Madrid
El actor Antonio Banderas acudió el pasado lunes a la Bodega González Byass de Jerez (Cádiz), sede de los populares vinos Tío Pepe. Un lugar que lleva décadas atrayendo a celebrities del mundo entero. Muchas de ellas, de hecho, han dejado su firma en alguna de las botas: cantantes de éxito, actrices de Hollywood, estrellas de la NBA…
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Pero el actor malagueño no solo recorrió el enorme recinto de Tío Pepe. Acompañado por el enólogo Antonio Flores, acabó probando el vino más antiguo de la bodega. Una reliquia de 1728 que ni siquiera saben qué es (o qué fue) con exactitud.
«Pasamos un día espectacular», explica Flores. «Pero le quise dar una sorpresa y, antes de comer, le ofrecí probar el vino que nuestro fundador le compró a Francisco Romano de Mendoza en 1871. En ese momento ya tenía 150 años y ahora está a punto de cumplir 300».
«Un elixir semisólido»
El enólogo jerezano describe este tesoro como «un elixir semisólido» que concentra el paso del tiempo y la historia de Jerez. «Yo suelo decir que es negro como la noche y dulce como el amor, pero la verdad es que también es ácido y salino. ¡Son muchas cosas!».
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Del vino más antiguo de Tío Pepe solo quedan 50 litros que se conservan en una bota con capacidad para 500. «Si ha durado tanto ha sido gracias a la concentración. Se ha evaporado el alcohol y se ha quedado el azúcar. Más de 600 gramos por litro. Pero no solo es un vino muy viejo. Más que beberse, se come y se saborea. ¡Y está riquísimo!».
El hecho de que sea tan dulce les lleva a pensar que, en su momento, se elaborara con uva Pedro Ximénez o moscatel, pero también podría haber sido una palomino vinificada en dulce. «Es un vino prefiloxérico que está maravillosamente bueno, eso seguro», señala Flores, que lleva 46 años trabajando en Tío Pepe y, al ser hijo del anterior enólogo, nació en la propia bodega. «Lo que ahora es el hotel, antiguamente era mi casa».
«Historia de Andalucía»
El propio Antonio Bandeas compartió un vídeo en Instagram mostrando el momento de la degustación: «¡Acabo de beber un vino de 1728!», escribió en la red social. «Siento que saboreo parte de la historia de Andalucía, de la historia de España. Qué importante es el valor de las cosas bien hechas, de la paciencia, de la sabiduría, de la elegancia, del orgullo de una tierra que sabe leer la vida y los placeres de vivirla de verdad».
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Antonio Banderas, en la Bodega Tío Pepe. / INSTAGRAM
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Antonio Banderas, en la Bodega Tío Pepe. / INSTAGRAM
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Antonio Flores, de hecho, asegura que al actor malagueño se le cayeron dos grandes lágrimas, después de probarlo. Una emoción que él achaca al hecho de que ese vino encierra buena parte de la historia de la Humanidad: «Está todo concentrado ahí. La Revolución Francesa, la batalla de Trafalgar, la Primera Guerra Mundial y la Segunda… o la llegada de la democracia».
El enólogo de Tío Pepe asegura que ese vino no tiene precio y que solo le ofrece una gota a ciertos amigos, sirviéndola, por lo general, en el dorso de la mano. «El único que se ha llevado un poco de ese vino ha sido mi amigo Andoni Aduriz, de Mugartiz, que servía las gotas sobre los pétalos de una rosa de cristal de Bohemia».
«Como el mercurio»
La enóloga Carmen de Aguirre, directora de la Escuela Europea del Vino, comentado el vídeo de Antonio Banderas asegurando que ella ha tenido la gran suerte de catar ese vino un par de veces. «Es casi negro con ribetes marrones que denotan los casi 300 años, capa altísima y densidad alta. En nariz es ahumado, muy mineral y con una intensidad altísima y completamente distinta a un vino típico. En boca era salino, persistente y me recordó a una salsa de soja bien potente. Más que rico es la INCREÍBLE experiencia de poder beber historia».
El experto en vino de Gastro SER, también es uno de los amigos de Antonio Flores que ha podido probar ese tesoro de 1728 y lo describe como «puro yodo con una acidez metálica en una textura densa como el mercurio».
Antonio Banderas ha acumulado dos experiencias de alto voltaje gastronómico en pocos días porque, una semana antes, había hecho de anfitrión para la gala de la Guía Michelin 2026, celebrada en el Espacio Sohrlin de Málaga. En su discurso de bienvenida aseguró que «la gastronomía también es cultura de la buena» y habló de su ligazón con el sector porque, en su faceta de empresario, tiene ocho restaurantes.
«Hay una vida casi paralela entre el mundo de la gastronomía y lo que hacemos nosotros, el mundo del teatro», aseguró. «Las recetas son los guiones que usamos para contar nuestras historias. Ir al mercado, de alguna forma, es como cuando hacemos audiciones y nos llevamos los mejores materiales, los mejores directores de sonido y de luz, o los actores, naturalmente. En los ensayos, cocinamos lo que estamos haciendo. Y el restaurante es el escenario, ese espacio pequeño donde pasan cosas muy grandes».