La Sociedad Española de Inmunología (SEI) ha publicado un comunicado en el que se reafirman en que la mejor protección frente a las complicaciones graves de la gripe es la vacunación.
El Comité de Expertos en Vacunas de la Sociedad Española de Inmunología ha realizado un análisis de seguridad y eficacia de las vacunas antigripales para la temporada 2025, en un contexto marcado por la reemergencia del subtipo A(H3N2) y la detección del subclado H3N2-K. A pesar de estos cambios, el Comité de Expertos en Vacunas subrayó que las vacunas disponibles mantienen un excelente perfil de seguridad y una eficacia sólida frente a las formas graves de la enfermedad.
En el documento se recuerda que la vacunación antigripal anual constituye una intervención preventiva ampliamente avalada. Según la SEI, la inmunización reduce de forma notable el riesgo de hospitalización, complicaciones graves y mortalidad, especialmente en personas mayores, pacientes crónicos, inmunodeprimidos y embarazadas. En este sentido, la institución remarcó que “las vacunas contra la gripe en 2025 son seguras, eficaces y reducen significativamente la carga clínica y social de la gripe”, un mensaje que la entidad considera prioritario trasladar a la población vulnerable.
Uno de los aspectos de mayor interés de la temporada es la evolución del virus. La SEI detalló que el subtipo A(H3N2) vuelve a circular de manera predominante y que ha emergido un subclado, denominado H3N2-K, que presenta mutaciones en la hemaglutinina capaces de reducir parcialmente la neutralización por anticuerpos. Sin embargo, el análisis inmunológico confirma que la memoria inmunitaria y la respuesta de linfocitos T permiten conservar la protección frente a las formas graves de la gripe. De este modo, el Comité destacó que, aunque puede producirse cierto escape antigénico, el impacto clínico se atenúa de forma significativa en personas vacunadas.
La SEI recordó que las vacunas estacionales no solo inducen anticuerpos neutralizantes, sino también respuestas celulares, mediante los linfocitos T, que amplían el espectro de protección frente a variantes del virus. Este componente inmunitario es especialmente relevante cuando las mutaciones del virus dificultan la acción de los anticuerpos. En este sentid, la SEI incidió en la necesidad de mantener la vacunación anual, dado que la inmunidad disminuye con el tiempo y el virus continúa su evolución constante.
Seguridad elevada en todas las poblaciones
Los inmunólogos añadieron que los datos disponibles consolidan el perfil de seguridad de estas vacunas. En su análisis, afirmó que los eventos adversos graves son muy poco frecuentes y que la evidencia actual muestra una seguridad alta en todos los grupos poblacionales. Además, las vacunas contribuyen de forma decisiva a reducir estancias hospitalarias y a disminuir el riesgo de neumonía, ingreso en UCI, ventilación mecánica y muerte, según estudios recientes citados en la nota.
En este ámbito, la SEI reiteró que “la vacunación masiva favorece la inmunidad de grupo, reduciendo contagios, hospitalizaciones y muertes”, una conclusión que enlaza con las recomendaciones dirigidas tanto a personas vulnerables como a profesionales sanitarios y sociosanitarios.
Refuerzo del mensaje a la población
El Comité insistió en que todas las personas incluidas en los grupos de riesgo deberían recibir la vacuna cuanto antes, dado que sigue siendo la herramienta más eficaz para proteger la salud individual y colectiva. Aunque la temporada gripal avanza, la institución recalcó que “no es tarde para vacunarse”, ya que incluso durante la fase epidémica la inmunización contribuye a disminuir contagios y complicaciones.
Además, la nota subrayó la importancia de estimular la vacunación en niños pequeños, un colectivo que desempeña un papel relevante en la propagación del virus. Asimismo, recordó la conveniencia de que los profesionales sanitarios reciban la vacuna, tanto para protegerse como para evitar la transmisión a pacientes especialmente frágiles.