Son fechas en las que se acostumbra a leer o escuchar las impactantes declaraciones de algunos de los rostros más conocidos de nuestro país. A puertas de recibir al 2026, algunos de ellos ya han hablado de cómo se preparan para dar la bienvenida al nuevo año y cómo se deshacen de los tragos amargos que, a veces, la vida les pone delante. Si no, que se lo digan a Lydia Lozano con su año horribilis enfrentando las complicadas circunstancias que atraviesa su marido Charly.

Aunque hay muchos más. Uno de los miembros más queridos del jurado de ‘Tu cara me suena’,  Ángel Llácer (51 años) ha posado frente a los medios este pasado sábado en un evento de Atresmedia en Las Palmas de Gran Canaria. Una presentación que no ha querido dejar escapar para sincerarse y contar todo lo que ha llevado arrastrando desde abril de 2024. 

Y es que, para el cómico, el año pasado fue uno de los peores de su existencia. Tal vez, porque habría podido ser el último: una peligrosa infección a raíz de una bacteria le hizo temer por su vida. Hecho que le llevó a ser ingresado durante 14 días en la Unidad de Cuidados Intensivos y a ser sometido a cuatro intensas operaciones. 

La muerte, al otro ladoÁngel Llacer

Para Ángel Llàcer no hay que no se pueda afrontar con humor, a pesar de las duras adversidades de la vida.

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El actor y director de teatro ha asegurado ante los medios de Atresmedia que tras vivir «un año y medio complicado porque he estado muy enfermo», se ha planteado cuáles son las verdaderas cosas por las que merece vivir: «Ahora estoy más tranquilo, más relajado, más dispuesto a hablar con la gente».

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Según ha querido añadir, se encuentra mucho más cariñoso con aquellas personas que le rodean. Una serie de circunstancias que, al final, consiguen plantear qué es lo verdaderamente importante de la vida. Además, ahora solo se centra en el «aquí y ahora»: «No me estreso por las cosas que vendrán», ha confesado.

Sin duda, ver a la muerte tocar a tu ventana se ha convertido para él en un acontecimiento que ha provocado que disfrute más plácidamente de cada bocado de la vida, sin temer por lo que vendrá o por lo que se vive en el momento: «Tuve que aprender a andar y mi único objetivo era poner un pie delante del otro”, ha sentenciado el showman televisivo. 

Y no solo de experiencias malas se crean recuerdos angustiosos. Para Llàcer, esta experiencia ha conseguido convertirse en un lema vital: «Ahora voy mucho más tranquilo y las cosasya no me aturullan», ha relatado. 

El humor frente al pánico 

 

ÁNGEL LLACER

El cómico ha decidido no regocijarse en la tristeza ni en la pena, a pesar de todo. 

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Acongojado y visiblemente emocionado, Llàcer ha confesado que vio a la muerte muy de cerca. Casi como si la hubiera tenido al lado cada minuto: «Claro que la vi… y le dije hola…! Y también le dije  ¡adiós…!». Además, ha confesado que el momento de casi morir fue traumático para él, pero que mucho más duro fue el proceso a posteriori en el que debía recuperarse. 

Pero esto último, para el catalán, no ha sido impedimento para anclarse en el pasado, ni rebozarse en la tragedia: «Al contrario, siempre es como, venga, ‘adelante’y eso me ha enseñado que soy bastante fuerte, la verdad», ha dicho el también presentador. 

Ahora, solo queda mirar el futuro y todo lo que le pueda deparar. Por ello, su respuesta a la pregunta de cuál es su deseo para el próximo nuevo año, ha sido «salud, yo ahora siempre pido salud. Al 2026, 27, 28, 29…. les pido lo mismo. Salud, tranquilidad y amor. Es que no hay nada mejor que estar con tus seres queridos, hacer las cosas que te interesen y disfrutar con los proyectos», sentenciando que ese «es el mayor éxito de todos». 

Un viaje a Vietnam: el inicio de todoÁngel Llàcer

Motos y Llàcer conversaron tras en ‘El Hormiguero’ tras la enfermedad del cómico. 

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Según le contó el actor y director de teatro a Pablo Motos en ‘El Hormiguero’, viajó hasta el país asiático el pasado año, y como cualquier viajero, consumió el agua y los alimentos típicos del lugar que se visita. Aunque, en esta ocasión, el catalán no lo hizo siguiendo las recomendaciones médicas oportunas. 

Es en aquel instante cuando Llácer comienza a sufrir una serie de vómitos y diarreas que le impidieron continuar su travesía con total normalidad, por lo que fue ingresado de inmediato en un hospital de Bangkok. Allí le dieron el diagnóstico de lo que sería el principio de una historia que, el cómico, casi no llegaría a contar: la bacteria Shigella

Gracias a los antibióticos que le proporcionaron, el catalán pudo terminar su viaje y regresar a Madrid para continuar sus proyectos. En la capital, volvió a encontrarse mal y fue ingresado nuevamente a causa de «una shigelosis», una inflamación en el colón que le llevó a estar encamado 10 días. Poco después, comenzó las grabaciones de ‘Tu cara me suena’, momento en el que una de sus piernas empezó a dolerle. Es en aquel entonces cuando el artista tuvo una premonición de lo más aterradora: «Pensaba que esa semana iba a morirme». 

Tres días después, y «con un dolor insoportable con el que no podía más», Llàcer tuvo que acudir una vez más al hospital. Allí una enfermera le sugirió abrir la pierna inmediatamente porque «estaba muy roja». 

Fascitis necrosante 

Y menos mal que así fue. Ángel sufría de una fascitis necrosante, una infección potencialmente peligrosa si no se aborda a tiempo. Una operación que era de vida o muerte. Cuatro fueron las veces que los médicos tuvieron que intervenirle: «En la primera me quitaron el 30-40% del gemelo. Pero yo tenía la muerte instalada conmigo, la notaba al lado como el mono Amedio de Marco. Yo sabía que eso no había acabado», confesó a Motos. 

El catalán añadió que, incluso, llegó a pensar en querer despedirse de sus seres más queridos, pero que una duda le asaltó en su cabeza: «¿Cómo te despides de tus padres?», pensó en medio de la tragedia. Y es que, si la infección hubiera empezado por otro lugar del cuerpo, la suerte con la que hoy corre no hubiera sido la misma: «El domingo por la noche me operaron y lo primero que hice al despertar fue comprobar si estaba la pierna. El martes, de golpe, me conecto a la vida, como una cosa de ciencia ficción. Dije «tranquilos… ¡Que ya no me muero!»«. 

Además, siguió contando que sufrió dos operaciones más y permaneció otros 15 días en la UCI. Días en los que afortunadamente el miedo ya había desaparecido de su cuerpo, pero no la idea de que, muchas veces, la muerte está en cada esquina esperando.