Este domingo llega La casa de los gemelos 2 a varias plataformas digitales. Se trata de un reality bizarro que, en su primera edición, tuvo que suspenderse apenas unas horas después del estreno por una pelea violenta entre dos concursantes. Ahora, mientras Telecinco adelanta el final de Gran Hermano 20 debido a su discreta audiencia, el programa digital vuelve apostando por plataformas como YouTube para llegar a un público que combina seguidores de la televisión clásica con espectadores acostumbrados al streaming.
El formato, creado por los hermanos Dani y Carlos Ramos, aplica una fórmula ya conocida: polémica extrema, personajes excéntricos y confrontaciones directas que parecen diseñadas para generar titulares. En esta segunda temporada, los gemelos han reforzado el elenco con nombres que aportan notoriedad y experiencia televisiva: Kiko Hernández, Víctor Sandoval y Coto Matamoros se posicionan como las figuras centrales, capaces de atraer a un público fiel a los rostros históricos de Telecinco.
Kiko Hernández, nacido en Gran Hermano 3 y desarrollado en la jungla de la telebasura más extrema (de Crónicas Marcianas a Sálvame pasando por A tu lado o Está Pasando y diversos prime time tipo DeLuxe) es el maestro de ceremonias del reality. Su presencia garantiza una conexión inmediata con los espectadores que aún sienten nostalgia por aquella televisión violenta, de griterío asalvajado y polémicas prescindibles.
Víctor Sandoval, veterano presentador y rostro habitual de programas del corazón, asumirá el rol de ‘dictador’, encargado de supervisar y marcar las reglas dentro de la casa, mientras que Coto Matamoros será el verdugo del programa, responsable de aplicar castigos y decidir eliminaciones.
A ellos se suma un grupo de concursantes heterogéneo, mezcla de influencers, exconcursantes de realities y personajes de perfil polémico. Entre ellos destaca Aramís Fuster, la mítica bruja catalana de 74 años, quien promete generar momentos imprevisibles; o Bea ‘La Legionaria’, veterana de Gran Hermano 6, también aportará picante televisivo. Les acompañarán José Labrador, conocido por su paso por Gandía Shore, y Miguel Martínez, «Sweet Flow», DJ y cómico que se ha hecho un nombre en redes sociales.
También participan jóvenes tiktokers e influencers como Andrea Batres, ‘La Batres’; Triana Sánchez, ‘La Marrash’, y Asunción Marto, ‘La Falete’, quienes representan a la nueva generación digital y aportan frescura y, sobre todo, polémica.
No falta la representación internacional con Eros Vidal, de Mallorca, y Gabriella Barbu, de Murcia, participantes de ediciones anteriores de La isla de las tentaciones, o Nissy Lahr, de Marruecos, exconcursante de Secret Story 2.
El primer episodio de la edición inicial dejó claro que los límites éticos del programa están muy difusos. La confrontación más recordada involucró a La Marrash y La Falete, quienes acabaron lanzándose comida y empujándose, lo que provocó la suspensión del programa tras solo nueve horas de emisión. Este tipo de enfrentamientos se convierte ahora en parte del ADN del formato, reforzando su carácter bizarro y su apuesta por la viralidad digital.
La estrategia de los Ramos no es casual. En un momento en el que la televisión tradicional lucha por captar a la Generación Z, los creadores de La casa de los gemelos 2 buscan atraer a los espectadores hacia plataformas digitales donde la regulación es más laxa y el impacto inmediato sin disimulos prima sobre la coherencia o la aparente corrección política del contenido.
Esta tensión entre medios tradicionales y digitales se refleja también en la producción: mientras Mediaset debe cumplir estrictas regulaciones, limitar publicidad y proteger a los menores, los hermanos Ramos operan casi con libertad total. La asimetría legislativa les permite experimentar con formatos y contenidos que resultarían imposibles en la televisión convencional, desde la explotación del morbo hasta la exposición sin filtros de situaciones extremas.

El fenómeno de La casa de los gemelos no es aislado, sino parte de una tendencia que combina nostalgia y transgresión. Recupera las dinámicas de realities míticos como Gran Hermano y programas nocturnos como las citadas Crónicas Marcianas de los citados Coto Matamoros o el propio Kiko Hernández. Pero las lleva al extremo: personajes marginales, influencers excéntricos y figuras televisivas en sus peores momentos se convierten en el eje de un espectáculo diseñado para generar viralidad. La fórmula es simple: cuanto más imprevisible, escandaloso o controvertido, mayor es el engagement, que diría Íñigo Onieva.
La casa de los gemelos 2 llega con ánimo de captar un público cansado de formatos anodinos y ofrecerá un espectáculo al borde de los límites de lo aceptable en pantalla. Con su estreno previsto para este domingo, el programa se perfila como un desafío directo a Mediaset, cuyas cadenas permanecen varadas entre un pasado al que decidieron renunciar y un futuro que nadie sabe descifrar.
La segunda edición descarnada de este engendro promete confrontaciones, estrategias, alianzas y, por supuesto, el morbo y la controversia que se han convertido en el sello de los hermanos Ramos.
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