Si por algo destaca la pintura del maestro flamenco, Peter Paul Rubes, es por su estilo tan característico. La representación de cuerpos hercúleos y la carnalidad de sus mujeres son una firma de su identidad y de su estilo a la hora de pintar. Esto queda reflejado en su última obra subastada el pasado domingo en Versalles, Francia, por un precio de casi tres millones de euros.
Se trata de la obra Cristo en la cruz, una representación de Jesucristo clavado en la cruz con una vista del Calvario y de la ciudad amurallada de Jerusalén al fondo. Según informa la Agence France-Presse, la pintura se realizó en el siglo XVII, concretamente en el año 1613 y fue descubierta por el subastador Jean-Pierre Osenat en una mansión de París el año pasado. Este descubrimiento dejó al descubierto la historia de esta pintura, qué lo hace tan especial y qué pasó con ella durante estos últimos siglos.
Le tableau «Le Christ en croix» du célèbre peintre anversois Pierre Paul Rubens (1577-1640), porté disparu depuis 1613 et récemment retrouvé à Paris, a été vendu dimanche près de trois millions d’euros aux enchères à Versailles ⤵️ pic.twitter.com/Mn5ay38naE
— Agence France-Presse (@afpfr) December 1, 2025
Vendido por más de su valor incial
Osenat encontró la pieza de Rubens durante el inventario y puesta a punto de un hotel particular de la capital francesa el año pasado. A principios de 2025, el subastador aseguró que se trataba de “una obra maestra” pintada por Rubens cuando el maestro falmenco estaba “en el apogeo de su talento”. La pieza, con un valor estimado de entre uno y dos millones de euros, se vendió por un total de 2,94 millones de euros, donde se incluyeron la tasa prima del comprador.
La casa de subasta confesó que no se sabía mucho sobre el cuadro, pero sí se confirmó la existencia de un grabado basado en el propio Rubens realizado por un contemporáneo del pintor. Historiadores posteriores describieron ese grado y catalogaron su existencia, a pesar de no haber visto nunca la pintura. Nils Büttner, historiador del arte alemán conocido por su investigación sobre Rubens, fue quien autentificó el cuadro.
Una característica única
Cristo en la cruz fue comprado por el pintor francés William-Adolphe Bouguereau a mediados del siglo XIX y, a partir de ese momento, la pintura fue heredándose entre los miembros de su familia, hasta la subastas. Según explica Bütter, se trata de una obra única de Rubens por la manera en la que representó a Jesucristo.
La rareza de la obra viene en que Rubens decidió representar a Cristo crucificado “como un cuerpo muerto en la cruz”, según el historiador. “Esta es la única pintura que muestra sangre y agua saliendo de la herida lateral de Cristo y es algo que Rubens solo pintó una vez”, añade él. La procedencia del cuadro se realizó a través de radiografías y análisis de pigmentos, que señalaron a Rubens como autor original.
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