Cuando llega el otoño y los tonos cálidos empiezan a reclamar su espacio en el armario, Mery Perelló suele demostrar que la elegancia no necesita estridencias, solo coherencia, confort y una paleta bien elegida. En su última aparición pública como presidenta del 10º aniversario del proyecto “Educación y Deporte” y de la construcción del primer centro Fundación Rafa Nadal en Palma de Mallorca, lo volvió a dejar claro: el chocolate es el nuevo lenguaje de su estilo.

No es casualidad que este color se haya convertido en uno de los grandes protagonistas de la temporada. Las pasarelas lo han reivindicado, las prescriptoras de moda lo han adoptado y Xisca, siempre fiel a los códigos minimalistas, lo ha hecho propio con una naturalidad desarmante.

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Paula Mata

Un traje que redefine la sobriedad

En las imágenes, se aprecia un traje de chaqueta y pantalón en un tono marrón oscuro que suaviza y estiliza al mismo tiempo. El blazer, ligeramente estructurado, pero sin rigidez excesiva, proyecta serenidad y autoridad, una combinación que encaja con su papel institucional y con su estilo habitual: funcional, depurado y sin rastro de artificio.

El pantalón recto, de caída amplia, prolonga visualmente la figura y aporta un dinamismo que evita que el look resulte demasiado formal. Lo interesante de este conjunto es que juega con proporciones actuales —largos generosos, líneas limpias— sin renunciar a la atemporalidad. Es la clase de traje que seguirá siendo un básico dentro de cinco otoños.

Xisca Perelló en el evento (Gtres)

Debajo, un top claro aporta contraste y luz, rompiendo la densidad cromática del marrón y recordando que los looks monocromáticos también funcionan cuando incluyen pequeños respiros visuales.

Detalles que hablan sin gritar

Uno de los elementos más atractivos del estilismo es su discreción. La melena suelta, natural y ligeramente ondulada aporta frescura y refuerza ese equilibrio entre naturalidad y cercanía. No hay exageraciones ni elementos decorativos superfluos: lo que importa es el conjunto, la armonía suave de un look pensado para acompañar, no para dominar.

Xisca Perelló (Gtres)

El calzado, en un tono tostado que se integra perfectamente con la gama chocolate del traje, demuestra otro principio estilístico de la mujer de Rafa Nadal: la coherencia por encima del impacto. Los zapatos con punta redondeada y tacón moderado no solo suman comodidad —indispensable para un acto largo— sino que continúan la estética cálida y orgánica que define su elección cromática.

Un otoño que apuesta por lo esencial

La elección de este look para un acto institucional subraya lo que ya es característico en Mery Perelló: su forma de vestir acompaña su manera de estar en el mundo. Es discreta, sólida y sin necesidad de artificios para transmitir seguridad. El chocolate, lejos de ser un color de moda pasajera, se convierte así en una metáfora de su estilo.

El marrón, además, se ha convertido en uno de los tonos estrella de la temporada por su capacidad para sustituir al negro sin perder sofisticación. Aporta calidez al rostro, combina con prácticamente cualquier accesorio y encaja tanto en contextos formales como en otros más relajados. En su caso, no es solo tendencia: es un lenguaje visual coherente con su identidad.

Este otoño, la mallorquina confirma que las tendencias no se siguen, se interpretan. Y que cuando un color encaja con tu esencia, puede convertirse en tu mejor aliado. En su caso, el chocolate sabe —y luce— especialmente bien.

Cuando llega el otoño y los tonos cálidos empiezan a reclamar su espacio en el armario, Mery Perelló suele demostrar que la elegancia no necesita estridencias, solo coherencia, confort y una paleta bien elegida. En su última aparición pública como presidenta del 10º aniversario del proyecto “Educación y Deporte” y de la construcción del primer centro Fundación Rafa Nadal en Palma de Mallorca, lo volvió a dejar claro: el chocolate es el nuevo lenguaje de su estilo.