Pocos sabían que estaba a punto de morir cuando para el resto del mundo estaba más vivo que nunca. El músico portugués Salvador Sobral ganó … Eurovisión en 2017 con ‘Amar pelos dois’ mientras esperaba de forma urgente un trasplante de corazón. «Yo estaba preocupado por mi vida, durante el concurso ni me puse nervioso. De hecho, estoy más inquieto por esta charla», confesó con humor el cantante, que fue este martes el gran protagonista del ciclo Suena SUR, que combina charla y acústico bajo la organización de este periódico con el apoyo de Fundación Unicaja.
Salvador Sobral ha presentado la mayoría de sus discos en el Teatro Cervantes y asegura que le encanta visitar Málaga. Pero nunca había pisado una de las joyas del centro de la ciudad: la Sala Fundación Unicaja María Cristina, que le recibió repleta de seguidores de su música deseando escucharlo en directo. Pero primero llegaron las palabras no cantadas en una charla junto a la periodista y codirectora de Suena SUR, Regina Sotorrío. Un encuentro que constantemente provocó las risas cómplices entre los asistentes: «Si es que la gente ya sabe que va a venir y espera a que suelte la gracia o el chiste», asumía con humor el cantante.
«Para mí Málaga es muy especial», anticipó Sobral. «En esta ciudad fue el primer concierto que hice fuera de Portugal después de salir del hospital. Y el Cervantes es de los pocos teatros que me llama siempre, fue allí donde escuché por primera vez ese aplauso que nunca había escuchado», detalló mientras tocaba las palmas al compás del flamenco.

El músico cantó y tocó el piano para poner el broche de oro a este encuentro con Suena SUR.
Salvador Salas

Le gusta volcarse con el público de la ciudad a la que va en cada concierto. Es por eso que sabe cantar en cinco idiomas como mínimo: «No lo domino, pero tengo un alfabeto que me preparo cada vez que voy a un país. Muchas veces me arrepiento de cantar en idiomas distintos (risas), porque luego soy mi propio rehén. Una vez no lo hice y me sentí fatal», confesó. Luego acabó haciendo un popurrí con canciones en alemán, vasco, japonés, lituano y, para rematar, una sorpresa con un guiño a la música de Málaga.
Rechazo a Eurovisión
A quien no tuvo duda en hacer guiños fue al concurso en el que empezó su fama internacional. «Israel no tendría que participar en Eurovisión, no me interesa para nada ese concurso mientras estén ellos. Incluso pensé en devolver el premio, pero bueno, tampoco quería llamar la atención», zanjó Salvador Sobral, que también aseguró que «es difícil estar agarrado a un éxito» como el que vivió tras ganar el certamen. «Lo pienso y me pregunto, ¿cómo lo hago para seguir con popularidad sin desvincularme de Eurovisión? Esa es la misión que tengo ahora mismo con mi equipo. Estuvimos en Starlite después de ganar el concurso y agotamos las entradas. Cuatro años después volví a ese mismo escenario y fueron 600 personas. Al año siguiente saqué otro disco y volvió a venir mucho más público. Quiero gente a la que le guste mi música y no ser ‘el famoso que ganó Eurovisión’», explicó.
El cantante portugués sorprendió al público cantando al piano ‘El Vampiro’, del grupo malagueño Tabletom
Ahora está tranquilo. Preparando disco y gira. «Pero hasta finales del año que viene no empiezo gira porque estoy agotado. Este año me pasó que cuando terminó un concierto yo estaba deseando que la gente terminara de aplaudir para irme a mi casa. Y eso no me lo permito», confesó Salvador Sobral. En estos momentos trabaja, según adelantó, en un disco brasileño. «Creo que la música nació en Brasil y necesito hacer algo basado en la idea de la conexión de la gente, los pueblos y la música», concretó el músico.
«Me encanta cuando viene la gente y me dice ‘estoy segura de que tienes el corazón de mi hijo’. Yo ni soy homófobo ni racista. Lo único que sé es que puedo tener el corazón de cualquiera de la península», analizó. Entre todas sus confesiones personales, también las profesionales: «la angustia» por la creación. «Lo paso muy mal escribiendo música porque yo lo que quiero es cantar. La creación llega a ser muy angustiosa, componer es algo que tengo que hacer para poder tener disco y luego cantar. Si pudiese, no haría discos y estaría cantando por ahí por todo el mundo», aseguró.
Después de conquistar a su público con bromas, reflexiones e historias personales, el portugués se puso frente al piano y cantó en todos los idiomas que sabe, la canción que le hizo ganar Eurovisión y el guiño a Málaga que sorprendió a los asistentes. Salvador Sobral también canta por Tabletom y los versos de ‘El Vampiro’ se apoderaron con fuerza de la sala. El cantante portugués se fue de este encuentro con cientos de corazones entregados totalmente a él, su talento, su humor y su mágico directo.