Carlos Álvaro

Martes, 5 de agosto 2025, 08:07

Ya ha echado a andar la 107ª edición del Curso de Pintores Pensionados del Paisaje de Segovia. Lo hizo ayer en la sede de la Real Academia de Historia y Arte de San Quirce, institución organizadora, ante los dieciséis futuros artistas procedentes de las facultades de Bellas Artes de todo el país, que dedicarán las próximas tres semanas a pintar Segovia. El objetivo es fomentar la pintura del paisaje segoviano y contribuir a la formación estética de las nuevas generaciones de creadores.

La sesión, presidida por el director de la Academia, Pablo Zamarrón, contó con las intervenciones del académico Gonzalo Borondo y del director del curso, Joaquín Millán, que reflexionaron sobre el valor de esta iniciativa artística. Borondo, que calificó el curso de «experiencia transformadora», hizo hincapié en lo extraordinario de pintar en el espacio, en contacto directo con el entorno, acción «casi subversiva» en una era dominada por lo digital, «momento mágico para los tiempos que vivimos». El artista plástico invitó a los jóvenes pintores a sumergirse en las sensaciones que ofrece el paisaje segoviano y valoró los procesos invisibles que dan profundidad a la obra artística, aquellos momentos de introspección y conexión con el entorno que marcan la diferencia en la creación. Este año, el académico volverá a dirigir la elaboración del mural colectivo con el que los pintores pensionados culminarán su estancia en Segovia. Será en uno de los patios del colegio Fray Juan de la Cruz, más conocido como Aneja.

Por su parte, Joaquín Millán, director del curso y artista especializado en pintura, dibujo y grabado, compartió su entusiasmo por liderar una nueva edición y subrayó la «diversidad» y «madurez» de los participantes, provenientes de distintos contextos artísticos nacionales e internacionales, cuyas obras ya reflejan un trabajo consolidado. «Cada uno de estos jóvenes procede de su mundo mágico y tiene a sus espaldas un trabajo maduro. Esta nueva experiencia será gratificante e importante en su vida», dijo. Millán destacó la relevancia de acercarse al paisaje con nuevos ojos y alejarse de lo digital, aunque solo sea por unos días. «Estos jóvenes tendrán la oportunidad de acercarse al paisaje, a la naturaleza, a la pintura, apartándose un poco de las aplicaciones digitales y encontrándose con ellos mismos a través de la creación».

El Curso de Pintores Pensionados del Paisaje de Segovia, que se desarrollará hasta el 26 de agosto, ofrece un programa vivo y abierto al descubrimiento. Durante veinticuatro días, los dieciséis participantes combinarán sesiones de pintura al aire libre con trabajo en taller y actividades formativas complementarias. Entre las previstas, destacan excursiones a lugares emblemáticos, como las Hoces del río Duratón y los jardines del Palacio Real de La Granja de San Ildefonso, así como otras localizaciones de alto valor pictórico. El curso también incluye tres conferencias abiertas al público en el Aula de San Quirce. El 7 de agosto, Nicolás Ortega Cantero, catedrático emérito de Geografía Humana de la Universidad Autónoma de Madrid, hablará sobre los orígenes del curso y su relación con la Residencia de Paisajistas de El Paular. El 12 de agosto, Luis Candaudap, licenciado en Bellas Artes, abordará la pintura de paisaje como un sueño efímero. Finalmente, el 18 de agosto, José Francisco Martín Duque, catedrático de Geomorfología, reflexionará sobre la degradación y restauración de los paisajes.

La edición culminará, además de con la elaboración del mural colectivo, con la exposición de los trabajos realizados por los alumnos. Las salas de La Alhóndiga albergarán los cuadros del 22 al 26 de agosto. El mismo día 22, tras la inauguración, se entregarán los tradicionales diplomas y medallas, un reconocimiento al esfuerzo y la creatividad de los participantes.

Bajo la dirección de Joaquín Millán y con la organización de Fernando Herranz Solís y Sonia Tapias, el curso cuenta con el respaldo de la Real Academia de Historia y Arte de San Quirce, antigua Universidad Popular Segoviana, ‘alma mater’ de la iniciativa desde su fundación. La 107ª edición reafirma el compromiso de esta institución centenaria con la formación de jóvenes artistas y la celebración del paisaje como fuente de inspiración. Como destacó Gonzalo Borondo, la experiencia de pintar en contacto directo con la naturaleza es un acto de resistencia y conexión en un mundo digitalizado. Por su parte, Joaquín Millán calificó la vivencia como «punto de inflexión» en la trayectoria de los participantes. Con un programa que combina tradición y apertura al descubrimiento, el Curso de Pintores enriquecerá a los artistas y volverá a dejar una huella imborrable en el patrimonio cultural de Segovia.

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