Un desequilibrio ecológico provocado por los humanos a base de eliminar lobos o facilitar comida y la huida rural pasa ahora su factura en forma de peste porcina africana (PPA) que amenaza la gigante maquinaria española del cerdo.
Sin peligro para las personas, pero sí en la economía y con posible origen en un bocadillo: claves de la peste porcina

Porque un desajuste ambiental es lo que está detrás del boom de las poblaciones de jabalí en España. Y una de sus consecuencias –ahora preocupante– es que una población silvestre muy grande aumenta la reserva de virus como el de la peste que pueden saltar a otra especie como los cerdos de granja.
Por más jabalíes que los cazadores matan cada año, la especie crece. Si en 2005 se abatieron 143.000 ejemplares, en 2022 fueron 450.000, según la estadística anual de caza. Un 214% más. Mientras, un informe del Instituto de Recursos Cinegéticos (IREC-CSIC) de 2023 –basado en los datos de animales cazados– detectó que las poblaciones de jabalí están en fase de “crecimiento acelerado en la mayoría de provincias españolas”. Tras Huesca y Girona que tienen “alta densidad”, pero bajo crecimiento, aparecen Barcelona, Valencia y Alicante que mostraban altas tasas de incremento.
A la luz de los datos, no parece que los humanos estemos haciendo muy bien el control de las poblaciones. Aunque es una actividad socieconómica importante y la principal fuente de mortalidad de ungulados, la caza recreativa se ha mostrado insuficiente
Rocío Tarjuelo
— Doctora en Ecología e invetigadora del Museo Nacional de Ciencias Naturales
“A la luz de los datos, no parece que los humanos estemos haciendo muy bien el control de las poblaciones”, reflexiona la doctora en Ecología e investigadora del Museo Nacional de Ciencias Naturales, Rocío Tarjuelo que ha estudiado los métodos de gestión de ungulados.
Pero los jabalíes no se multiplican porque sí. La abundancia de cualquier especie depende del equilibrio entre el éxito de su reproducción y cría (reclutamiento) y la mortalidad. El reclutamiento depende del alimento disponible y la mortalidad de la depredación, la caza y las enfermedades.
A los jabalíes en muchas partes de España, los humanos les han librado de los depredadores naturales y les proporcionan más comida. La fórmula hacia la sobreabundacia.
Sin depredadores, menos muerte natural
El depredador natural del cerdo salvaje es el lobo. Y casi solo el lobo: “En Europa ningún otro gran depredador contribuye tanto como el Canis lupus”, explica Rocío Tarjuelo. El lince o el oso no tienen a los jabalíes como presa habitual. Entre las décadas de los años 50 y 70 del siglo XX el territorio con lobos en España pasó de 400.000 km2 a 82.000 km2.
En Catalunya, donde ha brotado ahora la peste porcina, el lobo autóctono se declaró extinto en 1929. A partir de 2004 se ha constatado la presencia de ejemplares divagantes provenientes de Italia: una veintena en el Pirineo y pre-Pirineo. En Aragón, la otra gran potencia porcina de España, no hay tampoco manadas de lobos, sino alguna presencia esporádica.
Suplemento alimenticio: basuras y maíz
Por otro lado, los jabalíes han encontrado una fuente de alimento extra fácil que viene de los humanos. “Se calcula que los recursos antropogénicos pueden llegar a triplicar la disponibilidad de alimentación de origen natural en las zonas urbanas”, según describe el Ministerio de Agricultura.
Esa comida suplementaria llega por la basura urbana y los desperdicios, el alimento para gatos callejeros e incluso colocada directamente para ellos. También es importante el alimento que encuentran en cultivos de cereal.
Los cultivos de maíz brindan importantes ventajas a los jabalíes. Por un lado, la densidad del cultivo les proporciona un refugio perfecto durante buena parte del año, y por otro, también ofrece una fuente de alimento apetecible y altamente nutritivo
Plan nacional de gestión de poblaciones de jabalíes
— Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación
El Ministerio de Agricultura explica en su Plan nacional de gestión de poblaciones de jabalíes: “Uno de los cultivos [de regadío] que ha aumentado sustancialmente es el maíz, que brinda importantes ventajas a los jabalíes. Por un lado, la densidad del cultivo les proporciona un refugio perfecto durante buena parte del año y, por otro, también ofrece una fuente de alimento apetecible y altamente nutritivo”.
En el parque natural de la Sierra de Collserola, foco del brote de peste porcina, se ha dado un aumento paralelo de las zonas urbanas y las poblaciones de jabalíes. En este parque, situado el área metropolitana de Barcelona, “el jabalí se ha habituado a las personas y a las áreas urbanas como consecuencia de la alimentación directa por parte de vecinos”, según explicaba este estudio ya en 2012. Los ejemplares se acostumbraron a ir a los municipios a comer. Las hembras adultas habituadas a la presencia humana pueden llegar a pesar un 35% más.
Además, el abandono rural ha hecho que zonas antes ocupadas por los humanos se hayan vuelto naturales de nuevo. Las áreas forestales son el refugio y fuente de alimento de los jabalíes. Así que tienen más casa. Y para rematar, los científicos añaden que “los inviernos cada vez más suaves” también favorecen que las camadas salgan adelante.
Los inviernos más suaves no dejan de ser una consecuencia del calentamiento global provocado también por los humanos con las emisiones intensivas de CO₂. El cambio climático extiende sus impactos negativos a parcelas, a veces, insospechadas.
Soluciones: ¿más lobos que escopetas?
El plan de contingencia para este brote de 2025 centra sus esfuerzos en que el virus no salga de la zona perimetrada. Contener la expansión de la enfermedad. Es una actuación específica. De forma más general, para intentar controlar el crecimiento de los jabalíes se ha recurrido, sobre todo, a la caza.
“Aunque es una actividad socioeconómica importante y la principal fuente de mortalidad de ungulados –describe Rocío Tarjuelo– la caza recreativa actual se ha mostrado insuficiente como para impedir o reducir significativamente el crecimiento de sus poblaciones”.
La caza recreativa busca esencialmente los mejores trofeos: animales grandes, con grandes colmillos, que no son, precisamente, los más adecuados para recortar la población que son las crías y las hembras jóvenes, según las conclusiones del informe sobre el papel de la caza en la gestión de sobreabundancia de jabalíes del IREC-CSIC.
Esta bióloga experta en dinámicas de población añade que “la mayoría de los cambios medioambientales que han facilitado los incrementos de ungulados, como los inviernos suavizados, la intensificación de la agricultura o el éxodo rural, no van a revertirse en el corto plazo”.
Ahí resurge el “papel de los lobos que debería promocionarse en la mitigación de las superpoblaciones de ungulados como es el jabalí”, ya que “no hay evidencias de que, recientemente, se haya ralentizado su tendencia al alza”.
En este sentido, un trabajo específico sobre cómo los lobos en el Principado de Asturias controlan la población de jabalíes y sus enfermedades –llevado a cabo por las universidades de Edimburgo, León, Asturias y el IREC en 2019– determinó que “la depredación de las manadas sobre los ungulados puede contribuir al control de la tuberculosis bovina y reducir la liberación del patógeno en el medio ambiente”. Los lobos atacan a los individuos más débiles y los que están enfermos son vulnerables.
Esta caza selectiva de los cánidos hace más difícil que la enfermedad llegue al ganado asturiano y convierte en rentable el sistema de control de jabalíes mediante lobos incluso si se tiene en cuenta los posibles daños a la cabaña comercial. El estudio reseña que Asturias paga al año alrededor de un millón de euros de compensación a los ganaderos por ataques de lobos mientras que los programas de sacrificio de ganado para combatir la tuberculosis bovina supone pérdidas de cuatro millones de euros anuales.
La fábrica industrial de cerdos
“Los depredadores rinden un servicio clave que debería ser reconocido”, remata el trabajo.