La Comisión Europea ha presentado este miércoles un paquete de financiación para Ucrania para mantener a flote las finanzas públicas de este país durante los próximos dos años. Basándose en las estimaciones del Fondo Monetario Internacional, que indican que Ucrania necesitará 137.000 millones de euros entre 2026 y 2027, la Comisión propone aportar dos tercios de esa suma, es decir, 90.000 millones de euros. Para ello, sugiere que los países miembros decidan si prefieren utilizar los activos rusos congelados por las sanciones o que sea un crédito avalado por el presupuesto comunitario. El tercer tercio de esa financiación correría a cargo de otros socios internacionales de Ucrania.

«Proponemos que la UE cubra dos tercios de las necesidades de financiación de Ucrania durante los próximos dos años, mientras que el resto quedaría a cargo de los socios internacionales», declaró la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, en rueda de prensa en la que presentó las dos opciones: «Presentamos dos soluciones para que los Estados miembros las acuerden. La primera solución es el endeudamiento de la UE. Esto consiste básicamente en captar capital en los mercados de capitales y utilizar el presupuesto de la UE como garantía, para luego entregar este capital en forma de préstamo a Ucrania. Esta solución debe aprobarse por unanimidad«, ha dicho.

En cuanto a la segunda solución, «que proponemos en el texto legal, es el llamado Préstamo de Reparaciones -ha continuado Von der Leyen-. En este caso, utilizaríamos los saldos de caja de los activos rusos inmovilizados en la Unión Europea, se los entregamos a Ucrania como préstamo, y Ucrania tiene que devolver este préstamo siempre y cuando Rusia pague las reparaciones. Esta solución puede establecerse por mayoría cualificada».

La Comisión no ha negado en ningún momento que prefiere con diferencia la opción de utilizar los activos rusos, a pesar de que existen múltiples interpretaciones jurídicas que ponen en duda que se pueda llevar a cabo. En todo caso, el Consejo Europeo le había pedido en octubre que mejorase el plan y que incluyese alternativas, como así ha hecho.

El primer cambio respecto a la propuesta inicial de Von der Leyen es que por ahora solamente se limita a 90.000 millones y no llega a los 140.000 que se pretendía desde un principio. La segunda es que la utilización de los fondos rusos congelados no afecta solamente a Euroclear, la entidad en la que están depositados y que tiene su sede en Bélgica, sino que afecta a todas aquellas que custodian dinero de las reservas del Banco Central de Rusia. Todas las instituciones financieras que hayan acumulado estos fondos, y no solo Euroclear, estarían obligadas a transferirlos al nuevo instrumento.

Los gobiernos nacionales se habían comprometido a tomar una decisión en el próximo Consejo Europeo que se celebrará el día 18. En su anterior reunión, los jefes de Estado o de Gobierno no lo hicieron debido a las reticencias del Gobierno belga, ya que esos fondos están depositados en su territorio y el primer ministro belga, Bart de Wever, planteó serias objeciones.

Reducir los riesgos

Von der Leyen ha reconocido que «las ha tenido en cuenta» y, por ello, «contamos con sólidas salvaguardias para proteger a los Estados miembros y reducir al máximo los riesgos». Entre otras cosas, «para garantizar que un laudo arbitral ilegítimo fuera de la Unión no pueda ejecutarse dentro de ella». Y «en última instancia, la Unión puede intervenir» para evitar que Bélgica tuviera que pagar en solitario las consecuencias de esta decisión.

Von der Leyen dejó claro que prácticamente todas las preocupaciones de Bélgica se habían tenido en cuenta al redactar la propuesta, que incluye salvaguardias muy sólidas destinadas a proteger a los Estados miembros. El vicepresidente económico de la Comisión, Valdis Dombrovskis, explicó por su parte que la propuesta contiene salvaguardas contra posibles medidas de represalia rusas, pero al mismo tiempo permite que la UE compense cualquier acción que pudiera tomar Moscú. En su intento de convencer a los reticentes, Von der leyen insistió en que «una cosa es segura: compartiremos la carga de forma justa, como es tradición europea».

Los gobiernos nacionales se habían comprometido a tomar una decisión en el próximo Consejo Europeo que se celebrará el día 18

Puesto que esta decisión coincide con los intentos de negociar una salida a la guerra, Von der Leyen aseguró que había informado a Estados Unidos sobre esta decisión, que «ha sido bien recibida» en Washington. Como parte de esa negociación, el plan de la Comisión constituye en estos momentos el mayor respaldo posible para Ucrania, que, en ausencia de financiación, estaría obligada a aceptar las condiciones impuestas por Putin. Al mismo tiempo, si las negociaciones de paz que está empeñado en llevar a cabo el presidente Donald Trump llegasen a fructificar, el plan tendría que emplearse en la reconstrucción.

Las posiciones reticentes puede que no sean solo las de Bélgica. El ministro de Exteriores húngaro, Peter Szijjarto, que estaba este miércoles en Bruselas para participar en una reunión de la OTAN, dijo que es la UE quien no permite que Ucrania firme un acuerdo de paz con Rusia, ya que busca un conflicto militar. «Apoyamos plenamente los esfuerzos de mantenimiento de la paz de Donald Trump, que fácilmente podrían haber sido coronados por el éxito si los europeos no los hubieran socavado durante los últimos meses», declaró al término de la reunión. «En nuestra opinión, esto es inaceptable. No queremos que Europa se enfrente a Rusia, no queremos que el futuro de Europa esté ligado a la guerra». El plan de utilizar los fondos rusos congelados debe ser aprobado en el Consejo por una mayoría cualificada, es decir, que no necesita la unanimidad que en este caso sería la garantía de que no llegaría a aprobarse.