determinación a normalizar las relaciones con Argelia, no son vistas precisamente con simpatía por las autoridades de Marruecos, que ya han comenzado a hacer sus primeros movimientos.

La excusa -siempre hay que buscar una en estos casos-, la encontró Rabat en una serie de iniciativas parlamentarias de los populares; en el reciente viaje de Feijóo a Melilla y, ya más tarde, en una reunión de cuadros medios del PP con miembros del Frente Polisario que fue magnificada por algunos medios de comunicación de forma interesada, en lo que no deja de ser una campaña de desinformación para justificar actuaciones posteriores, según los expertos consultados por ABC.

Si esas eran las justificaciones, el medio utilizado para lanzar las advertencias fue un digital marroquí; pero no uno cualquiera, sino Le360, propiedad de Mohamed Mounir Majidi, secretario personal de Mohamed VI. Los términos en los que se expresa el medio de comunicación oficialista dejan poco lugar a la duda sobre la irritación de Rabat con Feijóo. Escribe: «El Partido Popular, principal formación de la oposición en el país vecino del norte, lanzó una ofensiva diplomática, mediática y política contra Marruecos. Esta secuencia no es improvisada ni anodina. Reúne una iniciativa parlamentaria dirigida contra la posición oficial del Estado español, un discurso jurídico-humanitario instrumentalizado, una puesta en escena política en Melilla, una hostilidad comercial hacia los productos marroquíes y un recurso al delicado tema de la soberanía sobre Ceuta y Melilla». Pero no se detenía ahí: «El PP no defiende a España. Se empeña en luchar contra una realidad que ya le ha superado».

Ir a Melilla, otra provocación

Sobre la visita de Feijóo a Melilla, la prensa oficialista marroquí advirtió: «El desplazamiento a Melilla se presentó como un acto de defensa de la ‘soberanía española’, con un discurso que insistía en que Ceuta y Melilla son ciudades españolas y europeas y que es necesario reforzar la presencia institucional y de seguridad en ellas. El mensaje no está dirigido a Marruecos, sino a la opinión pública interna. Se trata de sugerir que el actual Ejecutivo no protege suficientemente estos enclaves y que Marruecos constituiría una amenaza subyacente». Para estos medios, los actos del líder del PP en la ciudad autónoma fueron «una provocación simbólica».

Los expertos en seguridad y relaciones internacionales consultados por ABC aseguran que la reacción de la prensa oficialista marroquí es un claro ‘aviso a navegantes’: «El mensaje que lanzan es que el nuevo gobierno, si llega a constituirse, debe respetar la actual política de Sánchez; si hay cambios, Marruecos actuará, y lo primero que hará será abrir la mano a la inmigración irregular hacia España, consciente del potencial desestabilizador que tiene».

«Advierten al PP de que si hay un cambio de gobierno hay que respetar las actuales normas de juego»

«La avalancha de Ceuta marcó un antes y un después -añaden-. No parece que vayan a hacer algo así a las primeras de cambio, pero les sería muy sencillo permitir que los campamentos de inmigrantes subsaharianos, que ahora están alejados de las vallas fronterizas de las ciudades autónomas, vuelvan a estar al lado, de forma que se reanuden los saltos… Con Marruecos siempre va a ser así; tienen un arma muy poderosa y no dudarán en utilizarla».

Lo cierto es que la cooperación con ese país es clave en dos aspectos fundamentales. El primero, como ya se ha señalado, el control de la inmigración ilegal; y el segundo, la cooperación contra el terrorismo yihadista, una relación en este campo que nos interesa más a nosotros que a ellos por la zona caliente que supone el área de influencia de Castillejos. «Advierten al PP de que si hay un cambio de gobierno hay que respetar las actuales normas de juego. Hay muy poco margen de cambio sin que se resientan estas dos cuestiones, así que si gobierna debe saber los riesgos que afronta en este asunto».

Sobre la situación humanitaria en el Sahara

Se aprobó una PNL del PP el 17 de noviembre que insta al Gobierno a «respetar el derecho internacional y las resoluciones de la ONU» en el Sahara y destinar 7 millones a los refugiados. Se sumaron todos los partidos salvo PSOE.

Restablecer relaciones plenas con Argelia

El 18 de noviembre se votó otra PNL del PP para adoptar «medidas diplomáticas y políticas para restablecer las relaciones plenas con Argelia», deterioradas desde que en 2022 Sánchez declaró unilateralmente la marroquinidad del Sahara.

Autodeterminación del Sahara

Aunque fue una iniciativa de Sumar, socio de Gobierno de Sánchez, el texto final de esta PNL se pactó con el PP, que no dudó en sumarse para reafirmar el derecho del pueblo saharaui a decidir si quiere pertener, o no, a Marruecos. Busca recuperar la posición histórica de España respecto al territorio.

Respeto al Tribunal de Justicia de la UE

Otro texto aprobado insta a España a defender en la UE que se cumplan las sentencias del Tribunal de Justicia de la UE que anulan acuerdos agrícolas y pesqueros entre Bruselas y Rabat por incluir al Sahara Occidental, ya que iría en contra de los agricultores y pescadores españoles.

Hace unos días Josep Borrell decía que era muy difícil negociar económicamente con alguien del que depende tu seguridad, en referencia a los aranceles de Estados Unidos a Europa. Algo así sucede a España con Marruecos, insisten las fuentes consultadas, que no obstante creen que «hay que tener capacidad de disuasión si no queremos estar a su merced, es decir, tienen que saber que también nosotros podemos hacerles daño y que llegado el caso se lo haríamos. Por supuesto, no se trata de amagar con enfrentamientos armados, sino con otro tipo de iniciativas». Como dificultar a Marruecos sus relaciones con Europa o aislarles estrangulando su economía, además de que España cuenta con un sistema de defensa con el que evitar acciones de fuerza de cualquier tipo.

Lo primero que tendría que hacer el PP en cuanto llegue al Gobierno es aclarar en qué términos está escrita la carta de Sánchez al Rey de Marruecos en la que plasmó el giro de España respecto al Sáhara

Ante este escenario, fuentes consultadas por ABC explican que en el PP son «conscientes de los avisos que lanza Marruecos», pero en ningún caso van a renunciar a reunirse con quien quieran -como con el líder del Frente Polisario, Abdulá Arabi- y tampoco van a dejar de ir a Ceuta y Melilla. Esto no quita que quieran llevarse bien con Marruecos, pero «no a cualquier precio» y, en todo caso, nunca será a costa de las ciudades autónomas, de la soberanía sobre las aguas de Canarias, del trabajo de los agricultores o con el régimen de paso de ciudadanos y mercancías en las aduanas.

En ese ejercicio de querer tener unas buenas relaciones con Rabat, Feijóo ya anunció que su primer viaje como jefe del Ejecutivo sería a Marruecos, una tradición que Sánchez rompió al llegar a la Moncloa y que irritó mucho en Rabat. Según otra fuente consultada, por lógica, lo primero que tendría que hacer el PP en cuanto llegue al Gobierno es aclarar en qué términos está escrita la carta de Pedro Sánchez al Rey de Marruecos en la que plasmó el giro copernicano de España respecto al Sáhara. «Porque no es lo mismo decir que la propuesta de Marruecos es la opción más realista que decir la única posible», explica un diplomático, consciente de que el lenguaje en estas cuestiones siempre importa. Hace solo unos días, además, Atalayar -otro medio oficialista- publicó un estudio jurídico diciendo que, tras la resolución de la ONU sobre el Sáhara, Marruecos tiene derecho también a las aguas territoriales de Canarias.

Cambie o no la política hacia Rabat, cabe esperar que Marruecos ponga a prueba al PP y castigue a España con más inmigración, porque es lo que hace con todos nuevos gobiernos españoles, sean del color que sean.