El abogado del abuelo materno de Lucas, el niño de cuatro años hallado muerto en Garrucha (Almería), ha solicitado este sábado que «caiga todo el peso de la ley» sobre los responsables, independientemente de su parentesco. El familiar, que se personará en la causa el martes una vez se levante el secreto de sumario, ha transmitido a su letrado su postura rotunda: «Vamos a sacar la verdad y, si mi hija ha sido la culpable, que lo pague».

El abogado José Luis Martínez, que ejercerá la acusación particular en nombre del abuelo del pequeño, ha denunciado el «fracaso absoluto» de las instituciones públicas en la protección del menor. Martínez ha realizado estas declaraciones coincidiendo con el pase a disposición judicial de la madre del niño y su actual pareja sentimental, detenidos desde el miércoles como presuntos autores de la muerte violenta.

Así, el letrado ha asegurado que existían señales evidentes de maltrato y absentismo que fueron ignoradas por el centro escolar y las fuerzas de seguridad antes del crimen. «Aquí ha fracasado las instituciones públicas», ha sentenciado para criticar la inacción del entorno educativo y social del menor. Según su versión, existen testimonios de vecinos que veían al niño acudir «solo todas las mañanas» al colegio para evitar ser agredido en casa y que el menor asistía a clase con lesiones.

«En el centro educativo veían que el niño llevaba hematomas, que llevaba un brazo encabestrado por una fractura, y no hicieron nada», ha lamentado, cuestionando por qué no se activaron los protocolos de absentismo o de maltrato infantil ante tales evidencias. Según el abogado, la madre y su pareja «nunca llevaron al niño al médico» para evitar que los facultativos detectaran las lesiones y activaran la alerta sanitaria.

Extiende también la crítica a la respuesta policial previa al desenlace fatal. El letrado ha revelado que la hermana de su cliente -tía abuela de la víctima- acudió tiempo atrás a un cuartel de la Guardia Civil mostrando una fotografía en su teléfono móvil donde se apreciaba que el niño tenía «un moratón y un derrame en la sien». 

Sin embargo, según su relato, los agentes le indicaron que «tenía que haber una denuncia de la madre o un parte de lesiones» para poder actuar, algo imposible dado que los presuntos agresores evitaban el sistema sanitario.