No es una novedad que las redes sociales tienen especial influencia sobre adolescentes y jóvenes y, a menudo, pueden poner en riesgo la salud física y mental. Este es el caso de uno de los últimos “retos” virales que se ha propagado a través de TikTok que consiste en seguir la “dieta de las princesas Disney”. Este desafío promueve una supuesta “dieta milagro” que promete perder hasta 10 kilos en 15 días. ¿La consigna? Adoptar cada día la identidad de una princesa Disney diferente, con el objetivo de lograr un cuerpo extremadamente delgado, con cintura reducida y sin grasa visible.
El día de la Sirenita consiste únicamente en beber agua propiciando el ayudo, el de la Bella Durmiente en ingerir hasta 500 calorías o el de Blancanieves, solo comer manzanas rojas. Estas restricciones se repiten durante 15 días, una por cada princesa, y representan conductas potencialmente peligrosas para la salud. La presidenta del Colegio Oficial de Enfermería de Zaragoza, Teresa Tolosana, es rotunda ante este “reto”: “No es ni una dieta, ni es mágica ni es inocente”.
Detrás de esas pantallas que transmiten este tipo de mensajes se encuentra un público muy joven, formado mayoritariamente por niñas, que pueden dejarse seducir por estas prácticas. “Como cualquier dieta milagro, tiene que ir disfrazada. Se disfraza de un juego divertido porque la niñas quieren ser princesas. Cada día te transformas en una y se puede vivir como si fueran juegos, pero un juego peligroso”, manifiesta Tolosana.
LOS PELIGROS DE LA “DIETA”
Se trata de una “dieta extremadamente restrictiva”, con un consumo máximo de apenas 500 o 600 calorías al día. Esta limitación energética somete al organismo a un estado de estrés fisiológico, ya que el cuerpo “sufre” y se ve obligado a utilizar sus reservas de grasa para funcionar. “Se pueden producir hipoglucemias, cetoacidosis, un mal funcionamiento del riñón, cansancio”, cuenta la profesional. Además, otras consecuencias para la salud de las que alerta el Consejo General de Enfermería son desnutrición, déficit de vitaminas y minerales, trastornos de la conducta alimentaria (TCA), problemas hormonales y metabólicos y una relación distorsionada con la comida y el cuerpo.
Más allá de los daños físicos que provoca, Teresa Tolosana advierte que este tipo de régimen no es efectivo a medio ni largo plazo. Explica que el cuerpo se adapta a la ingesta reducida de calorías, disminuyendo su gasto energético para conservar energía. “Por eso, cuando se abandona la dieta y se retoma la alimentación habitual, se recupera rápidamente todo el peso perdido, generando el conocido efecto rebote”.
A raíz de este tipo de dietas se produce también el conocido efecto yo-yo que consiste en adelgazar y engordar continuamente. “Estas pérdidas bruscas de peso, suelen venir acompañadas de unas ganancias también bruscas. Con lo cual, el metabolismo comienza a no funcionar bien”, explica la profesional.
UNA PÉRDIDA DE PESO LENTA
Frente a retos virales como la “dieta de las princesas Disney”, lo fundamental es cambiar el foco: no se trata de ponerse a dieta por presión estética o comparaciones con modelos irreales, sino de asumir que, si existe sobrepeso real, lo importante es modificar hábitos de vida, señala la presidenta del Colegio Oficial de Enfermería de Zaragoza.
En este sentido, Tolosana defiende las pérdidas de peso lentas como una vía para lograr cambios sostenibles. “Cuando llego a mi peso ideal, probablemente lo que he hecho ha sido ya cambiar hábitos en la alimentación y hábitos en el ejercicio. Esa pérdida de peso lenta va a ser estable en el tiempo porque no lo tengo que vivir como una dieta”, manifiesta.
¿QUÉ HACER ANTE ESTA SITUACIÓN?
Cuando una adolescente empieza a seguir prácticas alimentarias peligrosas vistas en redes sociales, lo fundamental es actuar con rapidez y sensatez. Teresa Tolosana insiste en que el problema no es el peso en sí, sino los malos hábitos. Muchas jóvenes viven el tema del cuerpo como una urgencia estética, intentando perder peso de forma drástica y rápida, cuando en realidad lo que necesitan es un cambio de estilo de vida progresivo y saludable.
Por eso, cuando los padres detectan estas prácticas peligrosas es esencial que hablen con sus hijos y, si no pueden abordar el tema desde casa, acudan a profesionales. “Muchas veces ellas no tienen una visión real de lo que es un normopeso”, explica. En consulta, una enfermera puede evaluar de forma objetiva si existe realmente un problema de peso o si la adolescente se encuentra dentro de un rango saludable, aunque su percepción esté distorsionada. En caso necesario, se ofrecen pautas personalizadas de alimentación, actividad física y seguimiento.