“Yo asumo error en primera persona”, ha resaltado Pedro Sánchez. El presidente del Gobierno y líder del PSOE ha aprovechado este sábado los tradicionales corrillos con la prensa que tienen lugar en el Congreso con motivo del día de la Constitución para hacer frente, por vez primera en público, a la enorme polémica suscitada en su partido por la mala gestión de las denuncias presentadas contra Francisco Salazar, que hasta el pasado mes de julio fue uno de sus hombres fuertes tanto en la Moncloa como en Ferraz, por supuesto acoso sexual.

Unas denuncias que desde hace cinco meses no fueron atendidas, provocando la desprotección de las víctimas, empleadas en la Moncloa a las órdenes de Salazar, por unos comportamientos reflejados en sus denuncias que la dirección del PSOE ya calificó la víspera como “repugnantes e intolerables”. E “incompatibles” con los principios feministas que defiende el partido.

Sánchez ha asumido así su responsabilidad, para tratar de zanjar unas críticas internas que se estaban dirigiendo tanto contra la vicesecretaria general del PSOE, María Jesús Montero, como contra la actual secretaria de organización de Ferraz, Rebeca Torró. El presidente, en todo caso, ha subrayado que la mala gestión de estas denuncias contra Salazar no es un “error buscado”. Por tanto, no fue premeditado ni intencionado, a su juicio, para intentar proteger al exdirigente socialista y echar tierra al asunto.

El líder socialista ha reivindicado que el PSOE puso en marcha su protocolo antiacoso y el órgano de investiga las denuncias al respecto “de forma autónoma”. “No tenemos capacidad de influir ni de intervenir en un proceso que tienen que liderar personas de reconocido prestigio”, ha alegado. Pero ha asumido “un error que lamentamos” en la “celeridad” con la que se empezó a investigar este asunto. No obstante, ha asegurado que aún “estamos en tiempo”, ya que el protocolo dicta un plazo de seis meses para instruir la causa. Y ha advertido, en todo caso, que son las denunciantes las que deben poner el caso en conocimiento de la fiscalía, aunque ha ofrecido la ayuda del PSOE para hacerlo. “Dejemos trabajar a la comisión, y que hagan su trabajo sin interferencia”, ha demandado.

“El PSOE es un partido feminista”, ha recalcado Sánchez, y ha reiterado que los errores en la gestión del caso Salazar no se deben ni a “falta de sensibilidad ni de compromiso”, ni mucho menos a una “voluntad de ocultación”.

“Cuando se han producido casos de supuesta corrupción o de acoso, he mostrado contundencia y nula connivencia”, defiende el presidente

Y ante la acumulación de casos de quienes fueron dirigentes de su máxima confianza, como José Luis Ábalos, Santos Cerdán o Francisco Salazar, Sánchez ha tratado de defenderse. “Se me podrán criticar muchas cosas, pero cuando se han producido casos de supuesta corrupción o acoso, yo he mostrado contundencia y nula connivencia”.

“Malestar lo tenemos todos”, ha reconocido. Pero ha insistido en que lidera “una organización feminista”. Y ha asegurado que ni en el Gobierno ni en el PSOE nunca se cuestionaron los testimonios de las víctimas. “Nunca se ha dudado. ¿Cómo vamos a dudar si se apartó a Paco de todas responsabilidades orgánicas?”, ha señalado. “No hemos sido conniventes, sino contundentes. Aunque haya malestar, hay confianza en la dirección de que las cosas se han hecho bien aunque no hemos sido tan veloces como la causa merecía”, ha insistido. “La principal responsabilidad es mía”, ha asumido. Pero ha defendido su reacción: “Cuando han saltado casos, se ha cortado por lo sano”.