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El último judío de Vinnitsa es una fotografía estremecedora: fue tomada en 1941 por un autor anónimo y, desde que fue conocida públicamente veinte años después, en el juicio del alto funcionario nazi Adolf Eichmann en Jerusalén, ha estado envuelta en incógnitas. En ella aparece un criminal nazi a punto de disparar en la cabeza a un hombre judío, que posteriormente terminará en un pozo lleno de cuerpos. Todo ello ocurrió en Ucrania.

La pieza estuvo décadas bajo la propiedad de un exprisionero judío llamado Al Moss, quien la cedió a la prensa al final de la Segunda Guerra Mundial para demostrar visualmente las atrocidades cometidas durante el Holocausto: la misma imagen evidencia no solo el rostro de abatimiento de la víctima, sino también la frialdad de los casi veinte soldados nazis que observan la escena con indiferencia

La identidad de todos ellos, especialmente de los protagonistas -verdugo y víctima-, ha intrigado a los historiadores desde entonces. Ahora, sin embargo, el experto Jürgen Matthäus ha publicado en el Journal of Historical Studies en alemán un estudio que revela, gracias a la inteligencia artificial, el nombre del criminal: se llamaba Jakobus Onnen.

Lo que revela la imagen de El último judío de Vinnitsa

La investigación sobre el origen de esta fotografía ha sido larga, pero la inteligencia artificial le ha dado el impulso definitivo. Entre los descubrimientos principales, más allá de la identidad del criminal, está el de su ubicación: la escena no tuvo lugar en Vinnitsa, sino en el municipio de Berdychiv, también en Ucrania, según Matthäus. 

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En cuanto al rostro del verdugo, en 2024 el historiador alemán publicó sus primeras conclusiones sobre la foto —el lugar, la fecha exacta y la unidad de soldados que realizó el asesinato— y recibió, de acuerdo con lo que explicó a la periodista Djamilia Prange de Olivera en Deutsch Welle, varias pistas de lectores que afirmaban conocer al criminal: una de ellas, de un profesor jubilado que señaló que la imagen mostraba a «un miembro de las SS que se parece a un tío de mi esposa». 

A partir de entonces, el análisis comenzó a cobrar forma: el lector envió fotos de su familiar y, seguidamente, un equipo de expertos en inteligencia artificial se incorporó a la investigación para realizar comparaciones. El proceso de reconocimiento facial dio como resultado una coincidencia del 99,9% entre el miembro de las SS y el tío de la esposa del profesor. 

Luego, la construcción del relato reveló que Jakobus Onnen fue un criminal de guerra nazi nacido en 1906, en Tichelwarf, que fue profesor en la Escuela Colonial Alemana de Witzenhausen y que, posteriormente, se unió a las filas del Partido Nazi para terminar siendo miembro del Einsatzgruppe C, una división que asesinó a miles de judíos durante el Holocausto.

Inteligencia artificial para la investigación histórica

No es la primera vez que una investigación de carácter histórico recibe impulso de la inteligencia artificial: en noviembre de 2025, un estudio liderado por Yad Vashem, el Centro Mundial de Recuerdo del Holocausto en Israel, logró identificar a cinco millones de víctimas judías del Holocausto a través del rastreo en numerosas bases de datos. Sus nombres han quedado registrados en el trabajo Páginas de Testimonio, que puede leerse en 11 idiomas distintos. 

Aunque, dicen, todavía quedan por identificar aproximadamente un millón más de víctimas, la inteligencia artificial será clave para continuar el camino hacia la reconstrucción del episodio más atroz de nuestra historia reciente.