Las frases que trascienden sus propias películas no suelen abundar, pero cuando una lo consigue, acaba pasando a la historia y a formar parte de la memoria colectiva. Es lo que ocurrió con el mítico lema de ‘Los inmortales‘ (1986), una película que, al igual que ‘Casablanca‘ o ‘Terminator‘ dejó una huella indeleble en la cultura popular.
La saga del inmortal Connor MacLeod no solo nos regaló una de las líneas más célebres del cine, sino que la convirtió en un estandarte que se ha repetido hasta la saciedad. Para quienes adoran la franquicia, esta frase es mucho más que un guiño nostálgico: es el corazón de una historia que viaja entre siglos, batallas y destinos cruzados, y cuyo peso simbólico escuchamos por primera vez apenas arranca la película.
«Solo puede quedar uno»
Tras el enfrentamiento inicial entre Russell Nash (Christopher Lambert) e Iman Fasil (Peter Diamond), la película nos transporta abruptamente hasta 1536, cuando Connor MacLeod lucha junto al clan MacLeod contra los Fraser. En medio de esa batalla aparece una figura que pasaría a la historia: un caballero de armadura pesada, rostro parcialmente oculto y una presencia que impone mucho respeto. Él exige que nadie intervenga: quiere enfrentarse a Connor en solitario, aunque en ese momento aún no sepamos por qué.
El duelo termina muy mal para MacLeod. A punto de ser decapitado, ese misterioso guerrero pronuncia por primera vez la frase que marcará la saga para siempre: «Sólo puede quedar uno». Una frase que significa mucho, porque después descubrimos que los Inmortales están destinados a combatir entre sí hasta que solo uno sobreviva para reclamar «el premio»: volverse mortal y adquirir la capacidad de leer la mente de todos los seres humanos.
Esa figura amenazante no es otro que el Kurgan (Clancy Brown), el más despiadado de todos los Inmortales. Su objetivo es claro: matar a MacLeod, hacerse con «el premio» y usarlo para dominar el mundo. Su proclamación con esa frase no es un simple aviso, es una declaración de guerra. Y la última vez que se pronuncia en la película es, por supuesto, cuando Connor derrota a su adversario final.
Con el paso del tiempo, esta frase se volvió incluso más grande que las propias películas. La serie que vino después, protagonizada por Adrian Paul, la repitió en prácticamente todos los episodios, reforzando su conexión con nuevas generaciones. Hoy es una muletilla universal, usada en competiciones deportivas, bromas entre amigos o cualquier situación donde solo puede quedar un ganador. Y es posible que volvamos a escucharla en la nueva versión que prepara el director de ‘John Wick’ con Henry Cavill. Mientras esperamos, podemos volver a verla en Prime Video, Movistar Plus+ y FlixOlé.
En Espinof | Las mejores películas de 2025
