La relación entre el PSOE y Junts nunca ha sido sencilla. Y mucho menos en la actual legislatura. Los siete diputados de Junts surgidos de las urnas en 2023 son cruciales para que el Gobierno tenga mayoría absoluta. Y esos mimos siete votos ya valieron su peso en oro en los primeros compases de la legislatura con la elección de la presidencia del Congreso.

Ya en ese momento, en agosto de 2023, Junts demostró que su apoyo no sería gratuito y arrancó al PSOE varios compromisos a cambio de votar a favor de Francina Armengol: usar las lenguas cooficiales «con plena normalidad» en el Congreso y crear comisisones de investigación como la de los atentados de Barcelona y Cambrils en 2017. La formación independentista quiso dejar claro que este acuerdo se limitaría a la Mesa del Congreso y que no era «vinculante» a ninguna investidura.

Y hubo entonces otro acuerdo que todavía hoy se arrastra y que complica la relación entre partidos, como es la oficialidad del catalán en la Unión Europea. Aquí se inicia una serie de desencuentros que han impedido un vínculo fluido entre Pedro Sánchez y Carles Puigdemont a lo largo de los dos últimos años y que, en estos momentos, complica la estabilidad de la legislatura.

Primer intento de aproximación: la investidura y el verificador en Suiza

En noviembre de 2023, y tras largas jornadas de negociación, ambas formaciones firmaron un acuerdo sobre la ley de amnistía que permitió desencallar la investidura de Pedro Sánchez. Aquella firma, sin embargo, vino con una advertencia del propio Puigdemont: «El Gobierno se tendrá que ganar la estabilidad».

Junts también exigió entonces un encuentro con un verificador internacional encargado de «acompañar, verificar y realizar seguimiento de todo el proceso de negociación y de los acuerdos entre ambas formaciones a los que se llegue». El encargo recayó en Francisco Galindo. En la mesa también se sentaba entonces Santos Cerdán, hoy ex secretario de Organización del PSOE e investigado por su relación con el caso Koldo. Lo sustituyó al frente de la delegación socialista el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero.

PSOE y Junts llevaban dos años reuniéndose mensualmente en Suiza para negociar punto a punto y «carpeta a carpeta«. A pesar de estos encuentros, cerca de una veintena y sin anunciarlos a la prensa, el vínculo entre socialistas e independentistas no fructificó.

Según Junts, el PSOE no cumplía con los acuerdos suscritos para la investidura de Sánchez y la mesa de negociación en Ginebra ya no tenía sentido. De este modo, el partido liderado por Puigdemont apagaba una de las principales vías de comunicación con el Gobierno.

El catalán en la UE, una de las piedras en el zapato

La oficialidad del catalán en las instituciones comunitarias ha sido siempre una de las principales exigencias de Junts desde el inicio de la legislatura. Los de Carles Puigdemont siempre han defendido que la lengua catalana se pueda hablar en Bruselas, pero para ello es necesario que todos los Estados miembros den su visto bueno.

El Gobierno sostiene que ha hecho su trabajo intentando convencer a todos los países para lograr la unanimidad, y apunta a maniobras del PP para que este punto no prospere. Sin embargo, algunos países de la UE mantienen el bloqueo, como Alemania.

El Ejecutivo ha querido mostrar su máximo esfuerzo en esta materia, e incluso Sánchez se reunió con el canciller alemán, Friedrich Merz, para avanzar en esta cuestión. España logró una declaración conjunta en la que Alemania se abría «a abordar el reconocimiento de las lenguas cooficiales» en Bruselas.

«Hay acuerdos que no dependen exclusivamente del Gobierno de España, por ejemplo, en materia migratoria o lenguas cooficiales. Estamos trabajando, pero exige tiempo, dedicación y esfuerzos», quiso destacar en ese momento el presidente.

Las otras exigencias de Junts

Junts mantiene que no es solo la oficialidad del catalán la única carpeta que no avanza. Otro punto que el partido reclama con celeridad es el endurecimiento de las penas para las personas multirreincidentes. Hace más de un año que el partido planteó, entre otras cosas, castigar con prisión de uno a tres años el hurto de teléfonos móviles. Está previsto que este jueves la Cámara Baja reactive la ponencia de la ley para endurecer las condenas por multirreincidencia.

En el mismo sentido, Junts afea que no haya obtenido luz verde la ley pactada con el PSOE para delegar las competencias de inmigración a la Generalitat. En septiembre el Congreso tumbó la propuesta, con el voto en contra del PP, Vox, Podemos y dos diputados de Sumar.

Pedro Sánchez también ha escenificado la intención del Gobierno de publicar las balanzas fiscales, otra de las exigencias de los de Puigdemont. El presidente ha precisado que lo único que está pendiente es pactar la metodología para que «dé una cifra cierta o aproximada a la real».

Por último, queda pendiente un hipotético encuentro entre Sánchez y Puigdemont. El jefe del Ejecutivo ha asegurado en varias ocasiones que «esa foto se producirá«, aunque por el momento «no se ha dado la oportunidad».

La ruptura y el bloqueo actual

La ruptura de toda negociación entre el PSOE y Junts tiene una fecha marcada en el calendario: el 6 de noviembre. Aquella jornada, el partido anunció el «bloqueo» de la legislatura con enmiendas a la totalidad de todas las leyes registradas por el Gobierno en el Congreso. Un bloqueo que impedía también aprobar unos nuevos Presupuestos para 2026.

«El Gobierno ha perdido la capacidad legislativa«, advirtió la portavoz de Junts, Míriam Nogueras, tras considerar que los socialistas no habían cumplido con los acuerdos suscritos en Bruselas con Carles Puigdemont.

La formación adoptó esta postura tras la consulta interna para decidir si se desvinculaba de la mayoría de la investidura y dejaba a Sánchez sin capacidad para aprobar ninguna medida en el Congreso. La militancia avaló a la cúpula con casi un 90% de votos.

El presidente del Gobierno ha lanzado varios mensajes dirigidos a Junts en los últimos meses para remarcar que «sí» está cumpliendo con los acuerdos. Sánchez también ha recordado que hay acuerdos que no dependen exclusivamente del Gobierno, como por ejemplo, la aplicación definitiva de la ley de amnistía a todos los líderes del procés.

Junts responderá a la ofensiva de Sánchez

Junst per Catalunya responderá oficialmente este miércoles por la mañana a la ofensiva de Pedro Sánchez para atraerles de nuevo a la mayoría de la investidura. En una entrevista este martes en RTVE, el presidente del Gobierno asumió «los incumplimientos» con los de Carles Puigdemont y les ofreció una serie de medidas para favorecer la inversión en ayuntamientos y retrasar un año el sistema de verificación de facturas ‘Verifactu’.

A pesar de los ofrecimientos del Gobierno, la formación independendista no ve creíble al jefe del Ejecutivo y mantiene su veto en el Congreso. Para Junts, el giro de Sánchez solo «será creíble cuando haya cumplido con todo lo pendiente». «Hechos, y no solo palabras«, han reclamado fuentes de la dirección del partido recogidas por EFE.

En estas últimas horas, la formación ha mantenido la discreción y remite a la rueda de prensa que ofrecerá desde Barcelona la portavoz en la Cámara Baja, Míriam Nogueras, a las 9 de la mañana. Sin embargo, las mismas fuentes insisten en que la postura ante el PSOE no ha cambiado.

La única voz autorizada que se ha manifestado al respecto ha sido el senador Eduard Pujol, que ha advertido al PSOE que, «si hacen lo de siempre, tendremos lo mismo de siempre«. Según Pujol, Junts siempre ha defendido «lo mismo», y son los socialistas quiénes «tienen que escoger».