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Con ya dos partidos a sus espaldas como entrenador del Málaga, a Funes le ha bastado para mostrar que la salida de balón es clave en su idea, pero esto conlleva una lista de pros y contras. Con una media de 57% de posesión en los dos últimos partidos, Funes ha demostrado que su plantilla ahora es un equipo que ataca y defiende con balón. Aún así, esto tiene un coste. Con el gol recibido en Valladolid se vio claramente, esta forma de jugar te coloca a un simple error de recibir un tanto. Por ello, toca analizar las ventajas y desventajas de esto.

Formato vídeo de los pros y los contras de la salida de balón del Málaga de Funes

Los pros de la salida de balón del Málaga de Funes
La posición de Izan Merino para progresar

Fue el cambio más visual en el partido ante el Mirandés. En este nuevo sistema Izan Merino se incrusta entre los centrales para generar una línea de tres jugadores. La primera ventaja es la superioridad numérica en la primera línea, puesto que la mayoría de equipos presionan con dos jugadores sobre centrales, y esto provoca un 3vs2 constante. Además, que un jugador con el pie y la capacidad de superar líneas rivales como es Izan es indispensable en ese primer pase, por ello en muchas ocasiones vemos como el pivote se coloca ahí desde el mismo saque de puerta.

Por último, esta posición también les facilita la vida a sus dos centrales. Primero, al abrirse ambos para dejar el espacio central al ’23’, siempre cuentan con la línea de pase directa al canterano en caso de no ver la opción de progresar. Después, el hecho de ampliar su posición hasta el punto de jugar casi pegado a banda les facilita a la hora de dar pases con su pie dominante, ya que ambos juegan en su perfil. Entre los tres jugadores que conforman esa línea tienen una media de 89.5% de acierto en el pase, demostrando que esta primera media facilita el inicio de la jugada.

Los interiores y laterales para atraer y generar superioridad

El sistema de Funes es como un edificio: todos los cimientos deben funcionar para ser uno solo. Para que la posición de Izan genere esa ventaja necesita que sus laterales ganen altura, para generar la duda a los extremos rivales de a quién deben saltar o si emparejar a lateral con lateral. También requiere de dos interiores con capacidad de jugar de espaldas a portería, tirar paredes rápidas, y girarse o conducir cuando sea necesario para generar superioridad. Con más éxito lo segundo que lo primero, el Málaga está mostrando automatismos para superar líneas que le llevan a situaciones de tres cuartos.

A Puga le beneficia mucho un sistema que deja a los laterales con mucho recorrido y con mucha libertad. No tanto a Víctor, a pesar de dejar una buena sincronía con Dani Lorenzo. Pero los nombres clave son los interiores. Dotor y Dani Lorenzo son los compañeros perfectos para que tanto Izan como los otros centrales, puedan encontrarlos por dentro para, a través de una pared, un giro o una conducción, superen al rival. Tras un movimiento exitoso se genera la superioridad y el Málaga se planta en campo rival con la intención de amenazar, si los extremos estuviesen al nivel de sus compañeros.

Usar a Alfonso Herrero como lanzador en media-larga distancia

Tras el fallo que generó es el mejor día para incidir en esto, y la vez para explicar qué generó este error. En la idea de Funes, Alfonso Herrero es el mejor lanzador en largo por algo tan simple como generar igualdad en las marcas. Cuando el portero malaguista recibe balón y avanza un poco genera que el equipo rival empareje uno a uno en defensa. Cuando un guardameta tiene el balón, es el único momento en el que se puede defender 10vs10 sin presionar al portero. De esta forma, los compañeros se acercan a Alfonso para atraer al rival, todos menos lo de arriba que quedan emparejados en tres contra tres.

Se puede ver mucho como el Málaga, cuando Alfonso tiene balón controlado, se junta y deja a los extremos y al delantero en uno para uno. Por ejemplo, así llegó el segundo gol de Niño contra el Mirandés. Tras un pase largo del portero que brega Joaquín y acaba cazando Niño. Los compañeros atraen para poder generarles situaciones en las que no se busca ganar directamente el balón largo, si no también la posible segunda jugada. 16  y 14 pases largo intentó el toledano ante Mirandés y Valladolid respectivamente y que muestran que su error es causa de un tanto en contra y consecuencia de otro a favor.

Los contras de la salida de balón del Málaga de Funes
El pobre juego en tres cuartos

Aunque parezca que este fallo deba ir por otro lado, al fin y al cabo en varias ocasiones que los interiores superan líneas, la línea de tres cuartos está poco poblada. No debemos de alejarnos de algo obvio, Larrubia y Joaquín están lejos de su mejor nivel. Esto hace que el equipo pierda ocasiones por su mala toma de decisiones. Aún así, el echar mano de tantos jugadores para sacar el balón desde atrás hace que, una vez se supera la presión, pocos jugadores estén acompañando la jugada. Ya sea porque uno de los interiores no sigue o los laterales no llegan hasta el final de la jugada.

Una forma de arreglar esto es que Dotor, Puga y Víctor hagan más uso de conducciones para superar al rival. Al fin y al cabo cuando el equipo sale mediante secuencia de pases no se genera ninguna superioridad. En cambio, si los jugadores nombrados se animan como lo hacen Izan o Dani Lorenzo a través de conducciones o giros, se encontrarían con mayores situaciones de ventaja en campo contrario, puesto que un regate si que deja atrás a un contario y suma a un compañero más a la jugada. El mejor ejemplo es el gol malaguista, como Larrubia elimina a dos contrarios y encuentra mucho espacio.

Esto también genera que Adrián Niño quede constantemente aislado de sus compañeros. El gaditano suma ya tres goles con Funes al mando, pero solo ha intervenido 37 veces entre los dos partidos. Está claro que viendo los resultados y su rendimiento, esta no debe ser una prioridad, aunque es una evidencia que al equipo le iría mejor si los compañeros encontrasen más a Niño. Y no solo en área contraria, que también, si no que el delantero es un jugador muy capaz de dar continuidad a jugadas y generar ventajas a compañeros, como se vio en su primer gol ante el Mirandés.

El riesgo que supone esta idea de juego

Lo más obvio para el final. Esta idea de juego te deja expuesto a un fallo. Una simple mala decisión o esperar más de la cuenta puede generarte facilmente un gol en contra. Al fin y al cabo estás tocando el balón a menos de 30 metros de tu portería, con el equipo abierto y siempre mirando hacia delante para intentar superar alguna línea. El uso del portero sumado a la indecisión que genera a veces un central como Einar hace al equipo rival ir arriba con más ganas. Aún así Funes ha asumido este riesgo, lo ha puesto en su mochila y ha convencido a los jugadores de que disfruten con su idea de juego.