BarcelonaDespués de que Marta Mera, portera del KH-7 BM Granollers de balonmano, recibiera ataques de grasofobia en las redes sociales, la Asociación de Mujeres de Balonmano (AMBM) está estudiando si el acoso a la jugadora catalana puede tener alguna repercusión jurídica. «Cuando lees ataques de este tipo a mujeres deportistas, te sangran los ojos. Primero porque es una falta de respeto, un insulto directo. Por otro lado porque, lejos de rectificar o mostrar arrepentimiento, él iba mostrando un absoluto desconocimiento de qué es este deporte y de cómo funciona una portería.No sabe quién es Marta Mera o qué méritos ha hecho.Es una jugadora a la que le ha llamado la selección española y que está teniendo un rendimiento extraordinario.Son críticas de gente que se esconde detrás de un perfil falso. Es muy triste, pero cada vez lo vemos más a menudo», explica al ARA Raquel de la Cruz, vicepresidenta del AMB.
La asociación emitió un comunicado en el que recordó que no todas las opiniones son respetables. «Nosotros intentamos que las jugadoras sientan nuestro apoyo, así que nos pusimos en contacto con ella para ver cómo se sentía y qué necesitaba. Le ofrecimos asesoramiento jurídico por si quería denunciar el acoso». La entidad está estudiando si esto puede tener algún recorrido jurídico.
Uno de los objetivos es pactar con la Federación Española cuál es el protocolo a seguir en este tipo de casos para que cada acoso no sea tratado de forma aislada. «La situación que se vivió en la selección de fútbol encendió las alarmas y ahora queremos tener pautados los pasos a seguir. No podemos dejar a las jugadoras solas porque, si no, sus denuncias no tendrán recorrido». El deportista debe tener derecho a la confidencialidad, pero debe sentir que le apoyan», explica De la Cruz.
El mensaje de la ex jugadora es optimista. «Tengo esperanza. Como sociedad todavía nos queda mucho trabajo por hacer, pero que temas así salgan a la luz nos ayuda a dar pasos para que las deportistas estén protegidas. Si no has educado bien a una persona, es muy difícil que cambie. Además, las redes sociales acentúan algunos comportamientos porque te dan impunidad. Hay situaciones que se han vivido siempre, pero ahora están saliendo más a la luz. Tengo la sensación de que estamos más protegidas. Antes ocurrían cosas graves y callábamos. Lo veíamos normal. Ahora lo denunciamos. Se está visibilizando que hay comportamientos que no pueden permitirse, como que un presidente utilice su posición de poder para darte un beso o que un aficionado te pueda insultar libremente. Tenemos más herramientas para poder defendernos», opina.
El convenio, una herramienta clave
El AMB trabaja conjuntamente con la Asociación de Jugadoras de Baloncesto (AJUB), que está ultimando la aprobación de un convenio colectivo. «Llevamos varios años trabajando y esperamos que el convenio colectivo sea una realidad antes de que acabe el año 2023. Es nuestra prioridad seguir trabajando para que todas las jugadoras de baloncesto puedan desempeñar su trabajo con condiciones laborales justas «, avanza Luci Pascua, presidenta del AJUB.
«Nosotros todavía no estamos en el mismo punto. En el balonmano ni siquiera tenemos una patronal, una asociación de clubes con la que reunirnos, pero tenemos que acabar llegando. Queremos ir profesionalizando los contratos y al mismo tiempo potenciar la formación porque desgraciadamente todavía no se puede vivir del balonmano», matiza De la Cruz.