Quique González (Madrid, 1973) es de esos músicos con los que todavía te puedes tomar un café para charlar sobre su nuevo disco sin necesidad de fanfarria promocional. Y eso que tiene miles de oyentes, llena salas y teatros y su nombre está escrito con letras de oro dentro del panorama musical español de los últimos 25 años. Pero, como siempre, se muestra muy alejado de todo lo que huele a industria y eso genera mucha cercanía.
Quedamos con él por Alonso Martínez en una de esas visitas que ha hecho a Madrid desde la Cantabria en la que vive desde hace años. Hace ya mucho tiempo que dejó de ser el Quique González que vivía en Lavapiés (en Salitre, calle a la que dedicó su magnífico disco homónimo en 2001) y no se le pasa por la cabeza volver. Tampoco reconocería (del todo) el barrio. Pero sí queda el rockero y el amante de la música. El que la trata con respeto, con cariño y honestidad en estos tiempos tan acelerados, tan de Wizink (o el nuevo Movistar Arena), tan de estadios.
Lo demuestra en su nuevo disco, 1973 —editado con su propio sello Varsovia— que tiene cierto poso de mirada generacional a los que comprábamos discos (o Cds), DVDs y coleccionábamos revistas. Los que vemos que hay un mundo que se está acabando… Y, sin embargo, no hay nostalgia ni aquello de que lo nuestro fue mejor. González es un músico generoso y así contesta en esta entrevista. Con timidez y un punto de romanticismo. Le espera una gira larguísima y va a llenarla. Tiene todavía mucho público fiel a su música dylaniana y setentera de guitarra, de letras bien escritas y que va más allá del estribillo resultón.
PREGUNTA. En el álbum La Noche Americana también tenías una canción titulada 73, que aludía a tu año de nacimiento. Han pasado 20 años de ese disco y a mí me parece que en este 1973, aparte del nombre, hay una recuperación de un Quique González de aquellos años (y a cuando teníamos 25 años). O por lo menos una mirada a quien uno es y siempre fue.
RESPUESTA. Sí, yo creo que está bien tirada tu apreciación, porque de hecho cuando hicimos la gira 25 aniversario, eso me obligó a escuchar mis discos anteriores, de hecho hicimos 5 o 6 discos completos durante la gira, y yo creo que eso, no sé si consciente o inconscientemente, o mitad y mitad, me hizo un poco tener cierta perspectiva con lo que había hecho, y yo creo que eso se ha colado en algunas canciones de este disco. Y me parece bonito que sea así, porque también me gusta mirar hacia adelante y tratar de hacer discos que no he hecho, pasar por sitios diferentes, pero también es cierto que somos lo que somos, y que es interesante también recuperar algunas cosas y algunos sonidos y algún tipo de canción que hacía tiempo que no escribía y que me representan también.
TE PUEDE INTERESAR
455 millones de auriculares en una era silenciosa: por qué hemos dejado de escuchar música juntos
Enrique Zamorano
P. ¿De alguna manera es un punto de inflexión el disco por el hecho de llamarlo con el año de tu nacimiento?
R. No, yo no hago los discos pensando que van a ser un punto de inflexión, en nada, yo siempre pienso que es un disco en el que se acercará un poco más de gente o se alejará un poco más de gente, pero es la continuación de un camino. No creo en grandes rupturas tampoco.
P. ¿Cómo ha sido el proceso de composición de las letras?
R. Pues mira, la primera canción la escribí cuando estábamos terminando de mezclar Sur en el valle, y de hecho me planteé grabarla e incluirla en el disco, pero me parecía que era un buen punto de partida para lo que venía. Es una canción que está dedicada a mi hija, que me salió un poco por impulso y que se llama STUOPET, el acrónimo de “siempre tendré un ojo puesto en ti”, y bueno, fueron saliendo así las demás. Yo soy muy caótico en la composición. A veces escribo por la noche, a veces escribo por las mañanas, hay canciones que tardo en escribirlas un día y medio, dos días o una semana, y otras que me han costado cerrar la letra casi dos años y medio, no escribiéndolas todos los días, pero bueno, hay canciones que te exigen más, en las que tienes que rascar más, y hay otras que nada más ser paridas, pues ya estás contento con ellas.
Quique González: ‘Era un poco ingenuo, pero creo que no he cambiado en lo más importante’. (P. J. G.)
P. Uno de tus grandes discos es Salitre, de 2001, en homenaje a Salitre, 48, donde vivías en Lavapiés a comienzos de los 2000. Lavapiés ha cambiado muchísimo desde entonces y ahora que me hablas de una canción dedicada a tu hija y que vives en Cantabria tú también has hecho un viaje que se acaba notando en la música.
R. Mirándome hacia dónde estaba en ese momento, me veo ahí un poco ingenuo, ¿sabes? Sí, era un poco ingenuo, pero básicamente creo que lo más importante no ha cambiado. Hay cosas importantes, claro, como que no vivo en ese sitio, que ahora tengo una familia y que prácticamente era mi segundo disco, estaba empezando, como quien dice. Pero yo sigo teniendo mucha pasión por mi oficio de hacer canciones. La misma que tenía en aquel momento, pero yo creo que con más poso. También cuando eres joven te parece válido todo lo que haces. Ahora soy más selectivo y tengo más paciencia con las canciones.
P. Eso que dices me interesa mucho. ¿Cómo se mantiene la pasión por lo que uno hace, por lo que a uno le gusta, tanto tiempo después?
R. En mi caso trato de seguir alimentándola. Y para mí es muy importante, para los que hacemos canciones, seguir escuchando discos todos los días, y leyendo biografías de músicos que admiras, y películas y libros que también te alimenten. Y estando en entorno muy seguro y en el que hay mucha camaradería con mi banda, con mis técnicos, con el sello…
P. Es que eso se nota en tus conciertos. Suena fenomenal e hiper empastado, redondo. Se nota que ahí tiene que haber, lo que decías tú, mucha camaradería, mucho conocimiento de todos los músicos, de cómo sonáis, de cómo trabajáis…
R. Sí, y mucho talento por su parte, porque son buenísimos, pero sobre todo hay mucho cariño también. Todo el que participa de alguna manera u otra en mi proyecto. Desde las personas que llevan el sello, a mi mujer que lleva la tienda, al equipo que llevamos en gira, y a mi banda, por supuesto.
«Yo sigo teniendo mucha pasión por mi oficio de hacer canciones. La misma que tenía hace 25 años, pero yo creo que con más poso»
P. ¿Ayudó irse de Madrid? ¿No te arrepientes de estar donde vives ahora en Cantabria y con una vida completamente distinta a la madrileña de los conciertos, los garitos…?
R. Yo creo que por una parte me ayudó a centrarme… Yo necesito trabajar aislado y ahora es perfecto porque vivo muy aislado. También me desconecto de ciertas cosas, pero tampoco considero que me haya perdido mucho porque también Madrid tiene muchas distracciones para lo bueno y para lo malo también. Para mí ha sido más sano irme fuera de Madrid, también por el tipo de persona que soy. Ahora estoy tranquilo, aunque me gusta celebrar también, pero me gusta estar en contacto con la naturaleza. No me imagino volviendo a una ciudad como Madrid ahora, que además ha cambiado mucho en 20 años.
P. Si vas por Lavapiés ahora alucinas.
R. Sería difícil para mí acostumbrarme otra vez al ritmo de Madrid.
P: Otra cosa hablando del paso del tiempo y que se ve muy claramente en la canción ‘Coleccionistas’ de este disco en la que hablas de la generación de los nacidos en los 70 y los 80 como los últimos coleccionistas de revistas, los que comprábamos discos… Hay algo como de mundo que se está acabando y andamos todos los de esa generación un poco alucinados con todo lo nuevo.
R. Sí, el disco también habla un poco de eso, de cómo nos podemos adaptar al presente y al futuro. La gente que nacimos, yo meto a los de los 60, a los de los 70 y a los de los 80 en el mismo saco, porque somos una generación analógica. Yo con respecto a mi padre tenía una brecha generacional grandísima, sin embargo ahora creo que con mi hija va a ser muchísimo más grande todavía. En muchos sentidos pienso que se va a sentir mucho más alejada de mí de lo que yo me sentía de mi padre.
«Madrid tiene muchas distracciones para lo bueno y para lo malo también. Para mí ha sido más sano irme fuera de Madrid»
P: Para empezar nosotros hemos escuchado discos enteros como nuestros padres. Ahora todo es picoteo, playlists… Las generaciones más jóvenes están acostumbradas a escuchar canciones sueltas.
R. Claro, es que el tener a un clic todas las canciones del mundo también hace que tengas menos paciencia para entrar en los discos, para asimilarlos, para darles una tercera escucha. Cuando yo empezaba a comprar discos, como solo tenías dinero para comprarte un disco al mes, igual a la primera no te gustaba el disco, pero como era lo que tenías, lo escuchabas mucho y al final acababa formando parte de tu vida. Para mí sigue siendo importante el concepto del disco, porque pertenezco a esa generación. También utilizo playlists, hago playlists, pero me gusta escuchar los discos de arriba a abajo, me sigue gustando como oyente y por eso en mis canciones también es importante que todo tenga un sentido todo. Que el propio disco, las once canciones o doce o las que sean, sean también un viaje.
P. Tú además tienes un estilo y una forma de trabajar en la industria que se aleja de lo comercial. De hecho tú has pasado por multinacionales, pero salistes de ellas, tienes una carrera que has trabajado con tu propio sello. Llevas ya muchos años con Varsovia. ¿Cómo se mantiene uno para no hacer concesiones a la industria? Que seguramente te habrán dicho, pues si hicieras un sonido un poquito más así, seguro que llegabas a más públicos. Y si te llevara una multi ya entrarías hasta en los premios…
R. Para mí es muy cómodo estar como estoy, conocer a toda la gente que interviene en los discos, en mis discos y estoy mucho más cómodo que cuando grababa para multinacionales, tanto en el trato como en las negociaciones. No tiene que ver con la independencia artística, con poder hacer los discos que quiero, porque siempre he podido hacerlos con ellos, pero sí que al final las grandes corporaciones piensan muchísimo en el dinero, en el rendimiento y en el rendimiento rápido, en recuperar la inversión rápidamente y eso hace que a veces te obliguen a llevar un ritmo que no es el tuyo. Por tanto, para mí es súper cómoda mi situación ahora que llevo ya 15 años y no la cambiaría por nada. Tampoco sé si sería tan fácil, haciendo concesiones, vender 10.000 discos más. Yo creo que no es tan sencillo. Hacer música comercial es muy difícil. Si existiera una fórmula lo haría todo el mundo y todo el mundo estaría ganando mucho dinero.
Quique González: ‘No se escucha lo mismo siendo joven que con cuarenta años, a la música se llega desde un sitio y después eso va cambiando’. (P. J. G.)
P. Hablas de rapidez… Ahora con la tecnología no dejamos de hablar de aceleración de los tiempos.
R. Sí, claro, también en la información. No somos capaces de asimilar toda la información, ya no sólo de la música, de las noticias… Hay un exceso tan grande, un volumen tan grande de información de todo tipo que yo creo que eso nos lleva a tener mucho estrés y mucha ansiedad porque parece que es imposible llegar a tiempo a las cosas. Y también pasa con los discos. Antes los discos creo que tenían más vida y ahora como que sacas un disco hace un mes y ya ha pasado el tiempo, ya estás de gira, ya estás en otra parte del proceso y eso se nota un montón, no sé si me preguntabas por eso.
«Me gusta escuchar los discos de arriba a abajo y por eso en mis canciones también es importante que todo tenga un sentido»
P. Sí, sí. E imagínate en los medios que estamos con una cosa y a lo mejor estoy hablando ahora contigo y dentro de dos semanas pienso, madre mía, ¿cuándo entrevisté a Quique González? Hace doscientos años.
R. Todo lo que se hace viral al instante y lo ven muchísima gente parece que es súper importante, pero a la semana alguien ha dicho no sé qué y ya de repente se olvida. Dura muy poco.
P: De hecho una de las cosas en las que se nota eso es que incluso hablando de música comercial ya no hay ni canción del verano porque no dura ni tres meses.
R: Bueno, a mí eso me parece bien.(Risas)
P. ¿Tú crees que las nuevas generaciones se están perdiendo algo con esta forma de consumo?
R. Sí, o bueno, ¿me lo estoy perdiendo yo? Mis padres cuando escuchaban la música que sonaba en los ochenta que ponía mi hermana en casa se echaban un poco la mano a la cabeza también y decían, eso es solo ruido. La música urbana sé que no es para mí, como supongo que para esa nueva generación mi disco igual tampoco es para ellos, pero igual sí lo es dentro de unos años.
P. Eso es cierto. Hay gente que deja de ser escuchada y luego tiene unos revivals increíbles.
R. Claro, y normalmente la música que empiezas a escuchar cuando eres joven no es la música que escuchas normalmente cuando tienes cuarenta años. A la música se llega desde un sitio y después eso va cambiando y vas llegando a otras cosas.
«No sé si lo más importante es saber exactamente lo que quiere decir una canción. A mí me interesa más que te conmueva»
P: Tengo una amiga que es muy fan tuya y que siempre dice: nunca entiendo bien lo que dice en sus canciones, pero sí sé lo que quiere decir.
R. Sí, es que hay algo de eso. A mí también me pasa como oyente. No sé si lo más importante es saber exactamente lo que quiere decir una canción. A mí me interesa más que te conmueva o que te lleve a ti a un sitio… Me pasa con mi artista favorito, Dylan. Muchas veces no sé lo que está diciendo, pero igual que le pasa a tu amiga, sé que tiene que ver conmigo.
P. Por cierto, tu anterior disco es del 2021, que era más oscuro que este… ¿Eres de las personas a las que les afectó la pandemia? Tengo la sensación de que a todos, en mayor o menor medida, en algo nos afectó. Y ahora que ya han pasado casi seis años… ¿cómo lo ves en perspectiva?
R. Yo creo que a mí me afectó durante el confinamiento. Fue una época muy oscura para todos. Y tengo amigos a los que sí les afectó mucho. Ahora les veo y algo les ha cambiado en la cabeza. Creo que a mí me oscureció durante aquel tiempo, pero no me cambió.
P. De hecho este disco es luminoso, ¿no te parece?
R. Sí, dentro de mis posibilidades [sonríe]. Sí, desde luego es más luminoso que Sur en el Valle, que lo hice durante la pandemia. Yo creo que estaba todo el mundo ahí un poco descolocado. Y como el primer fin de semana estaba todo el mundo haciendo vídeos y medleys, pues ya para el segundo fin de semana no había nada que hacer. Y quedaban todavía unos cuantos.
Quique González, que ahora vive en Cantabria: ‘Sería difícil para mí acostumbrarme otra vez al ritmo de Madrid’. (P. J. G.)
P. Sé que has contado en entrevistas que el trabajo de este disco ha sido duro por la presencia de Mark Howard [productor musical de Bob Dylan, entre otros] , que no fue fácil. Y creo que te ha costado mucho sacarlo adelante.
R. Sí, ha costado más tiempo del que pensábamos y por primera vez en mi vida he tenido que volver a grabar medio disco. Pero luego, según ha pasado el tiempo, ahora me río un poco. Lo tomo como gajes del oficio. En el momento es duro, lo primero, por eso, porque no te ha pasado nunca y porque es como desagradable. Lo comparo a… es como si invitas a alguien que no conoces a tu casa y no salen bien las cosas.
P. Sí, y no estás cómodo tú ni en tu propia casa. Es desagradable…
R. Y ha sido un poco así con Howard, pero es que también hay veces que no te entiendes con la gente o que la gente está en otro estado distinto al tuyo y ya está. Pero le ha pasado a un montón de gente el tener que volver a grabar un disco, no entenderse con productores o con músicos, tener que volver a empezar, etc. Ha sido un poco frustrante eso, pero por otro lado creo que hemos utilizado la segunda grabación para hacer mejor las cosas y para, en mi caso, para pulir más todavía las letras. Y creo que eso al final se nota también.
P: A mí también me parece que suena reposado. Y como menos rockero…
R: Igual la segunda parte, la primera parte creo que es más enérgica. Pero no sé, supongo que tiene que ver también con la música que me interesa y que escucho. O sea, ¿dónde está el rock? ¿En el John Mellencamp de los estadios o en el John Mellencamp de discos acústicos con T-Bone Burnett? No sé, ¿qué es sonar más rockero? ¿Tener más distorsión en la guitarra o hacer algo más frenético? Lo que me interesa es hacer canciones buenas. Algunas serán más rockeras, otras menos.
P. Ahora que hablas de los estadios. He entrevistado a alguna banda joven y hay como una ansiedad por llenar cuatro wizink, 20 wandas… Tú ahora haces una gira enorme por toda España, pero por salas medianas, teatros muy agradables… Una vez sé que hiciste un wizink en el que te vi, pero siempre has preferido una sala más íntima, pese a que tienes un montón de oyentes.
R. Sí, creo que hay mucha ansiedad y cierta competitividad por ver quién hace más Wizink Centers o sitios más grandes. Yo hice el Wizink sin querer hacerlo y lo hice como para el formato de 5.000 personas. Y bueno, lo pasamos bien y a mí me gusta tocar en cualquier sitio, la verdad. Pero yo creo que mis canciones son para teatros y salas pequeñas, o sea que ahí es donde mejor se muestra. Y por otra parte, sí que creo que hay mucha ambición en muchos grupos por llegar a eso, a llenar estadios, pero también muchos grupos de esos se van a perder parte del camino de las salas y todo eso, que yo creo que al final es el sitio natural de la gente, porque salvo algunos pocos grupos y artistas, no todo el mundo está tocando en el Wizink todo el tiempo. Por lo menos mi sitio natural sé que no es, y eso no es renunciar al éxito, simplemente que no estoy ahí, ni por nivel de público, ni por nivel de audiencia, ni porque mis canciones tienen ese espíritu.
«¿Qué es sonar más rockero? ¿Tener más distorsión en la guitarra o hacer algo más frenético? Lo que me interesa son canciones buenas»
P. Antes te preguntaba por no hacer concesiones a la industria, tú de hecho has sido muy crítico, incluso desde hace 25 años cuando empezó todo lo de OT y estuviste ahí peleando contra esas nuevas formas de sacar discos rápidos, descuidados… Todo por hacer caja y no por la música, en realidad.
R: Para mí OT hizo muchísimo daño. Yo soy anti concursos de talento porque la música para mí no tiene nada que ver con la competición… Para mí todo esto de La Voz o OT me parece horrible y parecía que iba a durar poco pero han pasado 25 años y ahí sigue. Y es lo que tú dices, una cosa de la televisión y del éxito inmediato es que los discos se hacían rapidísimo, sonaban horribles… Eran una cosa de usar y tirar y de éxito fácil. Y como ha continuado pues supongo que habrá una generación para la que OT es algo auténtico. Para mí es una cosa que no me interesa para nada.
P: Antes decías que sí escuchas Spotify, plataformas…
R: Escucho Tidal.
P: Te lo decía por el sonido… Que muchas veces ya escuchamos la música directamente del móvil.
R: Sí y suena horrible. Pero hay plataformas que cuidan más el sonido que otras. Para mí el sonido sigue siendo super importante. Grabar las cosas bien para que suene bien. Me da igual que luego la gente lo escuche en el teléfono o como quiera…
P: ¡Eres un romántico!
R: No lo sé… [sonríe con timidez]. Es que me gusta la música de verdad. Me gusta escucharla bien. Para mí es un placer. Y no es lo mismo escucharla desde el altavoz del teléfono a hacerlo con unos buenos cascos o con un buen equipo en tu casa.
«Hay mucha ambición por llegar a llenar estadios, pero también muchos grupos se van a perder parte del camino de las salas»
P: Para ir terminando y volviendo un poco al tema de las letras… Aunque dices cosas nunca eres políticamente muy explícito. Si bien aquí en Coleccionista’ dices: «Los dueños de los diarios han estado soltando mierda/ La guerra sucia fue una negociación/ Dejaron huellas de astronautas sobre los pasos de cebra/ Pero no nos lo tomábamos en serio». Que no está mal.
R: Bueno, he escrito unas cuantas… pero es que creo que no estoy muy dotado para la canción política. Y cuando he metido algunas cosas que tienen que ver con mi posición, mi ideología etc, lo suelo mezclar con lo emocional, lo sentimental. Creo que hay gente que hace muy bien este tipo de canciones como Ismael Serrano, Pedro Pastor… Pero no estoy muy dotado para la canción política y si no lo haces tan bien como ellos corres el riesgo de convertirte en artista panfletario y eso es horrible.
P: ¿Y contra qué te rebelas tú hoy?
R: Me fastidia mucho que nos hagan acostumbrarnos a la precariedad y cómo hacen creer a la gente que es clase media cuando cobran 1800 euros al mes y tienen que pagar 900 euros por compartir habitación. Lo de la vivienda me parece una vergüenza.
P: También te lo preguntaba porque ahora hay todo un debate sobre si “exigir” a un artista que se posicione ante tal o cual cosa.
R: Pero es que para mí es como cualquier otro ciudadano. Tenemos el mismo derecho que un periodista, un taxista y que el presidente del sindicato o de la patronal. Somos ciudadanos, pagamos nuestros impuestos y normalmente la gente que le dice a los artistas que no se pueden significar políticamente es porque no piensan como ellos.
«No significarse con Gaza o la vivienda me parece cobarde. Si tú me preguntas no tengo ningún problema en hacerlo»
P: Sí, lo digo más bien por aquel que dice: prefiero callarme y no opinar al respecto y nadie me tiene que obligar.
R: Sí, bueno, hay gente que se calla por comodidad, para que no le zurren en redes… Pero en realidad es que no hay salida porque si te posicionas desde un lado, te zurran los del otro; y si te posicionas desde el otro sitio, te zurran los otros, y si no dices nada te dicen que eres un tibio. Entonces, como no hay salida lo que más sentido tiene es significarse. Y hay gente que no lo hace también porque cree que va a perder parte de su público. A mí eso me parece super cobarde. Para mí, por ejemplo, no significarse con respecto a lo que pasa en Gaza o con la vivienda pues me parece cobarde. Yo no voy a empezar esta entrevista significándome, pero si tú me preguntas no tengo ningún problema en hacerlo