La cura definitiva para el VIH, más comúnmente conocido como sida, ha sido durante décadas la asignatura pendiente de la medicina. La enfermedad que acabó con la vida del mítico Freddie Mercury ha estado en el ojo del huracán desde finales de los años 80 y, por fin, parece que la comunidad científica podría saber hacia qué dirección ir.
La solución pasaría por el trasplante de células madre procedentes de un donante con una mutación genética muy específica y rara. Sin embargo, la biología acaba de dar un golpe sobre la mesa, de la mano de un caso clínico que ha dejado completamente atónitos a los investigadores, demostrando que la cura es posible.
Según la investigación que recoge el medio New Scientist, un hombre se ha convertido oficialmente en la séptima persona en el mundo en ser declarada libre de VIH tras someterse a un trasplante de células madre. Pero lo que hace que este caso sea noticia mundial no es solo la curación, sino el cómo se ha logrado. A diferencia de otros pacientes, este hombre recibió células que no eran totalmente resistentes al virus, en contra de lo que dice la teoría médica vigente.
Y lo mejor es que, teniendo en cuenta que nadie se esperaba esta posibilidad, se abre un enorme abanico de esperanza. La cura del virus podría ser más accesible de lo que pensábamos, aunque el procedimiento sigue siendo de alto riesgo.
La cura que nadie esperaba
Para entender la magnitud de los hechos, hay que poner en contexto. Hasta ahora, cinco de las personas curadas habían recibido trasplantes de donantes que portaban una mutación genética doble en el gen CCR5. Esta mutación actúa impidiendo que el VIH entre en las células inmunitarias, haciendo al paciente invulnerable a la infección. La conclusión científica era que para curar el VIH, se necesitaban estas células.
Sin embargo, este nuevo caso ha cambiado las cosas en gran medida. El paciente, un hombre de 61 años, sufría de leucemia (un tipo de cáncer de sangre), además de portar el VIH. Para tratar su cáncer, se sometió a un trasplante de células madre en octubre de 2015, cuando tenía 51 años.

El seguimiento de la carga viral es fundamental para confirmar la remisión del VIH. En este caso, los análisis no han mostrado rastro del virus durante más de siete años. / Imagen de archivo
Los médicos trataron de encontrar un donante con la famosa inmunidad natural (la doble mutación CCR5), pero dado que no fue posible, optaron por un trasplante con células que portaban una sola copia mutada y otra normal. En teoría, esto no debería haber sido suficiente para detener al virus, ya que el VIH todavía podía acceder a las células.
El paciente continuó con su terapia antirretroviral estándar o ART, para mantener el virus a raya. Sin embargo, unos tres años después del trasplante, y sintiéndose seguro tras la remisión de su cáncer, decidió suspender la medicación contra el VIH. Lo que ocurrió después es historia de la medicina: el virus nunca volvió.
Han pasado siete años y tres meses desde que dejó las pastillas, y los análisis de sangre siguen sin mostrar rastro del VIH. Tal y como afirma Christian Gaebler, experto de la Universidad Libre de Berlín, en declaraciones recogidas por el estudio: «Es increíble que hace 10 años sus posibilidades de morir de cáncer fueran extremadamente altas y ahora haya superado este diagnóstico mortal y una infección viral persistente».
¿Cómo se curó entonces?
Toda la comunidad científica se hace esa pregunta, y no es para menos, ya que a priori, las células del donante no eran inmunes. Ravindra Gupta, experto de la Universidad de Cambridge, sugiere que se ha estado subestimando la reacción del injerto contra el huésped.
La hipótesis principal es que la cura no se debe a que las nuevas células sean invisibles al virus, sino a que destruyen las viejas. Cuando se realiza un trasplante, las células inmunitarias del donante pueden reconocer a las células inmunitarias antiguas del paciente (donde se esconde el reservorio del VIH) como una amenaza y destruirlas.
Por su parte, Gaebler cree que la cura se logra siempre que las células del donante sean capaces de aniquilar a todas las células originales del paciente que aún tienen el virus, antes de que este tenga tiempo de saltar a las nuevas células sanas. «El estanque de células huésped para infectar se seca», explica el experto. Esto significa que el trasplante actúa como una limpieza profunda y total del sistema inmunológico.
Preguntas clave sobre este avance contra el VIH
¿Por qué es tan importante este nuevo caso de curación del VIH?
Porque demuestra que la cura del VIH mediante trasplante de células madre podría ser posible incluso si el donante no posee la rara mutación genética doble, como se creía hasta ahora.
¿Cómo se habían curado los pacientes de VIH anteriores?
Anteriormente, la curación solo se había conseguido mediante trasplantes de células madre procedentes de donantes que poseían una doble mutación en el gen CCR5.
¿Significa esto que ya existe una cura accesible para el VIH?
No, pero es un gran paso.