«Cuando aterrizó en Asturias en marzo, en la recta final de la pasada temporada, nada hacía pensar que Alonso Faure Ribes (Burjasot, Alicante, 20 de febrero de 2002) fuera a convertirse en una pieza esencial del Alimerka Oviedo Baloncesto. Poco se conocía de él. Que era un tipo grande, un pívot de 2,08 que venía de una campaña discreta, marcada por las lesiones, en Pepperdine, una universidad de Malibú (California). Ocho meses después, se puede decir que la dirección deportiva del OCB ha acertado de nuevo: Faure se ha consolidado como un elemento vital en los esquemas de Javi Rodríguez. Una vez en forma, el alicantino muestra un repertorio amplio: rebotea, postea, juega las continuaciones, corre en transición y hasta se permite algún lanzamiento de media y larga distancia. Habla en muchos idiomas, en la pista y fuera, donde maneja seis lenguas, entre ellas el serbio.

Faure, que estudió análisis de datos en Estados Unidos, siente una especial atracción por los idiomas, que aprende por su cuenta. «Me gusta poder comunicarme con todo el mundo«, explica el jugador, que, además de español y valenciano, se expresa con naturalidad en francés (nacionalidad de su padre), inglés, italiano y serbio. El idioma balcánico puede resultar algo exótico en España. «Jugué en NCAA con dos gemelos serbios y lo practicaba con ellos. Tiene algunas cosas gramaticales más complicadas para nosotros, como las declinaciones, pero en general creo que no es muy difícil», apunta el interior del OCB. Los hermanos serbios a los que se refiere son Veljko y Milos Ilic, con los que coincidió en Loyola Maryland. Una plantilla, por cierto, en la que también estaba Golden Dike, pívot español del Palmer.

En el terreno estrictamente deportivo, Faure cuenta las horas para que llegue el enfrentamiento en el Palacio de los Deportes contra el Alega Cantabria (mañana, 19 horas). «El parón de la ventana nos vino bien, tuvimos cuatro días para desconectar un poco y volver con más fuerza. A nadie le gusta perder, y contra el Menorca nos quedó mal sabor de boca porque sabemos que podemos ganar, pero no es para lamentarse. Nos falta anotar algunos tiros liberados, pero si seguimos jugando como sabemos y estando todos juntos podemos ganar a cualquiera», analiza el pívot.

Contento con su rendimiento (promedia 7 puntos y 4,4 rebotes en 15 minutos por partido), Faure no se arredra: «Sé que puedo dar más, me vino bien llegar al final de la temporada pasada para poder tener continuidad.»

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