Tanto Ucrania como Bielorrusia quedaron integradas en la URSS como repúblicas soviéticas de pleno derecho en diciembre de 1922. Tras el desmoronamiento de la Unión Soviética en diciembre de 1991, cuando Mijaíl Gorbachov renunció como presidente, tanto Ucrania como Bielorrusia pasaron a ser países independientes, aunque tomaron caminos bien distintos.
Ucrania optó por la democracia, que no ha estado exenta de corrupción, y por aproximarse a la Unión Europea y a la OTAN, mientras que Bielorrusia hizo todo lo contrario: se pegó a Rusia y lo hizo gracias a un títere de Vladimir Putin. El títere en cuestión se llama Alexander Lukashenko, y ha ganado todas las elecciones celebradas en Bielorrusia desde 1994, tachadas todas ellas, salvo las primeras, por los observadores internacionales como farsas.
Lukashenko ha ido sorteando comicios desde hace más de 30 años y ha convertido Bielorrusia en el patio de Rusia, hasta el punto de que buena parte de las tropas rusas que invadieron Ucrania en febrero de 2022 entraron al país desde territorio bielorruso, desde donde también se han lanzado ataques contra suelo ucraniano.
Las elecciones en Bielorrusia son siempre un paripé y las últimas, celebradas en enero de este año, no iban a ser menos. A pesar de que la guerra de Ucrania también ha hecho mella en los bielorrusos hasta agotarles y fue el presidente Lukashenko en el favoreció que Bielorrusia participara en ella, aunque fuera de manera indirecta, se supone que Lukashenko recibió más del 87% de los votos, algo a todas luces muy poco probable.

Combatientes bielorrusos en las filas de Ucrania / Cepa
Por todas estas razones, docenas de bielorrusos han optado por combatir en la guerra de Ucrania en las filas ucranianas contra Rusia. Viene ocurriendo desde el comienzo de la guerra. Estos combatientes no quieren a Rusia en Ucrania y menos en Bielorrusia y su objetivo es casi imposible, ya que su objetivo es que Rusia pierda la guerra de Ucrania y que esa derrota facilite el derrocamiento de Lukashenko en Bielorrusia y de Vladimir Putin en Rusia. Casi nada.. Es decir, si Ucrania lo tiene difícil, los disidentes bielorrusos necesitarían varios milagros para alcanzar sus anhelos.
Pavel Shurmei, el comandante bielorruso
Uno de esos bielorrusos en el frente de guerra, ampliamente conocido en Ucrania, es Pavel Shurmei. A sus 49 años, lleva en Ucrania desde febrero de 2022 tras desplazarse hasta el país no desde Bielorrusia, sino desde Estados Unidos, donde residía. Es el comandante del Regimiento Kastus Kalinouski, fundado en 2022 y que lleva el nombre de un revolucionario bielorruso que luchó contra el imperialismo ruso en el siglo XIX, aunque ya era popular antes del conflicto por razones bien distintas. Y es que Shurmei es un deportistas nato y participó con el equipo de remo bielorruso en los Juegos Olímpicos de 2004 y 2008.
Pavel Shurmei cuenta al Centro de Análisis de Políticas Europeas (CEPA), entidad con sede en Washigton y oficinas en Londres y Bruselas, su experiencia en esta guerra, en un análisis recogido por el organismo: «Mi esposa es ucraniana. Es de Mykolaiv. Cuando me envió un mensaje diciendo que estaban bombardeando la ciudad, supe lo que tenía que hacer. Hice las maletas y me fui».

El comandante bielorruso Pavel Shurmei con el regimiento bielorruso de Ucrania, que lidera / Cepa
Shurmei visitó por primera vez Ucrania en 1997 y, además de enamorarse de su mujer, lo hizo del país. Asegura que lucha en Ucrania por sus amigos ucranianos, pero también por su familia, y a pesar de que Ucrania no ganará la guerra, él sigue manteniendo la esperanza: «El destino de una Bielorrusia libre se decide aquí y ahora. Bielorrusia nunca será libre hasta que Rusia pierda su control sobre la región. La victoria de Ucrania es una victoria para Bielorrusia».
Pavel Shurmei se ha convertido en un símbolo de la resistencia bielorrusa en el exilio y Bielorrusia mantiene una causa abierta contra él, como lo hace contra todos los que han luchado en Ucrania. El amaño de las elecciones de 2020 por parte de Lukashenko y su gobierno hizo que muchos bielorrusos se alistaran en las Fuerzas Armadas de Ucrania y el presidente del país emprendió una brutal represión contra los disidentes.
Represalias
Muchos de esos hombres han muerto y otros se quejan de ser ignorados y poco reconocidos por Ucrania, cuando lo tienen más difícil que nadie. Y es que un voluntario estadounidense, latinoamericano o europeo que decida combatir por su cuenta con Ucrania no será represaliado por ello en sus países de origen, pero sí los bielorrusos.
Desde el inicio de la invasión se han unido al regimiento bielorruso de Ucrania más de 1.000 voluntarios de ese país y apenas quedan un par de cientos. Los que no han muerto o han resultado heridos y se quedaron, son ya veteranos de guerra y los pocos que decidieron regresar a casa, se enfrentan con ello incluso a penas de cárcel.
El régimen prorruso de Lukashenko ha detenido también a familiares de combatientes bielorrusos en Ucrania. De hecho, hay 220 causas penales contra bielorrusos por mostrar solidaridad con el país invadido, según palabras de Alesia Rudnik, directora del Centro para Nuevas Ideas recogidas por Cepa. En noviembre de 2022, las fuerzas de seguridad de Bielorrusia detuvieron a un familiar de Vasilii Parfenkov, un soldado herido en Ucrania, y lo obligaron a grabar una confesión falsa que lo vinculaba con canales «extremistas» de Telegram.
Trece años de prisión
Uno de esos soldados bielorrusos que han combatido en Ucrania y ha sido represaliado por el régimen de Lukashenko es Vasil Verameichyk, oficial y excombatiente del Regimiento Kastus Kalinouski. Fue detenido nada menos que en Vietnam y extraditado a Minsk, la capital de Bielorrusia, en octubre de 2024. Una vez en Mínsk, Verameichyk fue sentenciado a una pena de 13 años de prisión en en su país, como confirmó el medio Belsat citando incluso a la esposa del detenido.

El bielorruso Vasil Verameichyk, detenido en VIetnam y condenado a 13 años de cárcel
Verameichyk se alistó en las Fuerzas Armadas de Ucrania pocos días después de que Rusia iniciara la invasión, en febrero hará cuatro años. Sirvió en el Regimiento Kastus Kalinouski, la unidad de voluntarios bielorrusos que luchaba del lado ucraniano. Su detención en Vietnam fue presuntamente corrdinada por los servicios de seguridad bielorrusos. Cuando Verameichyk fue arrestado, voluntarios de su país en Ucrania intentaron movilizar a Kiev para facilitar su libertad, sin éxito alguno.
Estos bielorrusos que han optado por apoyar a Ucrania en la guerra como voluntarios contrastan con otros otros de su misma nacionalidad que han sido reclutados para luchar por Rusia. Desde el inicio de la invasión, Rusia ha alistado en BIelorrusia a ciudadanos de ese país y actualmente hay al menos 300 en las finlas rusas. Rusia también recluta a ucranianos de las zonas que controla y los servicios secretos ucranianos han cifrado en hasta 46.000 los combatientes nacidos en esas zonas ocupadas de Ucrania que se han visto obligados a combatir con Rusia.
Asilo en la Unión Europea
Dada la difícil situación de los bielorrusos en la guerra de Ucrania, algunos de ellos aprovechan el hecho de ser heridos y trasladados a centros sanitarios en Polonia para pedir asilo en la Unión Europea. Es otra manera de evitar volver a Bielorrusia y ser procesado.
Denuncian también los combatientes bielorrusos que en Polonia son rechazados por su nacionalidad, ya que los polacos recelan de ciudadanos cuyo país apoya abiertamente a Rusia.
Es algo que cnfirma igualmente el combatiente Pavel Shurmei, que menciona que para un bielorruso integrarse en el país y, sobre todo, encontrar un trabajo, resulta prácticamente imposible.

Emblema de Bielorrusia con la bandera prohibida en el país / Cepa
Ucrania tampoco lo pone fácil
En cuanto a la posibilidad de quedarse en Ucrania, que algunos bielorrusos contemplaban porque prefieren un país en guerra que otro que les reprime, tampoco lo tienen fácil los combatientes de Bielorrusia. Ucrania recela de concederles incluso el permiso de residencia pese a que combaten en su filas
Muchos bielorrusos han denunciado que Ucrania no les da el trato que merecen. No les concede la nacionalidad a los voluntarios bielorrusos y las familias de estos no reciben ningún apoyo gubernamental si estos caen en combate. Además, los guardias fronterizos ucranianos los detienen o los acosan porque recelan de la autenticidad de sus pasaportes bielorrusos. «En la frontera, nos marcan solo por ser bielorrusos», afirma Shurmei, que confirma las acciones de Kiev con sus compatriotas: «Incluso han detenido e interrogado a esposas de combatientes. Es difícil no sentirnos tratados como extranjeros, a pesar de arriesgar nuestras vidas».
Shurmei asegura que la Rada Suprema, el parlamento ucraniano, es incapaz de impulsar medidas que otorguen la ciudadanía a los voluntarios bielorrusos que han luchado contra Rusia, aparentemente porque no es una prioridad para Kiev. Algunos, a pesar de haber servido en el frente durante tres años, ni siquiera no han recibido el reconocimiento oficial como veteranos, recalca Shurmei. Según la Asociación de Voluntarios Bielorrusos, la mayoría de sus compatriotas no pudieron permanecer en Ucrania tras abandonar el Ejército ucraniano porque no cumplían los requisitos para obtener un permiso de residencia. Algunos tenían pasaportes bielorrusos caducados, no podían solicitar uno nuevo en su país y Ucrania no les expidió ningún documento.
Guerra de banderas

Bandera de la República Socialista Soviética de Bielorrusia y la bandera actual del país
Que Bielorrusia alberga realidades bien diferentes se ve en las banderas que representan o representaron al país en diferentes momentos políticos. Bielorrusia utiliza oficialmente la misma bandera de cuando era una república más de la URSS (de 1951 a 1991), pero sin la hoz y el martillo.
Sin embargo, los disidentes del régimen de Alexander Lukashenko se valen de una bandera blanca atravesada por una franja roja, que es la que exhiben los voluntarios bielorrusos en Ucrania. Esta otra bandera rojiblanca se utilizó también cuando Bielorrusia se independizó de la Unión Soviética, de 1991 a 1995, y desde entonces se usa como símbolo de la oposición al régimen de Aleksandr Lukashenko. Mostrar esa bandera en público en Bielorrusia está castigado por las autoridades por su «asociación con el colaboracionismo nazi durante la Segunda Guerra Mundial».

Banderas de Bielorrusia usadas esporádicamente y también ahora por los disidentes de Lukashenko
La bandera bielorrusa blanca y roja fue creada en 1917 para la República Popular Bielorrusa, que duro apenas un año. Los colores se basan en los del escudo de armas (pahonia) tradicional de las tierras bielorrusas, y existe una en particular que añade a un un caballero de color blanco sobre un fondo rojo.
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