La guerra sucia contra Podemos durante la primera legislatura de Mariano Rajoy sigue aflorando nueve años después. Una de sus más maniobras más llamativas, el montaje para intentar atribuir tráfico de cocaína a Miguel Urbán, fue utilizado también para investigar a otro cargo político electo, el senador vasco José Ramón Arrieta. Hasta ahora había trascendido que la Policía intentó rastrear información comprometedora del entonces líder del partido, Pablo Iglesias, con la justificación de pertenecer al círculo del supuesto traficante.
El 8 de enero de 2016, un oficial de la unidad especial Antidroga de la Policía se puso a rastrear qué información guardaban las bases de datos restringidas sobre Arrieta. Las indagaciones sobre el senador se realizaron en el marco de la Operación Cardenal, según ha trasladado el policía a la Unidad de Asuntos Internos de la Policía. Operación Cardenal es el nombre que los agentes dieron a las investigaciones contra Urbán a partir del testimonio de un confidente que se prestó a inventarse una disparatada historia sobre Urbán, acusándole de vender de 40 kilos de cocaína en el barrio madrileño de Malasaña en la época en la que era europarlamentario.