Foment del Treball y la Generalitat han decidido coordinarse para que Catalunya no llegue tarde al nuevo ciclo de rearmamento europeo y se consolide como uno de los polos industriales y tecnológicos de referencia en defensa y seguridad de Europa. La patronal que lidera Josep Sánchez Llibre y el Govern de Salvador Illa quieren aprovechar el tirón de un sector que ya supone el 4,2% del PIB industrial autonómico, con una facturación de 1.820 millones y 28.600 empleos, y que se apoya en una potente base industrial metalúrgica, en la apuesta por la inteligencia artificial y la experiencia de proyectos innovadores como el Barcelona Supercomputing Center, que cumple 20 años como centro nacional de la supercomputación.

Sánchez Llibre encabezó hace dos semanas una delegación que mantuvo varias reuniones en la Comisión Europea con el objetivo de tender puentes con las autoridades europeas y reclamar para Catalunya parte de los 800.000 millones de euros que pretende movilizar Bruselas en compras conjuntas de armamento y tecnología militar en los próximos cuatro años, de los cuales 150.000 millones se canalizarán a través de préstamos a los Estados miembros. Foment anunció la puesta en marcha de un nodo catalán de empresas del sector y reclamó, además, un 20% de inversión en Catalunya de los 10.471 millones con el que está dotado el Plan Industrial y Tecnológico para la Seguridad y la Defensa del Gobierno de España, es decir 2.095 millones.

Una de las grandes apuestas de la Generalitat y Foment en este sentido es aprovechar el ‘boom’ de la defensa para impulsar la reconversión de la industria auxiliar del automóvil. Los proveedores de componentes suponen el 6,5% del PIB catalán, genera una facturación de 5.700 millones de euros y da trabajo a 16.183 personas de forma directa en 282 empresas. Este sector es el tercero más importante de la industria catalana, por detrás de la alimentación, según el Instituto de Estadística de Catalunya. Un ejemplo paradigmático de lo que pueden aportar los fabricantes de componentes del automóvil al sector de la defensa es el de Ficosa, multinacional catalana con sede en Viladecans especializada principalmente en la producción de piezas de visión y detección para vehículos. El pasado octubre firmó un acuerdo de colaboración con Indra para desarrollar los equipos electroópticos y vigilancia LSAS (Local Situational Awareness System) para los vehículos VCR 8×8 Dragón y VAC que desarrolla el consorcio Tess Defence, controlado por Indra y en el que participan General Dynamics, Sapa y Escribano (EM&E). 

La industria auxiliar del automóvil está muy presente en comarcas como el Barcelonès, el Baix Llobregat o el Vallès Oriental y el actual ciclo inversor puede dar un impulso a este sector como están intentando Airtificial, Grupo MMM o Teknia ante la creciente competencia de los fabricantes chinos. La patronal acaba de firmar un acuerdo con la multinacional estadounidense General Dynamics para formar y capacitar a pymes de distintos sectores para que puedan convertirse en proveedoras del sector, siguiendo el modelo ya aplicado en Andalucía a petición del Mando de Apoyo Logístico del Ejército de Tierra (MALE).

Los industriales del sector, asimismo, se están moviendo con la creación a principios de 2024 de la organización AeroS que agrupa el ecosistema aeronáutico, de espacio y defensa de Catalunya, que ayuda a impulsar oportunidades de negocio para pymes y grandes compañías, tanto las que ya forman parte de estos sectores como empresas de industrias tradicionales que se quieren transformar, abordando los desafíos tecnológicos y contribuyendo al crecimiento sostenible del tejido empresarial. “Agrupamos ya a más de 50 empresas que representan más de 77.000 empleados y 14.000 millones de euros de facturación. Estamos hablando con General Dynamics para, igual que hacemos con Indra o Airbus, ayudarles a tejer alianzas y encontrar proveedores tecnológicos en Catalunya. Catalunya representa el 20% del PIB de España pero un valor muy residual en los contratos de defensa todavía en la actualidad”, apunta Neus Olea, directora de la nueva patronal.

80 empresas de Defensa

El sector de la defensa agrupa en Catalunya a unas 80 empresas de aeronáutica, espacio y ciberseguridad. La comunidad si en algo parte con ventaja es en aeronáutica con una facturación en 2024 de 120 millones y en espacio con 56 millones, según el informe Impacto Económico y Social de la Industria de Defensa, Seguridad, Aeronáutica y Espacio elaborado por PwC.

“Desde Foment queremos participar en esta gran inversión para garantizar la autonomía estratégica en seguridad y defensa de la Unión Europea y, por tanto, también de España y de Catalunya, aprovechando la tecnología de uso dual y coordinando grandes compañías tractoras con un amplio tejido de pymes de alta capacidad tecnológica. Estamos identificando todo este ecosistema empresarial para agruparlas en proyectos concretos en ámbitos como las comunicaciones, los sistemas satelitales, la navegación, los vehículos no tripulados o la respuesta ante emergencias, y lograr que esta industria, hoy casi inexistente en Catalunya por razones políticas y culturales, se convierta en un sector potente, generador de puestos de trabajo cualificados y bien remunerados y en una palanca de reindustrialización para el país”, explica Salvador Sedó, secretario técnico de la Comisión de Seguridad y Defensa de Foment del Treball, en conversación con EL PERIÓDICO.

Apuesta por la IA

El Govern ha añadido otra pieza al tablero con el lanzamiento de una estrategia para desplegar la inteligencia artificial en Catalunya con una inversión de 1.000 millones, apoyada en una nube pública catalana y en una red de centros de datos de nueva generación. Aunque se presenta como una apuesta transversal para modernizar la economía, esa infraestructura digital es también clave para cualquier ambición en defensa: desde entrenar algoritmos de detección temprana hasta gestionar grandes volúmenes de información sensible bajo estándares europeos de soberanía del dato.

Esta agenda se desarrolla, además, en un contexto en el que el 50% de los catalanes ve muy o bastante necesario reforzar las capacidades militares europeas, según el último barómetro del Centre d’Estudis d’Opinió (CEO) de la Generalitat. Ante un ataque a un país miembro de la UE, el 51% de los catalanes apuestan por respetar los acuerdos de protección mutua y defender al país atacado, aunque ello comportase que España entrase en guerra con el Estado agresor. Todo ello, mientras los países europeos se militarizan ante la creciente amenaza de Rusia y el papel secundario que quiere jugar Estados Unidos en la defensa global de los países de Occidente. Francia acaba de anunciar el retorno del servicio militar ‘voluntario’ e Italia estudia la puesta en marcha de una reserva militar de 10.000 voluntarios.

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